Las pequeñas cosas: Revolución

“Marieta no seas coqueta porque los hombres son muy malos, prometen muchos regalos y lo que dan son puros palos”. – Marieta / Los Hermanos Záizar.

20 de noviembre, 2023

Elizabeth Cruz Ramírez

Lunes 20 de noviembre, conmemoración del CXIII Aniversario de la Revolución Mexicana y de recordar su máximo logro: ¡Sufragio efectivo, no reelección! A través del manifiesto conocido como Plan de San Luis redactado por Francisco I. Madero a su llegada a Texas después de huir de San Luis Potosí en donde había sido arrestado: “He designado el domingo 20 del entrante Noviembre, para que de las seis de la tarde en adelante, todas las poblaciones de República se levanten en armas bajo el siguiente Plan: 1º. Se declaren nulas las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, Magistrados a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Diputados y Senadores, celebradas en junio y julio del corriente año… Conciudadanos: No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombres libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria” (San Luis Potosí, octubre 5 de 1910. Francisco I. Madero).

“¡Prefiero morir de pie que vivir de rodillas!”, Emiliano Zapata luchaba para que se restituyeran las tierras y manantiales entregados a las comunidades desde los tiempos de la Colonia pero que les fueron despojados por hacendados y empresas extranjeras. Defendió el agrarismo, la resistencia campesina y la lucha por la dignidad humana, a través del manifiesto Plan de Ayala promulgado el 28 de noviembre de 1911 por el cual desconoció al iniciador de la revolución Francisco I. Madero al traicionar las causas campesinas, dicho plan concluye con el lema: “Libertad, Justicia y Ley”.

“¡Para servir a la patria, nunca sobra el que llega ni hace falta el que se va!” – José Venustiano Carranza de la Garza. Del latín revolutio, cambio violento en las instituciones políticas de una nación; en su sentido figurativo, cambio importante de un estado de cosas y por extensión, motín, alboroto, rebelión. Si en el pasado se defendieron los derechos y la propiedad de los campesinos que vivían bajo el yugo de la dictadura y el cacicazgo ¿Por qué no defender ahora el derecho a la libertad, al libre tránsito, a la vida sin violencia, a la elección libre de representantes políticos, etc? La opresión y la desigualdad no han desaparecido actualmente, aquéllos perdieron sus tierras, los de ahora han perdido propiedad intelectual, calidad educativa, transporte digno y seguro, políticos honestos, seguridad y calidad humana. No somos más libres ni hemos recuperado más propiedades; es más, actualmente no se aspira a tener un pedazo de tierra sino un lugar en el cielo porque la vida se habita en condominio y la tierra sirve sí y sólo sí para edificar y no para sembrar, para capitalizar y no para cultivar, para hacer millonarios a unos cuantos y endeudar al resto, para engrandecer ciudades y desaparecer poblados, para urbanizar y gentrificar.

Vivimos tiempos preelectorales que bien podrían ser caldo de cultivo para una revolución sin armas, pacífica. Revolucionar el pensamiento crítico de las y los mexicanos. Revolucionar las propuestas políticas. Revolucionar la educación y la cultura. Revolucionar principalmente, el trato humano. Revolucionar el servicio al cliente. Revolucionar los derechos de las mujeres, las infancias, las personas de la tercera edad. Revolucionar los servicios de salud. Revolucionar el transporte público. Revolucionar los usos y costumbres para recobrar identidad como mexicanos.

En el año 2000 llegó a las salas de cine el filme “Cadena de Favores” con una idea simple pero poderosa para cambiar al mundo y provocar una “revolución” no solo en la vida del personaje principal (Trevor), sino en la de sus padres, su maestro y el mundo entero al hacer algo verdaderamente especial que cambiara radicalmente la vida de otro, quien a su vez, haría un favor igualmente especial a otras tres personas que cambiarían su vida y así sucesivamente hasta el infinito. Algunos años después escribí sobre el argumento de la película para generar una propuesta que se apega a #laspequeñascosas que podemos aportar para ser el cambio que queremos ver en el mundo: “Hoy, hagamos tres favores al mundo de acuerdo a nuestra gran capacidad humana para revolucionar el actual estado de cosas, pensemos en acciones sencillas pero contundentes que inicien la gran cadena de favores.” (Suplemento Generación M, Milenio Diario, 2006).

Iniciemos la revolución en primera persona y quizá nos sorprenda gratamente encontrarnos con otros caudillos revolucionarios, locos con ganas de transformar al mundo con las armas más poderosas de todo el mundo: la paz y el amor.

A manera de colofón

El Buen Fin se ha convertido en la máxima temporada de ventas y la época de endeudamiento al por mayor, significa la antesala de la temporada navideña y el momento en que muchos aprovechan para salir de vacaciones exprés porque se convierte en un puente que pone pausa a las actividades escolares y en el mejor pretexto para detenerse y tomar un respiro para enfrentar el último tramo del año, para hacer un recuento de todo lo bueno y lo malo y en lo que queda por hacer para convertirse en la mejor versión de sí mismo.