Quadri, Quadri TV

A propósito del reciente escándalo de Gabriel Quadri en una televisora estadounidense, Israel Aparicio reflexiona sobre la trayectoria de este personaje en la política mexicana.

21 de enero, 2022

Israel Aparicio

La última cruzada de lo absurdo, protagonizada por el impresentable diputado federal Gabriel Quadri, fue que lo sacaran del aire en plena entrevista en la cadena CNN en español cuando lo acusaron de impulsar una agenda de odio contra las personas transexuales. El periodista Camilo Egaña había invitado a la diputada transexual Sandra Luevano y a Quadri para que explicara sus polémicos mensajes en contra de la comunidad LBGT. Los planteamientos del legislador provocaron la interrupción abrupta de la entrevista por parte del conductor al considerar que dichos posicionamientos eran ignorantes e intolerantes para la audiencia.

La semana pasada el fallido candidato presidencial de 2012 acusó al gobierno federal de querer imponer una agenda transexual a la sociedad mexicana, por lo que emitió mensajes de Twitter donde cuestionaba a las mujeres si permitirían que transexuales usaran los sanitarios públicos y compitieran contra ellas deportivamente. Dicha retórica discriminatoria fue condenada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos al explicar que no existe una “ideología” como la califica el legislador, sino una identidad de género a la que todos los ciudadanos tienen derecho. El resolutivo señaló que comentarios como tales abonan a que persistan las violencias ejercidas contra las personas de la comunidad LGBTTTIQ+, generando encono, promoviendo la desinformación y la discriminación contra estas poblaciones.

En el programa donde fue invitado para explicar su indefendible posicionamiento en contra de la comunidad transexual aseguró que los adolescentes con crisis existenciales pasajeras podrían ser inducidos a una conversión de género donde buscaran cambiar sus genitales, provocando un daño irreparable para los jóvenes, siendo la “ideología trans” la culpable de estas actitudes. Dicha aseveración tan temeraria provocó que Egaña perdiera el control y buscara silenciar a Quadri quitándolo de la pantalla, no sin caer en el error de estigmatizar que en “Tepito Televisión” podría ser un espacio para los prejuicios del polémico legislador.

La legisladora transexual morenista Luevano se había rapado en protesta por las declaraciones homofóbicas de Quadri, por lo que un debate entre los polos opuestos en una defensa de derechos de las minorías sexuales resultaba lógico en una cadena televisiva importante estadounidense. Las posiciones fascistas e indefendibles de Quadri aún reciben reflectores para que sean desnudadas y viralizadas, pero en el ejercicio periodístico resultó contradictorio en su forma, por la manera abrupta como finalizó. Como dijera el dicho popular: ¿si ya saben cómo es Quadri para qué lo invitan a verter sus polarizantes posicionamientos?

No es la primera vez que el execrable personaje político está envuelto en polémicas discriminatorias y xenófobas. Es conocido su lamentable planteamiento sobre el atraso económico y social que se vive el sureste mexicano. En un mensaje de Twitter aseguró que de no existir dichos estados de la República, México sería un país desarrollado. Dichos comentarios le han valido constantes desmentidos y llamados a la cordura política de toda clase de funcionarios y gobiernos estatales.

La participación de Quadri en la política estaba destinada a ser solamente un bufón que llenara el espacio de una candidatura disfrazada de ciudadana, pero apadrinada desde el partido Nueva Alianza que fue la fuerza política creada por la exlíder sindical Elba Esther Gordillo. En un debate presidencial donde una modelo tomó protagonismo innecesario por su fugaz aparición a cuadro, el candidato Quadri no dudó en mirarla en forma lasciva sin importarle mucho las reacciones, ya que se sabía una pieza insignificante en el escenario político que regresaría a la presidencia al PRI en manos de Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, esas imágenes quedaron en el inconsciente colectivo y dan mayor peso a las acusaciones de acoso sexual que se ventilaron desde las redes sociales con el movimiento Me Too México, donde alumnas de universidades públicas y privadas hicieron públicas las ocasiones que han sufrido violencia sexual por parte de académicos destacados. Si bien nunca han existido acusaciones legales formales en contra de Quadri por acoso sexual, se sabe que existen señalamientos de mujeres en contra del polémico político realizado por colectivos de mujeres feministas durante el pasado proceso electoral de 2021.

Con la conformación del bloque opositor en la alianza Va Por México, Gabriel Quadri ganó la diputación del distrito 23 ubicado en Coyoacán al legislador morenista Pablo Gómez, que había sido uno de los líderes de bancada del partido oficialista. La conformación del PRIAN devolvió a la escena política al impresentable Quadri que se benefició del voto de castigo contra el régimen que pagó los platos rotos por la tragedia del derrumbe de la línea dorada del metro, la falta de unidad al interior del partido sumido en luchas internas, pero sobre todo, de una legítima animadversión al régimen que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La lejana participación de Quadri como candidato presidencial parecía más una anécdota dentro de la tragicomedia mexicana, su look desaliñado fue comparado con el popular personaje “el Guiri-Guiri” del excelente comediante Andrés Bustamante. Aunque con el tiempo, cuando sus posturas xenófobas, clasistas y racistas se manifestaron de forma clara, su estilo fascistoide ya no inspiraban al humor. Su personalidad polarizante fue el caldo de cultivo perfecto que la oposición sin ideología ni escrúpulos ocupó para intentar ganar de cualquier forma las elecciones, con cuadros que no abonan a la unidad ni a la reconstrucción del tejido social.

La reciente expulsión de un programa de televisión es apenas el reflejo de un fruto putrefacto que se ha enquistado en la derecha nacional, que no oculta su desdén por lo que no está dentro de su agenda reaccionaria. Minimizar el suceso es permitir que voces llenas de odio y de probada intolerancia sean propagadoras de posturas radicales que ya deberían haber sido superadas, pero que con la normalización de las posturas extremistas han aflorado sin pena ni moderación. Los derechos de las minorías siempre estarán en riesgo mientras no se condenen los ataques que sufren de forma velada o directa como lo hace el impresentable Quadri.

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