El 20 de abril de 2015 se publicó mi primer artículo en el RUIZ-HEALY TIMES. Narra el escándalo ocasionado por el Comité del Premio Nobel de Fisiología y Medicina al despojo inexplicable de la científica británica Rosalind Franklin del preciado galardón. Algunos años después, todavía continúo escribiendo temas biológicos de interés general que han enriquecido mi capacidad de comunicación y aprendizaje por las cuales estoy agradecido.
Ha sido un gran placer, aunque en ocasiones exhaustivo y absorbente como cuando se trata el tema de los virus. No es una tendencia a seguir, una moda o una alienación popular de esas que están en boga sino la curiosidad propia y el interés público lo que ha proyectado el tema. Los virus son un gran atractivo, representan un manojo de incógnitas y misterios inexplicables que no están aclarados ni tienen fecha de caducidad ni prisa por manifestarse, simplemente, surgen en forma inesperada.
El herpes, la viruela, la rabia, el SIDA, la influenza, el sarampión, la polio, la hepatitis, etc, etc. son solo algunos representantes clásicos del grupo, donde cada uno posee e impone sus propios índices de mutación, mecanismos de infección, desarrollo, dispersión, activación/inactivación, lo que hace extremadamente difícil el diagnóstico y el tratamiento. 1 2 3
La aparición del SARS-CoV-2 ha disparado un gran número de investigaciones en laboratorios especializados en todo el mundo, todos estudiando diferentes aspectos que contribuyen a aclarar muchas de las incógnitas que aún están por dilucidarse. Un grupo de virólogos de la Universidad de Maryland se dio a la tarea de examinar tejidos humanos extraídos de pacientes fallecidos por deficiencias respiratorias causadas por este Coronavirus.4 Realizaron 44 autopsias de individuos cuyo promedio de edad fue de 65 años, que se abstuvieron de vacunarse contra el virus. Se obtuvo un total de 84 muestras que resultaron positivas para la presencia del virus. Las muestras fueron analizadas a diferentes intervalos hasta completar un plazo de 7 meses (desde abril del 2020 a marzo del 2021). Las mayores concentraciones virales se encontraron siempre en los tejidos respiratorios, el resto fueron aislados en forma decreciente en el corazón, los riñones, el hígado, diversos músculos, nervios, órganos reproductores, globos oculares y el cerebro. Los aislamientos siempre siguieron los patrones de circulación del flujo sanguíneo, lo cual se interpretó como una evidencia de invasión y un transporte a través del torrente circulatorio. El análisis histopatológico de las muestras reveló que solo los virus cercanos a los tejidos respiratorios sufrieron una inflamación y replicación característica del desarrollo de un proceso infeccioso; ningún otro tejido mostró esta alteración. 5 Este hallazgo podría explicar la existencia de un factor inductor del proceso activación-inactivación que después ocasiona la muerte por deficiencia respiratoria. También es factible que tenga gran influencia en el ciclo promotor de la etapa silenciosa del coronavirus latente, también llamado long COVID. Sin duda alguna todas estas alteraciones influirán en los diseños y las metodologías para fabricar las vacunas, infundir las transfusiones, el trasplante de órganos, el tratamiento con antivirales, etc.
El desarrollo del Coronavirus es extraño e inquietante, los aspectos más importantes son su gran capacidad de activación-inactivación que le confieren una gran capacidad de mutación incontrolable, es decir sin escalas del tiempo, donde todo lo que sucede depende del estadio inmunológico previo del paciente. Esta dinámica clínica va a dar un giro espectacular al concepto de la medicina preventiva, a corto y largo plazo. Los tiempos de activación-inactivación son impredecibles; en muchos casos pueden ser más o menos leves que los síntomas originales y durar semanas, meses o inclusive años inactivos, todo sucede en lapsos indefinidos, sin ningún control.
Los virus del grupo herpes, los de las familias HN1 – HN5 y actualmente los coronavirus son auténticos representantes del proceso activación-inactivación, el caso más típico es el del SARS-CoV -1 que apareció en China en 2003 causando 775 decesos en 37 países; que posteriormente desapareció sin dejar huella alguna, para volver a resurgir en el 2019 dejando un saldo todavía indefinido.
