Querida Tora:
Fíjate que hubo elecciones en este país. Y para muchos puestos, así que eran muy importantes. Esas elecciones las realiza el pueblo, y no hay autoridades políticas que las controlen. Sólo hay algunas personas que vigilen que todo se hagan bien. Como son tan indisciplinados todos aquí, quise cerciorarme de que se hacía así, y anduve buscando la forma de enterarme. Por fortuna, le tocó a uno de los muchachos del 41 (Al güero) estar en una casilla cercana a la vecindad, así que me fui con él.
Fue interesante ver cómo armaban la casilla, con sus mesas y sillas, los lugares para la votación (Que es secreta, aunque te parezca mentira) y las urnas para recoger los votos. Me hubiera gustado ayudarles, pero ¿cómo puede un gato ayudar a armar las casillas de votación? Sí, podría llevar con los dientes un cordón o un pedazo de plástico. y hasta un tornillo, si me apuran; pero tan sólo con eso, se darían cuenta de que soy un ser inteligente, y eso podría violar mi incógnito, porque empezarían a examinarme o no se cuántas cosas me harían. Por lo tanto, me limité a observar. Y a echarme unas siestecitas (De unos cuantos minutos, porque no quería perderme de nada). A las ocho empezó la votación, y para esa hora ya había cola para entrar, pero los despachaban con rapidez, así que ni siquiera hubo protestas de la gente. Toda la mañana hubo muchos votantes, y los voluntarios (Todos los que atendían la casilla eran voluntarios) apenas se daban abasto. Sobre todo, porque muchos de los que llegaban eran conocidos de ellos. De la vecindad, fueron casi todos los mayores de edad. Los del 56 no llegaron, porque la cruda se les pasó hasta las ocho de la noche (Hora en que cierran las casillas). El del 37 tampoco, porque tenía que ir a echarse unas cervecitas con los cuates, otros tenían partido de futbol o algún “compromiso ineludible”. Pero ni modo que el compromiso, por “ineludible” que fuera, les tomara todo el día. Pero así es la gente, Hacía mediodía empezó a aflojar la afluencia de votantes, y entonces vi venir a la casilla al chavo ese que trabaja (A veces) en televisión. ¿Y qué crees? Detrás de él, casi pisándole los talones, venía el moreno del 41, con cara de pocos amigos. (Como si los que tienen pocos amigos tuvieran algo especial en la cara).
El caso es que pasó primero el de la televisión, y el otro se quedó observando. Y cuando vio que el chavo se detenía con el güero (El güero entregaba las boletas de votación a la gente),empezó al resoplar como locomotora enfurecida. Y dijo: “¡Como si se tardara tanto en darle unas boletas! Ahorita mismo me lo ejecuto”. Y quiso entrar a la casilla corriendo. A mi, la verdad, me pareció muy peligroso lo que intentaba hacer, porque estaba seguro de que iba a golpear al chavo actor. ¿Y qué pasaría entonces? A lo mejor salía golpeada la señora que estaba junto a él, o tiraban la mesa y se revolvían los papeles; y hasta podían tirar las casetitas para votar con todo y votantes. Imagínate el rebumbio que se armaría. No sólo le encarcelarían a él y a todos los involucrados en el pleito, sino que a lo mejor declaraban nula la votación y acusarían al moreno de boicotear las elecciones, cuando en realidad era un asunto de celos. La cosa se presentaba muy peligrosa, y yo tomé cartas en el asunto. Así que me metí entre las patas del moreno y logré que se diera un batacazo. Así, el incidente ocurrió fuera de la casilla, y no sucedió nada. La gente se arremolinó alrededor del moreno, pero el que lo levantó fue el el chavo actor (De toda la gente que había ahí, fue el único que se prestó a atenderlo, lo cual me pareció una ironía. No sé lo que a ti te parezca, pero lo repito: fue una ironía). Y no sólo le quitó la sangre que le escurría por la cara, porque se hizo una cortada en la frente, sino que lo llevó al hospital para que le dieran dos puntos. El moreno se lo agradeció infinitamente pero – lo que son las cosas – en cuanto lo dieron de alta no aceptó la invitación del chavo a ir a su casa a tomarse un café y descansar un poco, sino que se volvió a plantar a la entrada de la casilla, para vigilar al güero.
Con el conteo de los votos se tardaron mucho, porque les faltaban dos o tres, que al fin encontraron mediante el recurso de volverlos a contar todos. Y el güero se lo encontró sentado en la acera, recargado en un árbol y bien dormido. El güero lo despertó y se lo llevó a su casa, contándole las peripecias de la jornada, pero el moreno ni siquiera se enteró: se comió un pan dulce y una taza de café, y se fue a dormir. No quiso contar al güero lo que le había pasado, pues comprendió que había sido una tontería de su parte.
Yo fui por los pellejos que me había dejado la Mocha, y me los merendé como si no hubiera comido en todo el día. (Sólo entonces me di cuenta de que no había comido nada en todo el día), me acosté,. me puse a lamerme la cola, que estaba bastante maltratada por un pisotón que me dio el moreno y me quedé dormido.
Estaba muy contento. Y todavía lo estoy. Porque, gracias a mi, en esta zona se llevaron en paz las votaciones (Aquí las llaman “fiesta cívica”. Qué chistoso, ¿verdad?)
Todo estuvo muy bonito. Sólo hubo una cosa que me molestó profundamente. Que fueron pocos jóvenes a votar. La mayoría eran personas de mediana edad y más. Algunos llegaron con algún pariente para que los ayudara a sostenerse y a moverse dentro de la casilla; hubo gente que llegó en silla de ruedas, y creo que dos ciegos, con personas que los auxiliaban en todo. Ellos sí fueron a votar. ¿Pero los jóvenes? ¿No se dan cuenta de que ellos van a ser los más afectados por el gobierno que viene, y por los que le sigan? De los que votaron esta vez, hay muchos que no votarán en las próximas elecciones. ¿Y los jóvenes? Se les oye decir que no importa, que gane quien gane, las cosas seguirán igual, que no vale la pena perder tiempo en cosas que no valen la pena, que son apolíticos… Pero no se puede ser apolítico hasta ese grado. Luego estarán quejándose de que el gobierno es nefasto, de que no hay candidatos, de que los políticos no están preparados para gobernar. ¿Por qué no expresan ese sentir con su voto? Eso sí me molestó, y al próximo que oiga decir eso le voy a rajar los cachetes para que le cueste trabajo hablar..
Te quiere
Cocatú
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