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“Sufragio efectivo. No reelección “, sí, pero presidencias municipales deben durar seis años

El municipio es el ente político más cercano al ciudadano y sus servicios son indispensables para cualquier aspiración de un desarrollo integral.

24 de abril, 2024

Ginés Sánchez

“Sufragio efectivo. No reelección", sí, pero presidencias municipales deben durar seis años

Al parecer, la doctora Claudia Sheinbaum, de ganar la Presidencia de la República como todo pareciera indicar, enviaría una iniciativa, a mi juicio acertada, al Congreso para quitar la posibilidad de reelección de diputados (hasta en dos ocasiones), alcaldes (una) y senadores (una también). Se ha visto que crean incentivos perversos al contender con ventajas legítimas, como en el caso de los presidentes municipales el contar con todo el margen de operación qué dan las arcas de los ayuntamientos, y los legisladores al distraerse de sus funciones para entrar en campaña electoral.

Pero hay un eslabón muy débil en los cargos de elección popular en México y son los presidentes municipales: tres años es un periodo ridículo para ofrecer resultados palpables; en cambio, una muy buena oportunidad para los pretextos, como culpar de todos los males al anterior munícipe. Ojalá que ese proyecto de reforma constitucional incluya ese punto, ya que el municipio es el ente político más cercano al ciudadano y sus servicios son indispensables para cualquier aspiración de un desarrollo integral, tanto de la persona y por ende también, de las ciudades, entidades federativas y la Nación en sí misma.

Con un sexenio por delante, los presidentes municipales tendrían tiempo suficiente para la planeación y ejecución de sus programas de gobierno, lo cual obviamente no ocurre con un período tan ridículamente corto como lo es un trienio. Quizás también sería pertinente incluir un ejercicio de revocación de mandato, por aquello de las malditas dudas y que un alcalde esté llevando a su municipio al despeñadero, pero aun así, se debe eso analizar muy minuciosamente, ya que pudiera ser oportunidad para intentos de desestabilización y agitación social por parte de actores políticos contrarios a la autoridad en cuestión ya establecida.