El ajuste estructural en Argentina

Alemania está instrumentando un ajuste estructural competitivo; pero Argentina otro permanente. Permanente porque desde los 1980 es endémico al funcionamiento económico de la economía conosureña. En 1989, Menem inició esta permanencia de reducir el gasto público y privatizar empresas públicas en el entendido de que estas medidas de política económica redundarían en la reducción de corto plazo de la inflación, y en su erradicación en el largo. El resultado real fue que la Caja de Conversión sí logró reducir la inflación en el corto plazo; pero la estructura artefactual del poder oligárquico la revitalizó hasta el presente en el largo. 

El populismo privatizador de Menem llevó a cabo la venta de numerosas empresas estatales, abarcando sectores estratégicos como la energía, las comunicaciones, el transporte y la siderurgia; de este modo, fueron privatizadas Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Aerolíneas Argentinas, Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) y Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa). Al mismo tiempo, se abrió indiscriminadamente el sector externo para promover no solamente la liberalización del comercio, sino también a la inversión extranjera, reduciendo aranceles, flexibilizando controles cambiarios y, lo último, pero no menos importante, institucionalizando la Caja de Conversión; la cual contuvo a la receta monetarista global plena de daños colaterales. 

Hace pocos días, el sucesor de Menem: Javier Milei; decretó la reducción del gasto público vulnerando a los procedimientos democráticos mediante un Decreto Nacional de Urgencia (DNU) recreando el gobierno por decretos de Carlos Menem, a fin de pasar por encima y al costado del proceso parlamentario. 

Aunque nadie puede negar que Argentina necesita un ajuste estructural URGENTEMENTE; LOS DEMÓCRATAS RECHAZAMOS CON ENJUNDIA EL ataque del presidente Milei y su staff a la división de poderes pilar de la gobernanza pública del mismo género. 

El DNU de Milei es un documento ómnibus que desfoga en mil reformas por la vía Fast Track propia del autoritarismo, y en la creencia de que es admisible gobernar con decretazos obesos pasándose por donde no le da el sol al procedimiento parlamentario portador del pluralismo económico, político y social. 

Argentina ha tenido déficit fiscal en 113 de los últimos 123 años donde 2023 registra 3.99% del PIB; ponderación mucho menor que la correspondiente a 2020 de 8.59%; lo cual no fue mencionado por Milei cuando gimoteó al narrar el legado populista K que recibe su populismo privatizador gobernante a partir del 10 de diciembre de 2023.

Actualmente, no cabe ni un alfiler en el espacio fiscal argentino, (margen de maniobra del que se dispone para lanzar una política fiscal discrecional en relación con los planes vigentes sin poner en peligro el acceso a los mercados ni la sostenibilidad de la deuda). Falta de espacio que explicamos en seguida.

Dado que el populismo K derrochó inmisericordemente los recursos de la colectividad recaudados por su gobierno, el quebranto público de US 397,788 millones y 79.99% del PIB, es incobrable e impagable. Incobrable, porque el prestatario carece de los recursos necesarios para sufragar cualquier plan de pagos; e impagable, porque la suma de principal e intereses excede ampliamente a la capacidad de pago de unas finanzas públicas administradas con la mayor irresponsabilidad.

A pesar de todo lo anterior, la oligarquía agro exportadora rentabiliza superlativamente ser la primera tenedora de dólares, regodeándose en la captura de rentas que no diversifica la producción exportadora, ni organiza empresas campeonas nacionales capaces de competir en las grandes ligas del comercio internacional. Por esto, el desequilibrio recurrente de la balanza de pagos es el capítulo 1 de los ajustes estructurales permanentes de Menem, de Milei, o de quien sea. 

Esta falta de solución artefactual, niega rotundamente a la concepción original del ajuste. Dado que el plan de gobierno Milei se inscribe en la tradición de los ajustes permanentes conducentes al fracaso institucional y organizativo. El dicho de Caputo referido a la versión Milei del mismo como solución final surgida de los manuales económicos, es una falacia circunstanciada. El discurso caricatural, falacioso y demagógico del poder gubernamental en Argentina, trata de recuperar a un régimen económico, político y social que ha perdido toda credibilidad. Su objetivo es explotar al mito del paraíso perdido en la vetusta gran estancia argentina que prevalece hasta el día de hoy como consecuencia de la hegemonía agro exportadora en la economía nacional. 

En 1950, el ingreso por habitante de Argentina fue el doble del de España; pero en 1975, el español promedio tuvo un ingreso mayor al del argentino promedio. Entre 1970 y 1990, el ingreso per cápita se redujo más del 20%. Otra omisión en las peroratas de Milei, fue que el 10% de los más ricos perciben la mitad de los ingresos repartidos.

Dentro de la dependencia de la trayectoria resumida en párrafos anteriores, la cuna del tango; mal que les pese a los uruguayos; se convirtió en uno de los países con más inflación del mundo y uno de los que más veces dejó de pagar su deuda soberana. 

Aunque no figuró en el relato melodramático de Milei, Macri convirtió a la Argentina en el principal deudor del Fondo Monetario Internacional, aprovechando la empatía de la entonces directora del fondo con el ministro de economía de Macri. El atraso cambiario del súper endeudamiento obligó a que Milei/Caputo (por orden jerárquico; aunque no intelectual) duplicaran el valor del dólar oficial, pasándolo de $400 a $800 de un saque, con respecto a lo cual, Massa dijo: “nosotros habríamos hecho lo mismo”. Oración esta última que figurará en el libro sobre la clase política argentina, sus desavenencias oratorias y sus convergencias en la obediencia a los que mandan en el país del sur.

Algún comentarista, le dijo a la BBC: “La inflación se acelerará esencialmente por la corrección del atraso de precios relativos de la economía: el tipo de cambio oficial, las tarifas de servicios públicos que pagan los hogares (electricidad, gas, agua), la medicina prepaga, los combustibles y las telecomunicaciones”, causando “Un fogonazo inflacionario” durante  los próximos meses cuando los argentinos no deberán solamente remontar la cuesta de enero, sino también la de febrero, marzo, abril y paro de contar para no causar pánico  en una población argentina asolada por la híper inflación (3 dígitos = 161%). No queremos causar pánico, porque los argentinos ya tienen el suficiente con expectativas como la siguiente: “puede suceder que la inflación se mantenga elevada por más tiempo de lo esperado por el gobierno”.

El ajuste estructural de Milei ignora culpablemente la Anécdota de la Rana: ponerla en agua que no hierve todavía, para que no reaccione al calor cuando ya no tenga reflejos de revitalización. Ignorancia culpable de tal anécdota, porque la preferencia autoritaria de Milei excluye al reformismo progresivo propio del ajuste estructural virtuoso. 

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