De ejecutivo a emprendedor

¿Te ha pasado alguna vez que una idea da vueltas en tu mente y que te emociona, pero a la vez te da miedo llevarla...

4 de febrero, 2016

¿Te ha pasado alguna vez que una idea da vueltas en tu mente y que te emociona, pero a la vez te da miedo llevarla a cabo? Pues es una sensación muy frecuente en quienes desean volverse empresarios.

He de confesar que a mí me pasó. Tuve la gran oportunidad de trabajar para grandes corporativos transnacionales e instancias gubernamentales, pero un día sembré en mi cabeza un anhelo; el formar mi propia empresa, y lo hice.

Dar el paso no es fácil, pero es una gran experiencia de vida que te hace crecer en muchos aspectos.

Tienes que prepararte para muchos retos, que si los superas, van a generarte un aprendizaje que va a perdurar en tu experiencia como empresario y a nivel personal.

El deseo de dejar de ser empleado y convertirte en emprendedor trae consigo una serie de cambios en tu vida. Uno muy importante y que detiene a los ejecutivos a dar el paso, es el que el dinero va a dejar de caer con regularidad en su cuenta de banco cada quincena. Por eso, es fundamental que te deshagas de creencias que te limiten, tales como “que la mayoría de los emprendedores fracasan el primer año”, “que en tu familia nunca ha habido empresarios y que no vas a tener a alguien que te asesore adecuadamente”, “que vas a perder todos los ahorros de tu vida y que va a ser muy difícil levantarte de nuevo y conseguir un trabajo bien remunerado”.

El éxito no va a llegar de manera rápida ni en forma proporcional a lo mucho que vas a trabajar.

El primer año es pesado, pero no te desanimes. Ten en cuenta que la gente que tiene empresas durante muchos años y que pasan de generación en generación han sido personas perseverantes y resistentes al fracaso. De hecho, a muchos de estos grandes empresarios no siempre les fue bien a la primera, pero el haberse caído varias veces les permitió desarrollar habilidades para la supervivencia y crecimiento de sus empresas.

Aunque te capacites, van a surgir imprevistos y situaciones a las que nunca te has enfrentado, así tengas mucha información en diferentes áreas de la vida corporativa o gubernamental.

Está claro que nadie quiere equivocarse. Ahora que eres ejecutivo, seguramente has cometido errores que le han costado a la compañía. Cuando seas emprendedor, esos errores van a costarte tiempo y dinero. Habrá sucesos que seguramente te frustrarán y harán que te equivoques, pero precisamente, aquí es en donde debes pensar que no importan las veces que te caigas; debes levantarte y seguir adelante con más energía. Recuerda que la única derrota es el desaliento y dejarse vencer, y que de las peores situaciones siempre se sale mucho más fortalecido.

Muchas veces, son nuestras acciones las que obstaculizan el camino al éxito. Identifícalas y evita autosabotearte. Conviértete en un agente de cambio; confía en tus capacidades y potencialízalas; elige una actividad que disfrutes, porque ésta será la clave para que puedas crear una empresa competitiva.

Date el tiempo de trabajar en tu idea de negocio. Cree en tu proyecto y hazlo con pasión.

Además de dejar atrás los propios obstáculos mentales que impiden comenzar ésta transición de empleado a emprendedor, es preciso que conozcas ciertos aspectos que se te pueden presentar como “problemas” y que en realidad son pruebas de resistencia que con talento, preparación, práctica, disciplina, insistencia, valentía y paciencia vas a resolver de una manera adecuada y eficaz.

Es de gran utilidad la base práctica que aporta ser empleado durante varios años, pero también es necesario contar con una base teórica que te aporte los conocimientos que requieren la gestión de una empresa. 

Para atravesar éste proceso, necesitas buscar el apoyo adecuado. Rodéate de gente que ya lleva un camino avanzado en el tema del emprendimiento, pues ellos te darán consejos que difícilmente los vas a conocer, por más que leas sobre el tema y hayas sido un gran ejecutivo o servidor público.

Reduce gastos innecesarios, define prioridades. Construye nuevos hábitos para tu nueva forma de vida. Es necesario tener la capacidad de adaptarse al cambio. Sé positivo y proactivo.

El ser emprendedor implica arriesgar, actuar, intentar, y fallar.  Mantén una actitud de mejora continua. No desvíes tu mirada de tus objetivos. Conecta innovación y estrategia. Busca nuevas formas de satisfacer las necesidades de tu mercado, sé creativo.

Asimila las complejidades de tu travesía como emprendedor, y entre más aprendas de tus errores, menor será la carga que éstos representarán en el futuro. Tarde o temprano alcanzarás todas tus metas.

¡Ten presente que el camino al éxito comienza en tu mente!

¡Mucha suerte!

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