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Inmuebles (primera parte)

Se dice que los deseos infinitos tienen lugar en un mundo cerrado. Los deseos que nutren a la demanda potencial del sector inmobiliario son, en efecto, infinitos; y el mundo está cerrado porque la oferta no siempre...

6 de septiembre, 2023

Fernando Jeannot

Alemania. En el trimestre 4 de 2022, el precio promedio de las viviendas cayó 3.6% en comparación con el mismo trimestre del año anterior y 5% en las viviendas residenciales, en una clara tendencia deflacionista totalmente inesperada.

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Esta depresión se debe a: (1) a la asombrosa disminución de la demanda; (2) al aumento de los costes financieros para beneficio de los cazadores de rentas, pero para perjuicio de los prestatarios. Los permabulls u optimistas permanentes dicen que la corrección es saludable porque los precios inmobiliarios estaban aumentando mucho. Si usted piensa comprar un inmueble en Alemania porque los precios están bajando, está bien, pero tenga cuidado con el coste de financiamiento porque los cazadores de rentas son devoradores de recursos, al mismo tiempo que la Incertidumbre XXI puede impactarnos con sorpresas muy desagradables.

Por otro lado, pero al mismo tiempo, habrá llegado la hora para que los vendedores decidan emigrar a otro sector de actividades económicas.

China. El dirigismo chino no duerme la siesta ante la crisis inmobiliaria, sino que saca a relucir la artillería pesada de la política económica consistente en una ristra de medidas de tal género, las cuales van desde el aflojamiento de los requisitos bancarios para tramitar un crédito, hasta ayudas específicas a los promotores inmobiliarios.

Los que han contratado una hipoteca por primera vez, podrán renegociar tal convenio eventualmente con el apoyo gubernamental. Esta crisis inmobiliaria de agosto/septiembre 2023 es un suceso anunciado por los cuellos de botella en la gestión de las grandes empresas del sector inmobiliario como EVERGRANDE desde 2021; o el similar COUNTRY GARDEN hoy en día al borde la quiebra.

La repercusión en la economía nacional no es una nadería, porque el sector inmobiliario personifica el 30% de la economía interior. Los causantes de la crisis inmobiliaria son los cazadores de rentas insaciables apropiadores de las ganancias de oportunidad ubicadas en un sector inmobiliario hasta hace poco tiempo en franca expansión, pero actualmente en recesión.

España. Las estadísticas del sector inmobiliario son inferiores a los niveles alcanzados en 2019. Con la ayuda providencial, es de esperar que en 2023 haya un ajuste al alza porque la demanda sigue siendo muy superior a la oferta, naturalmente y sobre todo en los centro urbanos. Si la incertidumbre XXI no hace ninguna trastada y en 2023, la cifra de negocios alcanzará 480 mil unidades, cantidad inferior a los 500,000 logrados en 2021. Los permabulls u optimistas inveterados, dicen que los precios inmobiliarios se mantendrán estables en 2023, pero subirán paulatinamente en 2024 al paso de la inflación la cual, por ser estanflacionaria, anulará en buena medida a la subida inflacionaria y justificará a los permabears o casandras de siempre, a decir:

¡Nosotros se lo habíamos dicho!

Optimistas y pesimistas aparte, el encarecimiento del crédito hipotecario bloquea la compra de nuevas casas o departamentos, lo cual empujará hacia arriba el precio de los alquileres en 2023 y más allá. Ciertos materiales de construcción como los metales industriales han registrado bajas de precios en los últimos meses, los cuales aportarán un grano de arena al descenso del presupuesto de obra, aunque no será suficiente por sí mismo para bajar el precio de mercado.

Finalmente, es imposible hablar de España sin mencionar a los ocupas. El capitalismo occidental se basa en la propiedad privada, la cual constituye la columna vertebral del funcionamiento macro, meso y microeconómico; al mismo tiempo que un pilar central de toda la estructura organizativa y del estado de derecho nacional e internacional.

Si los gobernantes españoles motivados en razones electoreras tratan con mano blanda a los ocupas, están incitando al deterioro esencial de todo el estado de derecho, pero no solamente el imperante en el sector inmobiliario.

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No titubamos en sostener que hay que aplicar con rigor de mano dura a la legislación para impedir nuevas ocupaciones, así como para desalojar con diligencia a las existentes. Sin ninguna demagogia; insistimos en señalar a los ocupas como meros delincuentes.

Publicaremos la segunda parte el 13 de septiembre de 2023.

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