Las 4T de la 4T

Acabamos de cumplir el primer año de calendario -que no político- de la llegada al poder de López Obrador, que arrasó con el 53% de...

3 de diciembre, 2019

Acabamos de cumplir el primer año de calendario -que no político- de la llegada al poder de López Obrador, que arrasó con el 53% de los votos y ha conseguido en apenas un año resucitar la Presidencia Imperial -aunque Krauze opine que es algo peor- y llenar de ruido -que no de diálogo ni comunicación- al país. ¿Qué 4 Transformaciones y que 4 Tonterías, buscando la objetividad y que nadie es perfecto se han logrado o están todavía por cumplirse? Empecemos por las Transformaciones:

  1. López Obrador llegó a nuestro juicio, más que por el hartazgo de la pobre presidencia de Peña y la Regencia de Videgaray, por prometer un discurso “moral”, liberador, a los 50 millones, que 35 años de “neoliberalismo” nunca incorporó a su modelo ni les dio voz, que en realidad suman casi  105 millones, por la incertidumbre económica en la que viven. Su principal bandera fue combatir la corrupción. ¿Lo ha logrado? A medias y con ambigüedades, pero en un país donde campean la corrupción y la inmoralidad, ha dado algunas señales de perseguirla: la renuncia del líder sindical de Pemex, la persecución de la Robles por la estafa maestra -aunque parecen incluidos muchos elementos de venganza personal o partidista; la disminución de algunos salarios que eran inmorales aún a nivel mundial en un país con 100 millones de personas en situación de vulnerabilidad económica -aunque tenían derecho a su liquidación-; perseguir a Lozoya; intentar disminuir el precio que paga el gobierno federal por el abastecimiento de medicinas -que parecía exagerado, aunque colapsó todo el sistema de salud-; su pelea por el huachicol -un tanto surrealista- y el intento de congelamiento de cuentas de exfuncionarios por actos de corrupción por su valiente -que no por ello eficaz- del Director de la Unidad de Inteligencia Financiera -violando en ciertos casos derechos humanos-. Estas señales se han visto enturbiadas por la evidente protección al impresentable Bartlett y por la asignación directa de muchas licitaciones. ¿Gatopartidismo?
  2. Aumentar el salario mínimo, que perdió cerca de un 400% de su poder adquisitivo, y tardará otros tantos en recuperarlo plenamente, fue otro de sus aciertos: el salario, como decía el filósofo Wojtyla, es una de las claves de la cuestión social. El salario mínimo en México es el más bajo de América Latina; fue un error atarlo al combate a la inflación en el periodo neoliberal y ha permitido que el consumo no se vaya por los suelos;
  3. La reforma laboral: Era necesario sustituir los sindicatos charros y corporativistas, así como los sindicatos blancos de la peor ralea de nuestra clase empresarial por un auténtico derecho de los trabajadores a una democracia sindical, aunque la presión haya venido de organizaciones internacionales. Los sindicatos -ahora en seria crisis- jugaron un papel muy importante desde la Revolución Industrial para mejorar la situación del trabajador.
  4. La conservación -al menos por ahora- del equilibrio macroeconómico, condición necesaria, más no suficiente para el desarrollo de los países: respetar la autonomía de Banxico; hacer un presupuesto sin contratar deuda, han permitido que las tasas de interés y el tipo de cambio comiencen a bajar.

Ahora pasemos a las 4 mayores Tonterías -que lamentablemente han sido muchas-:

  1. En todo intento de cambio de régimen, hay que destruir muchas instituciones para crear otras nuevas; el problema es que todas las reformas apuntan hacia la recentralización del poder presidencial, con las nefastas consecuencias que la memoria arrastra en nuestro país, y que sería bueno que los jóvenes estudiaran en los libros de historia no oficiales, ahora tan vilipendiados: las recurrentes crisis económicas transexenales (1976, 1982, 1987, 1994) que han impedido el desarrollo sostenido de nuestra nación y la amenazante espada de Damocles de volver a instituir un régimen de censura -expresa o velada- a la libertad de expresión. Sin libertad de expresión crítica de los medios y poder absoluto que a cualquier presidente enloquece.
  2. Su errada política económica en torno al sector energético: querer hacer del petróleo otra vez el motor de la economía -sin olvidar los cambios que ha tenido el sector desde la administración de la abundancia-; olvidar que es un sector de largo plazo, por lo que no logrará -con todo y su estúpido capricho de su Refinería- que vuelva a ser la principal fuente de recursos públicos; relegar al sector privado del sector energético; introducir elementos fuertemente contaminantes en los proyectos de inversión en petróleo y electricidad; su desprecio por las energías renovables. Y podemos seguir.
  3. Su efecto no planeado de austericidio, que lo convierte según Mayer-Serra en un neoliberal de clóset: el crecimiento es la mejor forma de recaudar recursos, y para ello se necesita alentar la inversión pública y privada -que necesita un entorno de confianza que AMLO ha destruido-. Este es a nuestro juicio su peor tontería: recortar y recortar para que cuadren las cifras macroeconómicas, aunque con ello se cargue los programas sociales y el crecimiento económico.
  4. Por último, su errada y ambigua estrategia en seguridad: crear la Guardia Nacional -con lo que parece seguir la política de balazos de los dos sexenios anteriores, llegando a las 37 mil muertes, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública-, pero al mismo tiempo “perdonar” al crimen organizado; pensar que son “malos” o realizan actos de maldad, porque son pobres, cuando el crimen no conoce condición social: olvidar que la inseguridad se persigue con “inteligencia de seguridad”, como dice Edgardo Buscaglia, y no con más policías incompetentes por las calles, empezando por su titular.

Faltarían muchas otras cuestiones: los subsidios, la renegociación del T-MEC, la ausencia de cambios verdaderamente estructurales para que se pueda hablar de una “auténtica transformación” (fiscales, bancarios, de federalismo y aliento a la actividad económica privada, si bien con sus diques), que no permiten, a nuestro juicio, que se trate de la Cuarta Transformación, sino de la Primera Surrealización.

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