Decir la verdad es una manera de empatizar y construir relaciones fuertes y duraderas. Nos hace más humanos, más cercanos y nos permite relacionarnos más y mejor con las personas a las que queremos o con las que tenemos un proyecto en común, puede ser compañeros de trabajo, escuela o familia.
Se considera la verdad como un valor ético, pues da sentido al respeto ante los demás hombres, constituye uno de los pilares básicos sobre los que se asienta la conciencia moral de la comunidad y abarca todos los ámbitos de la vida humana.
La verdad es definida semánticamente “como el momento en el cual una intención, un propósito, deben encontrar una verificación en la realidad”; sin embargo, cada sistema filosófico implica y encarna una determinada concepción de la verdad, es decir, el modo de relacionarse cognoscitivamente el hombre con la realidad.
Hoy en día estamos en la época de las fake news, donde en la historia de la comunicación, las noticias nunca habían sido tan alteradas. A veces voluntariamente, otras por inercia y contagio.
Al mencionar sobre la gestión y control del Covid-19, ha sucedido que no sabemos a quién creerle, ya que se juegan con las cifras y el impacto, las suben y bajan a su propia opinión, manipulando la información ocasionando un sinnúmero de interrogantes que distraen el sentido de la verdad de la realidad.
La mentira, o el no decir toda la verdad de forma interesada, han pasado a formar parte de nuestra cultura. Estamos más que acostumbrados a escuchar información que posteriormente se desmiente, sin que por ello produzca ninguna dimisión ni corrección por parte de quien emitió dicha mentira. Esto tiene unas enormes consecuencias porque estamos acostumbrándonos a aceptar la información tal y como nos llega, sin preocuparnos por buscar eternamente la verdad.
Esto también sucede a nivel personal. Nos han educado a ser políticamente correctos y ante la oportunidad de ser sinceros y enfrentarnos a un problema concreto, huimos alimentando la mentira una y otra vez. No solo a nivel personal, sino principalmente en los entornos laborales. Huimos del conflicto y vamos dejando pasar oportunidades de contar y decir la verdad; de expresar juicios de valor que pueden destruir al otro, pero también pueden ayudar a construir una relación duradera.
¿Por qué no nos enfrentamos a la verdad?
Las consecuencias de no utilizar la sinceridad como forma de empatía con los nuestros, ocasionan que los problemas crezcan infinitamente porque no nos hemos atrevido a decir la verdad.
Cuántos problemas pasados fueron evitados por decir y sobre todo por escuchar la verdad. No solamente en el pasado sino en el presente, practicar la verdad nos ahorrará tiempo, disgustos y ganaremos mucho relaciones sinceras con los demás y con uno mismo.
Y tú, ¿estás listo para vivir una vida de verdad?
Referencias
https://diegoantonanzas.com/la-importancia-de-decir-siempre-la-verdad-o-casi-toda-la-verdad/
Contacto
@DraElizabethCr1
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