¿O acaso debemos pensar que este asombroso suceso fue un fracasado ensayo de algún país en vías de desarrollo? 6
No hace mucho tiempo, la dinámica normal de una enfermedad siempre era ocasionada por algún agente patógeno específico para invadir a las plantas, animales o a los humanos. Los más comunes eran los insectos con su gran capacidad reproductiva y su enorme dispersión en la mayoría de los ambientes. Una vez que se producía el contagio, no nos quedaba otra alternativa que obtener el diagnóstico adecuado, empezar un tratamiento, seguirlo y esperar que nuestro cuerpo reaccionara a través de nuestro sistema inmunológico. Hoy en día, las infecciones se han diversificado porque muchos de los agentes infecciosos acarrean mezclas de información genética que producirán otras infecciones en la nueva víctima.
Estas nuevas infecciones de naturaleza viral son diferentes, son más complejas y selectivas porque requieren de un complemento molecular que solo las víctimas poseen. Es muy posible que los síntomas de la infección y la enfermedad solo se manifiesten cuando los genomas del virus y el paciente reaccionen y produzcan un híbrido capaz de generar el proceso infeccioso e invalidar el sistema inmunológico del paciente. Esta teoría parece razonable para explicar la cuantiosa aparición de los llamados asintomáticos (aquellos pacientes que acarrean al virus en su cuerpo sin causar la infección ni sufren ninguno de los síntomas característicos de la enfermedad). Es una manera simple para explicar la elevada aparición de portadores que actúan de esa manera tan peculiar. Así mismo, también es posible explicar el incremento en el número de desafortunados pacientes que desarrollan la infección en forma interrumpida tan irregular, descrita como el Coronavirus latente o long virus.
En la actualidad es bien sabido que el Coronavirus y otras familias virales como las HN1 – HN5, las MERS, etc que se caracterizan por infectar a los cerdos, las aves y los camellos también han infectado a los humanos. De hecho, existen reportes de que el SARS-CoV-2 tiene una especial predilección por infectar a la gran variedad de especies mamíferas de piel fina y la amplísima gama de felinos salvajes y domésticos.7 Es muy posible que toda esta compleja dinámica genética entre las especies haya originado las mutaciones que permanecieron discretas y que de pronto han surgido en nuestro medio ambiente resultando en cuantiosas pérdidas económicas y sociales para la población mundial.
Los virus fueron descubiertos por dos extraordinarios científicos, Martinus Beijerink en Holanda y Dimitri Iwanowsky en Rusia. Ambos maceraron los tejidos y las hojas de plantas de tabaco, utilizaron los filtrados como extractos infecciosos y observaron las manchas de mortandad a simple vista; todo sucedió a finales del siglo XIX. Aunque ninguno de ellos logró verlos, ambos coincidieron plenamente en sus descripciones. Usaron el término virus, extraído del latín para caracterizar la muerte y desaparición de las células vegetales, asumieron que la suspensión del macerado contenía algún elemento tóxico, un veneno infalible. Desde entonces, el concepto no ha cambiado, existe la certidumbre de que los virus son siniestros y que constituyen una amenaza para todo ser vivo, en cualquier lugar y cualquier ocasión.
El tema de los virus, específicamente el SARS-CoV-2 es complejo y muy extenso, afortunadamente existe literatura abundante que puede consultarse para satisfacer la mayoría de las preguntas. Se recomienda acudir al website del Center for Disease Control (CDC) que además ofrece la ventaja de la traducción a varios idiomas. Se recomienda en especial: Long COVID or Post COVID Conditions.
REFERENCIAS
- Antonio G. Trejo., “Breviario del Coronavirus”. Ruiz Healy Times. Marzo 4, del 2021.
2.- Antonio G. Trejo., “Coronavirus Villano”. Ruiz Healy Times. Junio 29, del 2020
3.- Antonio G. Trejo., “Los Virus, Eterno Desafío”. Ruiz Healy Times. Junio 2 del 2022.
4.- Lisa O’ Mary., “Autopsies Show COVID Virus Invades Entire Body”. Medscape. Monday January 9, 2023
5.- Sydney R. Stein et. al. “SARS-CoV-2 infection and persistence in the human body and brain autopsy”. Nature. 612, 758-763. December 14, 2022.
6.- Antonio G. Trejo., “La Guerra Biológica”. Manuscrito sin publicar. Febrero, 2023.
7.- Megha Satyanarayana. “COVID Relay” Scientific American. November 2022.
Correo electrónico: [email protected]
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