CARTAS A TORA 272

Cocatú, un alienígena en forma de gato, llega a vivir a una vecindad de la CDMX. Todos los días le escribe cartas a Tora, su amada, quien lo espera en una galaxia no muy lejana.

27 de junio, 2022

Querida Tora:

Ya te he hablado varias veces del muchacho que trabaja (o que está buscando trabajar) en televisión. Te acuerdas, ¿no? Bueno, el otro día llegó muy contento porque había hecho un “casting” para un comercial, y se lo habían dado. Aún no sabía de qué se trataba, pero ya se veía haciendo comerciales a diestro y siniestro, y convirtiéndose en una cara famosa.

Pero resulta que el comercial era de una casa que vende y atiende de todo a todo a perros. ¡Y él odia a los perros! Desde chiquito les ha tenido aversión; y cuando tenía cinco años un perrazo lo mordió, y ahora les tiene verdadero pavor. La madre le dijo que no lo aceptara; pero él contestó que no podía rechazar una oportunidad así, que lo haría.

Para prepararse, empezó por llenar su casa de fotos de perros. Las sacó de revistas, de internet, de donde pudo. Y las contemplaba todo el día. Pobrecito. No podía ni comer. Y por las tardes, le dolía el estómago. Luego, intentó hacer amistad con Pucho, el perro ese tan sangrón de una vecina. Se le acercó (previo permiso de su quisquillosa dueña), le habló bonito, le dio algo de comer y luego intentó acariciarlo. Pero no pudo ni tocarlo. Hizo todo lo posible, a mi me consta, pero no pudo ponerle la mano encima. Y, además, Pucho le ladró, furioso. Esa noche, el chavo no durmió. Sin  embargo, no se dio por vencido. Buscó otro perro con el cual hacer amistad, pero no lo halló. Y el día de la filmación del comercial se acercaba a pasos agigantados.

Entonces, se le ocurrió ir a la perrera a trabajar. Y como lo pensó, lo hizo. Le dieron un puesto en el equipo de limpieza, y se encargaba de recoger todos los desechos que había. Haciendo de tripas corazón, logró limpiar la perrera entera, pero no tuvo contacto con los animales. Todo fue de lejecitos. Sin embargo, se sintió bastante animado. Pero el día siguiente le dijeron que llevara un perro bulldog al veterinario, porque estaba deprimido. Pero no logró ponerle la cadena para sacarlo de la jaula, y lo corrieron de su empleo.

Se conformó con volver a tratar de intimar con Pucho, pero el desgraciado le enseñaba los dientes en cuanto se le acercaba, y el recuerdo de aquella mordida lo hacía temblar de la cabeza a los pies. La madre estaba muy angustiada, y todos los días le rogaba que renunciara al comercial; pero el chavo decía que no, que era su obligación hacerlo.

Por fin , llegó el día tan temido… y tan deseado. Yo me fui con él, deseoso de ver qué ocurría; y la madre se quedó llorando, después de darle la bendición y tres estampitas de santos “para que lo ampararan y protegieran”- El muchacho iba pálido y tembloroso; pero en cuanto llegó al lugar de la filmación se irguió, se pellizcó los cachetes para que adquirieran color, y se dirigió con paso firme hacia el perro que un ayudante tenía bien sujeto, porque no hacía más que ladrar y tirar dentelladas al aire. ¿Y qué crees que pasó? El muchacho se agachó, acarició al perro (así como lo oyes: le pasó la mano desde la cabeza hasta la cola, sin temblar ni nada), y el animalito volteó a mirarlo, así como agradecido. Total, que el chavo se puso a jugar con él, y las cámaras filmaron todo eso, que quedó muy bonito. Ya parecía que todo había acabado, pero el productor dijo que faltaba una parte, porque el patrocinador era un dentista de perros; y el muchacho tuvo que abrirle la boca al animal y bajarle el labio para que se vieran bien los dientes. Pues lo hizo. Y a la primera. El director quedó muy complacido.

Yo estaba francamente asombrado. ¿Cómo logró el chavo dominarse tan completamente? Después de mucho pensar, concluí que había sido la necesidad… y el deseo de hacer las cosas bien. Fue un esfuerzo enorme de voluntad, pero logró lo que se había propuesto, aunque esa tarde tuvo la presión muy alta. Pero la madre le dio de comer cosas ligeras y sabrosas, que no le cayeron mal. ¡Y lo hubieras oído platicar la experiencia! El mismo no lo podía creer, y besó todas las estampitas que su madre le había dado en señal de agradecimiento. Sin embargo, cuando salió al patio, Pucho venía de la calle y se le quiso echar encima, ladrando furiosamente. La dueña apenas lo pudo contener, y el chavo casi se desmaya (tenía la presión alta, no se te olvide). Pero logró sonreír y hasta decir a la vecina, de muy buena manera, que había que mandar a Pucho a la escuela para perros para que aprendiera a comportarse.

Total, fue un asunto que acabó muy bien. Yo quise recompensar al muchacho (a mi manera, claro), y me acerqué a lamerle la mano. Pero en cuanto vio mis dientes retiró la mano. Por si acaso.

Te quiere

Cocatú

Comentarios


reflejo de mi pluma sobre el papel

El reflejo de mi pluma sobre el papel

“La pluma se desliza con gracia como si fuera una bailarina de ballet sobre el papel”.

marzo 5, 2024

La originalidad en el cine sigue existiendo (a pesar de los ‘remakes’)

Autor: Lucía Tello Díaz Doctora y Profesora Titular de Cine. Cuando en la ceremonia de los Óscar de 1960, Ben-Hur se alzó con once...

marzo 13, 2024




Más de categoría
Guanajuato y San Miguel de Allende

Guanajuato y San Miguel de Allende 

Ambas localidades, o pueblos mágicos mexicanos, ya fueron nombradas por la UNESCO como patrimonios culturales de la humanidad. Su...

marzo 21, 2024
Fantasmagórico: primer superhéroe de la cultura manga

Fantasmagórico: primer superhéroe de la cultura manga 

Román Navarro rescata del olvido uno de los animes que más auge tuvieron fuera de Japón: Fantasmagórico.

marzo 19, 2024

Preguntas cruciales

Recordémoslo: superar una adversidad incrementa nuestra capacidad para ser felices. -J.A. Lozano Díez

marzo 19, 2024

De Harry Potter a Teseo: cómo los arquetipos pueden conectar al público adolescente con la literatura clásica

Autor: Olga Fernández Vicente Facultades de Educación y de Filología Inglesa.  ¿Cuántas veces hemos escuchado o incluso repetido la...

marzo 18, 2024