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Todos podemos ser genios: ¿por qué reconocer y potencializar la inteligencia de nuestros hijos?

Hoy como nunca, el mundo necesita que las generaciones de padres y maestros se enfoquen en brindar una formación que parta de los talentos individuales de niños y jóvenes.

21 de septiembre, 2022

Alejandra Ruiz Sanchez

Aunque la Teoría de las inteligencias múltiples no es nada nueva en el entorno pedagógico (la idea surgió aproximadamente en 1979 y fue publicada por primera vez en 1983, a partir de las investigaciones de Howard Gardner y un grupo de colegas en la Universidad de Harvard), lo cierto es que muchos padres e incluso muchos docentes actuales siguen siendo parte de las “generaciones del CI”, las del aprendizaje fundamentado en la memorización y las de la educación enfocada casi exclusivamente a desarrollar el pensamiento lógico-matemático y las habilidades lingüísticas. Pero… ¿dónde quedan entonces los niños que no son tan capaces en estas áreas?, ¿qué nos dice la ciencia sobre esto?

El CI (IQ) es cosa del pasado

Por fortuna para todos, aunque muchas de estas ideas siguen vigentes, el pensamiento (y sobre todo las acciones) alrededor de la educación han ido evolucionando y hoy sabemos que los resultados de las mediciones tradicionales de “inteligencia” son sólo indicadores y que todos los niños tienen diferentes maneras de aprender y de aplicar sus conocimientos.

De acuerdo con la Teoría de Gardner, seguida, defendida y profundizada después por muchos otros investigadores, el potencial humano se divide en ocho tipos de inteligencia (que todos tenemos en diferente “medida”), a saber:

Inteligencia lingüística: utilizar las palabras de forma oral o escrita.

Inteligencia lógico-matemática: categorizar, clasificar, deducir, generalizar, calcular utilizando números, realizar operaciones matemáticas, análisis y resolver problemas tanto lógicos como matemáticos.

Inteligencia espacial: visualizar y representar de forma gráfica las ideas visuales o espaciales, crear diseños, cuadros, diagramas, construir cosas y tener la facilidad para orientarse adecuadamente en un lugar.

Inteligencia corporal-cinestésica: dominio del propio cuerpo para expresar ideas y sentimientos, así como la facilidad para utilizar las manos y poder transportar objetos y/o elementos.

Inteligencia musical: crear sonidos, ritmos y melodías, así como percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales.

Inteligencia interpersonal: comprender, empatizar y relacionarse de forma eficaz con los otros, al igual que la facilidad para mostrar expresiones faciales, expresar distintos tipos de gestos en cada ocasión y destreza para modular la voz.

Inteligencia intrapersonal: se manifiesta en personas reflexivas, que han desarrollado el autoconocimiento, la autoestima y la autodisciplina y que con ello son capaces de dirigir su vida.

Inteligencia naturalista: comprender el entorno natural, reconocer, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente y tener gran habilidad para el pensamiento científico.

Y entonces… ¿Hay niños más inteligentes que otros?

La realidad es que cada niño es diferente y, en cada uno, ciertos tipos de inteligencia estarán más desarrollados que otros.

En este sentido, en un artículo/entrevista publicado en https://barcelonalternativa.es/el-padre-de-inteligencias-multiples/, Gardner nos ofrece respuestas más que acertadas para que como padres y maestros tengamos la capacidad de identificar, desarrollar y potencializar estas inteligencias.

Algunos de los aspectos más relevantes de la publicación son:

– Todos los tipos de inteligencia valen por igual

“Todos los premiados sobresalen por hacer algo completamente diferente, pero… ¿Haile Gebreselassie, considerado el mejor corredor de fondo de todos los tiempos, es menos inteligente que Giacomo Rizzolatti, científico que descubrió las neuronas espejo?”.

