Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el final de la pandemia por COVID-19, los investigadores siguen buscando nuevas formas de proteger a los seres humanos del virus y sus variantes, sobre todo a aquellas personas inmunocomprometidas y de edad avanzada.
No obstante, el Biodesign Center for Immunotherapy, Vaccines and Virotherapy y de la School of Life Sciences de la Arizona State University (ASU) desarrolló una nueva terapia innovadora contra COVID-19 a partir de plantas.
La investigación aprovecha la expresión transitoria en las plantas de tabaco para desarrollar y producir un anticuerpo monoclonal de tipo 4. Su ventaja es que protege contra COVID-19, incluso cuando el virus muta para intentar evadir la inmunidad generada en el organismo.
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“Este tratamiento con anticuerpos monoclonales es principalmente resistente a las mutaciones y neutraliza varias variantes, incluido Omicron. Esto lo convierte en un candidato terapéutico para luchar contra las nuevas mutaciones del virus COVID19″, aseguró el centro.
Las terapias COVID-19 hechas de plantas tienen varias ventajas sobre otras. Las plantas pueden producir grandes cantidades de proteínas terapéuticas en un período de tiempo relativamente corto, lo que las hace ideales para ampliar la
producción.
Además, son baratas de cultivar y mantener, lo que las convierte en una alternativa rentable a los sistemas tradicionales de expresión de proteínas.
Debido
a que las plantas no son huéspedes naturales para los patógenos humanos, su uso reduce el riesgo de contaminación con agentes infecciosos.
El tratamiento podría ser particularmente útil para pacientes de la tercera edad y personas con sistemas inmunes comprometidos que son altamente vulnerables al SARS-CoV-2 y sus variantes emergentes, como Omicron.
La investigación destaca que la terapia potencializa los anticuerpos de otros tratamientos y vacunas cuando se adicionan
los anticuerpos monoclonales de las plantas.
Los sistemas de expresión basados en plantas pueden reprogramarse rápidamente para producir nuevas terapias en respuesta a patógenos emergentes como el SARS-CoV-2, lo que los convierte en una opción atractiva para la respuesta a la pandemia.
Estos tratamientos pueden ser acompañantes de las terapias existentes y ofrecen ventajas como costos reducidos y rapidez de producción.
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