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Sabor con amor que remonta el mar

Estas roscas son especiales porque son hechas en un rincón donde palpita el corazón de México.

5 de enero, 2024

Hoy, 5 de enero, conmemoramos la adoración del Niño Jesús por los Reyes Magos que llegaron a Belén siguiendo la estrella que los guió hasta el humilde pesebre donde encontraron al recién nacido, guarecido por la Virgen María y San José; abrigado por el aliento de un burro y una vaca.

La fiesta de los Santos Reyes se arraigó como tradición familiar en México desde la llegada de los españoles que trajeron con ellos a los misioneros que llevaron a cabo la evangelización.

También llegó a nosotros el noble oficio de la panadería y con esto, la receta de las tradicionales roscas de Reyes.

El significado de estas roscas es muy hermoso; son ovaladas o redondas porque con esta forma se representa el amor de Dios, que no tiene principio ni final, porque es eterno.

Las incrustaciones de frutas secas cristalizadas que adornan las roscas, representan las joyas visibles en las coronas de Melchor, Gaspar y Baltasar, que eran los Santos Reyes venidos de Oriente para venerar al Hijo de Dios cuyo advenimiento había sido anunciado por los profetas desde siglos atrás.

El muñequito de las roscas, evoca al Niño Jesús.

Mis abuelitos maternos (papá Pepe y mamá Chichin), cada 5 de enero llegaban a nuestra casa trayendo con ellos una gran rosca de Reyes, que nos hacía muchísima ilusión.

Mi verdadero conocimiento de lo que son las roscas de Reyes, ocurrió a raíz de mi amistad con Renato Cárdenas (mi hermano muy querido), al que conocí cuando los dos éramos jóvenes.

Durante nuestra primera conversación, el día que lo conocí, me preguntó,

¿Conoces Chinameca?

Seguramente pensó que me iba a pescar por sorpresa, pero la sorpresa fue suya;

¿Te refieres al pueblito donde mataron a Zapata?

Por la expresión de su cara, me di cuenta de que no esperaba que yo supiera aquella historia, y menos con el detalle que le describí, para reafirmar que, contra lo que había supuesto, no me pudo agarrar en curva.

¿Por qué me lo preguntas?
¿Has ido alguna vez?
Eso sí que no; sé que es en Morelos, y que ahí fue asesinado Zapata por órdenes del viejo Carranza; ¿Por qué me lo preguntas?
¿Te gustaría ir allá?

Ahora el sorprendido era yo.

Yo soy de Chinameca, y por eso te lo pregunto, para invitarte a ir.

Siguiendo las indicaciones que me había dado mi nuevo amigo para llegar a Chinameca, salí de mi casa en Churubusco hacia Cuernavaca, y al llegar a la “pera” tomé la desviación hacia Cuautla…

Para no hacer el cuento largo, después de cruzar Yautepec, Tlaltizapan y otros pueblitos, surgió de pronto ante mi vista una alta chimenea en la que un letrero anunciaba que había yo llegado a mi destino: “TIERRA Y LIBERTAD”…

Además, en lo alto de esa chimenea, se apreciaba un orificio considerable que, poco después, supe que se debía a un cañonazo.

Cuando por fin entré al pueblo, se me ocurrió preguntar por la familia Cárdenas.

Con cara de incredulidad, el señor al que le pedi el dato, amablemente me indicó,

Sígase de frente, y pasando la esquina de lado derecho está la Panadería Cárdenas.

Tan luego como entré, pude ver una infinita variedad de panes que adornaban el lugar, invitando a probarlos y a llevarlos todos en un impulso irresistible.

Una jovencita muy amable me saludó preguntándome,

Buenos días joven, ¿lo puedo servir en algo?
Gracias señorita; busco a Renato Cárdenas, soy su amigo; me invitó a visitarlo.

Con una gran sonrisa llena de luz, me dijo entonces;

¿Tú eres Pecos?
Sí, yo soy.
Pues pásale por aquí tantito; no tarda en llegar.
Gracias; ¿tú eres su hermana?
Sí, soy Vero, una de las muchas que tiene.
Mucho gusto. Se ven ricos los panes, especialmente los bolillos; ¿los hacen aquí?
Claro que los hacemos aquí; ¿quieres ver?

Me indicó que la siguiera hacia la parte de atrás, por donde llegamos a lo que se conoce como el amasijo, donde había un grupo de panaderos preparando conchas, chilindrinas, corbatas y bolillos sobre una gran mesa.

Mira ahí; ¿ves el horno? Tiene doscientos años funcionando; es de leña.

Los panaderos metían los panes crudos, introduciéndolos al horno con unas varas muy largas que tenían una superficie plana donde iban los panes que dejaban para que se cocieran.

Estaba yo viendo el movimiento de la panadería, cuando escuché la voz de Renato,

¿Qué pasó chaval, llegaste fácil?
Hola Renato; hasta eso que sí.

Han pasado apenas cuarenta y ocho años desde aquel sábado. En todo este tiempo, nacieron los hijos de mi amigo, se casaron sus hijos y nacieron sus nietos.

En mis frecuentes visitas y estancias en su casa, pude ver como crecía la parvada de niños revoloteando como golondrinas alrededor de Doña Sidonia y Don Amadeo, los padres de Renato, que eran y siguen siendo los pilares y la raíz de esta increíble familia que es mía por adopción hecha por la matriarca que ya está con Dios.

Al estar escribiendo estas líneas, puedo escuchar a Angeles Cárdenas, por el altavoz de la panadería anunciando que las roscar de Reyes ya salieron del horno;

Atención, atención; les avisamos que ya salieron del horno las ricas y deliciosas roscas de Reyes; apúrense a venir por ellas porque se van volando. Aquí estaremos esperando su visita…

Nada más de acordarme de Chinameca, se me hace agua la boca pensando en los sabores de colores de las roscas de Reyes, de los panes de muerto, de los bolillos recién horneados, de las chilindrinas y las orejas…

Ayer hablaba yo con una amiga mía que vive en Cuernavaca; ¡me dijo que pensaba comprar su rosca de reyes en Costco!!!

Pegué un auténtico salto y le dije;

¡Ni se te ocurra!

Me movilicé de inmediato y le hice un pedido de ROSCA DE CHINAMECA, de la mismísima PANADERÍA CÁRDENAS. Roscas con receta secreta de más de 116 años de antigüedad.

Al saber que mi amiga Leslie va a poder celebrar la noche de Reyes con su familia, disfrutando una ROSCA DE LOS CARDENAS DE CHINAMECA, siento como si yo mismo fuera a comerme un trozo, y hasta sacarme el muñequito para los tamales de la Candelaria.

¿Qué hace tan especiales las roscas elaboradas en Chinameca, como para haber hecho yo mismo el pedido ayer?

Estas roscas son especiales porque son hechas en un rincón donde palpita el corazón de México; porque son confeccionadas por los hijos y los nietos y los bisnietos de un mexicano excepcional, que a los veinte años de edad, era miembro del consejo de ancianos de Chinameca porque era el único que había estudiado, PERO que su sabiduría nacía de su prudencia, su visión y su capacidad para leer el alma de sus semejantes.

Estas roscas son especiales porque vienen desde las manos de Don Amadeo Cárdenas, fundador de esta tradición familiar, y del corazón de Doña Sidonia, su esposa, cuyo secreto hace que estas roscas tengan sabor con amor que remonta el mar…

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*Dedicado con cariño a Renato, a toda la familia Cárdenas; y a la memoria de Doña Sidonia y de Don Amadeo.

Noche de Reyes, 5 de enero 2024.

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