Gardner nos dice: “Claramente no. Lo que ocurre es que sus inteligencias pertenecen a ámbitos distintos.Todo el mundo tiene todas las inteligencias, pero la vida no es justa… Hay gente que brilla en todos los tipos, como Leonardo Da Vinci, y otros… bueno, no las desarrollan igual. Pero lo importante de esta teoría es que existen una serie de perfiles: algunos tienen picos altos en algunas tareas y otros en otras, pero siempre podemos mejorar en las más bajas”.

– ¿Cómo se puede identificar el potencial o el tipo de inteligencia que sobresale?

Gardner: “Creo que el mejor modo de hacerlo es intentar enseñar algo nuevo a alguien y ver cuánto tarda en aprenderlo. Por ejemplo, enseñamos a un grupo de estudiantes a jugar al ajedrez. Después de 20 partidas, algunos ganarán casi siempre. Claramente esos son los que tienen más potencial”.

– Olvidar los tests de CI

De acuerdo con Gardner: “No sirven, es como poner a alguien un sello en la frente: tú eres listo, tú no. Eso es muy negativo.Es mucho mejor descubrir en qué destaca alguien, qué debe aprender y darle ayuda para ello. Y si no es así, probar otra cosa”.

– ¿Por qué debe transformarse el sistema educativo?

1.- La educación no debe centrarse únicamente en la escuela: también depende de la familia, los medios de comunicación, el vecindario, todo lo demás… Además, los profesores deben ser profesionales (tener vocación y demostrarlo. Aceptar una responsabilidad, tener estatus y ser respetados).

2.- Nuestras comunidades desperdician el talento porque solo los privilegiados tienen opciones.

3.- Mejorar la educación debería ser una de las prioridades principales de un gobierno. Y un consejo: aprovechar los medios digitales es muy importante. No sirve de nada hacer que los estudiantes memoricen las cosas si todo está aquí (saca un smartphone del bolsillo) Vamos a enseñarles cómo utilizar las fuentes de información y también a cuestionarlas. En cuanto a los jóvenes, si no hay oportunidades de empleo, la motivación es mucho más difícil, pero no se pueden quedar en casa. Pueden seguir mejorando sus destrezas y ayudar a otras personas. En el futuro, cuidar a nuestros mayores va a ser la mayor fuente de trabajo.

– ¿Y los genios? ¿Steve Jobs, por ejemplo, lo fue?

“Un genio es alguien que descubre algo nuevo del mundo, y creo que él lo hizo. Así que, de acuerdo con esa definición, efectivamente, fue un genio”.

Descubrir, desarrollar y potencializar talentos: la tarea de los padres y docentes del siglo XXI

Hoy, como nunca antes, el mundo necesita que las generaciones de padres y maestros transformen sus maneras de pensar y se enfoquen en brindar una formación que parta de los talentos individuales de niños y jóvenes y los haga más fuertes.

Sólo si somos capaces de entender que cada niño es especial, que todos podemos ser genios y que es necesario identificar, desarrollar y potenciar el talento de cada uno, lograremos avanzar como especie.

¿Los avances científicos y tecnológicos son importantes? ¿Formar generaciones de científicos, abogados, médicos y programadores es necesario?…

Por supuesto que sí, pero también lo es tener grandes profesionales en los deportes, las artes y las disciplinas espirituales.

La fortaleza y, sobre todo, la evolución de toda sociedad se basa en que cada quien haga lo que le corresponde poniendo su “granito de arena” y hoy, en pleno siglo XXI, debemos tener presente que todos necesitamos de todos; que nos hace tanta falta divertirnos, crecer a nivel espiritual o fomentar la salud física a través del deporte, como desarrollar la inteligencia artificial o ir a la vanguardia en la carrera espacial; y, lo más importante, que la educación debe partir de entender que el ser humano no está programado para una sola cosa, sino es un conjunto de dimensiones complejas que lo vuelven integral, completo y, precisamente por esa razón, simplemente “humano”.

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