Pocas situaciones tan polémicas como el tema de si apoyamos o no el Mundial en Qatar. Mucho antes de empezar ya había provocado más opiniones que divisas para el país. Confieso que nunca me pareció que tuviésemos que entrar en polémica nosotros como sociedad.
Conforme se acercaba la inauguración más recurrente era el tema en reuniones y redes sociales. Yo seguía sin sentirme molesta por el tema y tal vez sin cuestionarme si estaba bien o no que el resto del mundo apoyara este evento. Opté por escuchar las razones de cuanta gente pude al respecto: conservadores y rebeldes, feministas y no tanto, ricos y no tanto, deportistas y no tanto.
He platicado con personas que irán a Qatar y con personas que están tan indignadas que aseguran que no verán ni un solo partido. La razón del enojo y el contundente rechazo obviamente apela a la ausencia de derechos humanos que hay en ese país. Con el discurso de vivir apegados a las leyes de su religión, atropellan la libertad y el respeto a gran parte de la población, empezando por las mujeres, quienes viven sin derechos, víctimas de la violencia y a las minorías como la comunidad LGBTTTIQ y personas que no profesen el Islam y que no reconozcan las leyes del Corán.
Bueno, hasta de falsa feminista fui acusada en las discusiones familiares, insulto que está por demás decir se me resbala, porque para mí el Feminismo es mucho más que un discurso, es una forma de vida, un camino y una meta, una filosofía que se practica todos los días, a todas horas y en todas las circunstancias. Además que creo que éste, así como el tema de la religión y la política no deben verse de una forma radical, en blanco y negro, pues las razones históricas, personales y comunitarias dan un sentido a cada tema.
Por supuesto que no estoy a favor de la violencia ni de la imposición y la restricción. Claro que pienso que conforme vamos avanzando en el tiempo tenemos que como sociedad apoyar y defender los derechos humanos y rechazar categóricamente la violencia. Estoy absolutamente de acuerdo en la equidad, y rechazo categóricamente que se violente a las mujeres, que se les prive de derechos y libertades de la misma forma que repruebo el odio a diferentes formas de pensar y sentir.
En lo que no estoy a favor es en el hecho de que el resto del mundo debiera estar de acuerdo y boicotear un evento deportivo porque no estamos de acuerdo con la política y las normas bajo las cuales se rige cierto país o región.
Lejos de ser el dedo acusador como tenemos siglos siéndolo, a pesar de haber sido en infinidad de ocasiones el punto de la acusación, tendríamos que conocer la historia y recordarla, no olvidar que fuimos colonizados y prácticamente anulados por una sociedad que consideró a su conveniencia que no teníamos alma y que ellos tenían la obligación de evangelizarnos, quitarnos el oro , hacernos esclavos, destruir nuestros templos y ciudades para edificar los suyos con el esfuerzo y la vida de los habitantes antiguos dueños de las tierras que colonizaron y que arbitrariamente nos quitaron con pólvora y enfermedades, hasta hacernos negar nuestras creencias e imponernos una nueva religión, un nuevo idioma y un nuevo nombre. La mayoría de las conquistas del mundo se han tratado de camuflar como ayuda y sentido común y han sido absolutas masacres e invasiones por territorio y por poder.
Pienso que uno de los principales derechos de los seres humanos es precisamente la libertad de culto y que la fe ha mantenido viva a la humanidad; que la religión ha sido la fuerza con la que las comunidades se han unificado y salido adelante y que a menos que hayamos vivido dentro del sistema no podemos decir que entendemos y mucho menos que repudiamos las creencias de los demás.
El Islam, existe desde hace más de 14 siglos y ha hecho invencible a un sector gigantesco de la población mundial. Obviamente me parece injusto e inhumano que las mujeres sean obligadas a estar tapadas, que no puedan salir solas a la calle, que sean dilapidadas como castigo a la infidelidad aunque no existan evidencias y muchísimas más arbitrariedades que ocurren todos los días en estos países.
El mundial de fútbol como evento deportivo es precisamente la ocasión para visibilizar toda esta situación, no puede ni debe en mi opinión excluir a ningún país por sus costumbres, porque entonces dejaría de ser un evento global. Se llama mundial precisamente porque es para todos. El que a los occidentales no nos parezca, no es razón suficiente para que no permitamos la participación de una población.
Con este rechazo no castigamos al gobierno, excluimos una vez más a la gente, como en su momento fuimos excluidas las mujeres occidentales, los indígenas y los afro descendientes, los homosexuales y las personas con discapacidades físicas, los que pensaban distinto y los que no querían ser parte de una idea general.
La obligación de todos los seres humanos es no solo juzgar, sino incluir, no generalizar, así como hay mujeres oprimidas hay millones de hombres que no quieren esto para sus mujeres.
Las revoluciones no ocurren por imposición de otras comunidades o no debería ser así, tiene que darse de forma consciente y convencida de dentro hacia afuera, por los miembros de esa comunidad y no por los espectadores. Eso precisamente atenta contra la soberanía de las naciones.
El Deporte es un pretexto para unificar, visibilizar y concientizar a la humanidad. Es obligado integrar e incluir a todas las razas, preferencias y formas de pensar; reconocernos todos como miembros de una misma especie aunque tengamos valores diferentes y por medio de la convivencia aprender lo mejor de otras filosofías de vida.
No estoy a favor del radicalismo musulmán como tampoco lo estoy con la falsa compasión del catolicismo occidental que a mi punto de vista no es más que un clasismo disfrazado. Creo que no nos concierne a nosotros juzgar y sí nos corresponde compartir y convivir con respeto a cada aspecto de las decisiones de los demás.
El deporte es un pretexto para compartir, no para dividir. Yo aplaudo que un país tan controversial como Qatar sea la sede de la Copa Mundial de futbol y que todos podamos acceder a su mundo y ellos al nuestro, que nos enseñen lo que tienen para compartir y nos permitan conocerlos así como ellos están abriéndose a conocer otras formas de pensar y de vivir.
Es una de las grandes oportunidades que tenemos para ser una sociedad global, inclusiva y progresista. El deporte, el arte, la cultura, la ciencia y la tecnología deben de ser para todas las naciones, sin condiciones y sin cláusulas.
Segregar es lo opuesto a avanzar, es resultado de la ignorancia y el odio racial, condenar las razones del otro es discriminar, convivir con respeto es el principio del progreso y del verdadero respeto a los derechos de los pueblos y de las personas.
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