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SedenaLeaks, única ficha opositora

20 de octubre, 2022

A principios del mes de octubre el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) había sufrido un ataque cibernético. Sus documentos clasificados habían sido robados y expuestos por el grupo de hackers autodenominado Guacamaya. En una primera filtración a los distintos medios de comunicación masiva, se dio a conocer el estado de salud del primer mandatario, que padece de gota, hipertensión, además de haber tenido eventos cardiacos, esto corroborado por el mismo presidente.

El grupo de piratas cibernéticos afirmó tener un aproximado de seis terabytes de información de la SEDENA que revelaría información privilegiada sobre espionaje político, labores de seguridad y seguimiento a grupos delincuenciales, así como información medular, nóminas, funcionamiento del ejército y sus protocolos. Algunos casos con información de interés periodístico ya han sido desvelados en diferentes entregas periodísticas. Cabe resaltar que aunque existen acusaciones contra políticos vinculados con el narcotráfico, dicha información al haber sido obtenida de forma ilegal, no cuenta con la veracidad automática.

A pesar de todo, gracias a este ataque cibernético se sabe que en realidad sí existe inteligencia militar que detecta a los grupos criminales y del narcotráfico, en zonas específicas del país, así como haber identificado quien encabeza sus organizaciones, su modus operandi y sobre todo sus complicidades regionales. Es por ello que en los recientes hechos violentos donde han existido enfrentamientos, asesinatos de jesuitas y actos contra pobladores en Guanajuato, Zacatecas, Guerrero y Morelos, por mencionar las noticias recientes, desatan la impotencia de la población, pues aun cuando se sabía del peligro del actuar criminal, simplemente no se hizo nada por prevenirlo.

Si bien las fuerzas armadas no tienen la función del Estado de impartir justicia jurídica, como es enjuiciar y procesar a los presuntos delincuentes, la cruel paradoja es que toda esa inteligencia e información privilegiada no sea utilizada para mejorar las terribles condiciones de homicidios en el país. Como es sabido, el poder judicial, que está desahuciado y con una larga crisis sistémica, ha abandonado a su suerte a muchos ciudadanos que entienden lo inútil de hacer denuncias, cuando los porcentajes de impunidad en delitos y crímenes rozan porcentajes arriba del 98%.

Se desmenuzan apartados sobre el uso de aplicaciones espías usadas contra algunos periodistas críticos al oficialismo, si bien aún no es posible determinar si es una práctica generalizada, pero con el paso de los meses y los años se irán conociendo más detalles sobre el espionaje político y periodístico.

En el contexto de una sucesión adelantada y con una oposición herida de muerte luego de la ruptura de la alianza legislativa que no pudo detener la reforma constitucional sobre la extensión de la presencia del ejército en labores de seguridad, los magnates e ideólogos orgánicos han debido reagrupar su proyecto opositor en la enésima mutación de colores y organizaciones panistas travestidas de sociedad civil.

La filtración de los Sedenaleaks es oxígeno puro al proyecto opositor que ya no puede por sí solo, mantener las agendas políticas de golpeteo contra la imponente figura presidencial. Los medios electrónicos en su mayoría, habían compartido información impulsada desde la miope visión opositora que muchas veces no respetaba el mínimo rigor periodístico, para privilegiar a la estridencia y el enfrentamiento pueril, sin sustancia.

Ahora con la información privilegiada, filtrada a los medios de comunicación, el frente abierto contra el gobierno del presidente AMLO es de pronósticos reservados al no saberse que documentos con información crucial podrían existir en los millones de correos electrónicos robados. Por lo tanto el único dique real que enfrenta Morena al intentar volver a ganar la presidencia, es el manejo, manipulación y publicación de la información robada, ya que la oposición ahora fracturada, no tiene figuras de peso real, no cuenta con un proyecto de nación alternativo, además de padecer un imborrable descrédito de sus impresentables miembros.

A diferencia de los libelos como “El Rey del Cash”, presentado por Elena Chávez y aquel otro libro sobrevaluado en contra del subsecretario López-Gatell durante lo más desastroso de la pandemia, los Sedenaleaks si pueden aportar datos y documentos en contra del actuar del ejército mexicano, que tiene una parte oscura, represora y ajena a la transparencia. En el presente sexenio las fuerzas armadas están metidas en la construcción de infraestructura, aeropuertos y a cargo de labores tradicionalmente civiles que por lo general estaban dominadas por la corrupción y la ineficiencia.

El manejo de dinero en efectivo en todas las campañas políticas y todos los partidos es un mal endémico de nuestro sistema político, en el pasado se logró demostrar como organizaciones como “Amigos de Fox” o el denominado “PemexGate” e incluso “la estafa maestra” permitió desviar recursos públicos a campañas electorales. En el caso del presidente AMLO los videoescándalos con funcionarios pasados y ahora con familiares es un pendiente jurídico a resolverse.

Los innumerables libros por venir en contra de la precandidata Claudia Sheinbaum buscan dinamitar su figura política con los tradicionales modos de la derecha cada vez más extremista en sus formas, sin la mínima veracidad, privilegiando la propaganda barata y sucia en deterioro del periodismo real. Dicha andanada de ataques contra las figuras presidenciables del régimen no son de igual intensidad contra el canciller Marcelo Ebrard a quien la oposición y los grupos de poder económico, le prenden veladoras para que exista una ruptura en el oficialismo que le permita abanderar la candidatura opositora.

Los millones de correos electrónicos robados de la SEDENA marcaran los temas centrales de la discusión política presentados según interese a los opositores o a el mismo oficialismo, por lo pronto dicha filtración ilegal ayuda de forma involuntaria al cacareado derecho a la información y abona a la transparencia del actuar crudo y sin tapujos de la institución mexicana con más prestigio entre los mexicanos. Esta es la única carta fuerte de la oposición fragmentada, vilipendiada y frágil en todo sentido político, pero fuerte en sus intereses económicos.

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