El presidente López Obrador dijo el pasado viernes 11 de septiembre durante su conferencia de las mañanas, que el diario Reforma es un “pasquín inmundo” porque dicho periódico publicó una nota en la que señala que en el municipio de Macuspana (Tabasco) hay un faltante de más de 220 millones de pesos y, según el diario, estaría involucrada una de las cuñadas del presidente. López Obrador usó al menos tres veces el término “pasquín inmundo” para referirse al Reforma. Se le vio molesto y disturbado. La publicación le causó gran malestar y no lo pudo disimular.
Todos los periódicos y todos los medios tienen una posición en el espectro político. El que diga que es completamente neutro, miente. Es verdad que Reforma tiene una línea editorial, La Jornada otra, El Financiero otra más, Proceso, Excelsior… todos. Esto es absolutamente legítimo y normal en una democracia. No querríamos un único Pravda, como en la Unión Soviética, ¿o sí?
La vocación de los medios es criticar al gobierno. Aquí “criticar” significa someter las acciones del gobierno al examen de la razón. Claro, también deben informar, pero lo primero es la crítica. Uno de los más importantes factores que ha permitido, al menos en Europa y Estados Unidos, el avance democrático, el desarrollo político, cierto bienestar material y el respeto de los derechos humanos es, sin duda, la libertad que han tenido los medios para criticar a los gobiernos. Por eso se ha llamado a los medios “el cuarto poder”, no en el sentido de un poder de iure, como el Judicial, el Legislativo o el Ejecutivo, sino un poder de facto que vigila a la autoridad, la crítica, la escruta y la exhibe.
El autoritarismo odia la crítica. He ahí Trump o Bolsonaro. Para el autoritario, quien lo critica es un traidor que obedece a fuerzas oscuras. A AMLO no le gusta nada la crítica. Sus seguidores confunden crítica con intentos golpistas, lo cual es ridículo y se aproxima a la paranoia.
Dice el presidente que el diario Reforma es un boletín del conservadurismo y que obedece a los intereses de Carlos Salinas de Gortari. Sus seguidores lo creen religiosamente, lo cual es muy triste: que se crea a algo o a alguien religiosamente, pues en ese momento se renuncia a la inteligencia. Vaya, no se debe creer religiosamente ni al papa; ni a Dios, ni a nadie, menos a un presidente.
Si uno echa un vistazo al archivo de Reforma encontrará que ha sido crítico con los gobiernos del PRI, del PAN y ahora de MORENA. Ha dado a conocer múltiples escándalos de la política nacional. Si fuera cierto que Reforma obedece a los intereses de Carlos Salinas, nunca habría publicado en primera plana, como lo hizo el jueves 28 de septiembre de 1995, a Raúl Salinas con una María Bernal en las piernas, en un yate. Y más recientemente, el 25 de mayo de 2019, publicó una lista con las fotos de las veinticinco personas que integraban el “anillo más cercano” del líder de la secta NXIVM, y entre esas personas figura Emiliano Salinas, hijo de Carlos Salinas. Es más, el artículo incluye en esa lista a un miembro de la familia propietaria de Reforma.
El escándalo de los hijos de Martha Sahagún, que se hicieron millonarios de la noche a la mañana, fue publicado en el periódico Reforma: he ahí la primera plana del 24 de abril de 2005. El 11 de febrero de 2006, publicó en primera plana, con el disgusto del entonces presidente Felipe Calderón y de Genaro García Luna: “Monta la AFI captura para TV”, y da cuenta del montaje televisivo en la detención de Florence Cassez. Hubo una crítica muy dura contra Calderón y su estrategia de seguridad. Casi todos los días se publicaban notas adversas y críticas al gobierno calderonista. También en sus páginas se publicaron las matanzas en tiempos de Zedillo (Acteal, Aguas Blancas), el inmenso fraude en el colapso del sistema bancario, el Fobaproa, y se criticó el rol del gobierno en la crisis económica de 1995. Y más recientemente, Reforma dio a conocer toda la corrupción del gobierno de Peña Nieto.
Reforma ha sido crítico con todos. El presidente se equivoca al creer dicho periódico guardó silencio cómplice con los anteriores gobiernos y que solo lo critica a él, como si fuera este diario un “pasquín inmundo” de la ultraderecha. Si usted cree esto, permítame decirle que lo siento mucho… por usted. Reforma nunca ha sido oficialista. Tampoco es verdad que este presidente sea el más atacado de la historia, como él cree, pero sin duda es el más chillón.
Por otro lado, no creo que eso del “pasquín inmundo” sea un atentado grave contra la libertad de prensa. Hay que decirlo, los anti-AMLO están haciendo un drama de eso, y no es para tanto. No se está acabando la libertad de expresión, no se están cerrando las redacciones de los medios críticos, Reforma está dando seguimiento al asunto de Macuspana. Lo que dijo el presidente fue una expresión de ira y enfado, una expresión irresponsable y berrinchuda, como las de Trump o como las de Bolsonaro. Y las seguirá diciendo, hay que habituarse a ellas, que en la medida que sean mayores en número, serán menores en efecto. Yo recomendaría a los que temen a López Obrador, que le pierdan el miedo. Él es así, estridente, chirriante, y eso que podría parecer un defecto, sus seguidores lo perciben como fortalezas.
Dejemos de endiosar al presidente y conceder demasiada importancia a todo lo que dice, a éste y a cualquier otro, que el presidencialismo ha sido y es el peor mal que ha sufrido México en su historia. Es un sistema que para México ha sido nefasto. Y no lo digo hoy, pues la primera crítica de los incondicionales del presidente es revirar con un manido “¿por qué no dijiste nada cuando gobernaba el PRI o el PAN?”. Que el presidencialismo mexicano es y ha sido híper nocivo y que ha sido el principal factor de que México sea un país fallido con millones de pobres, es algo que he sostenido desde 1996, cuando empecé a dar clases de Derecho Constitucional en la universidad. Es tiempo de pensar, como sociedad, en erradicar tan nauseabundo sistema y en construir un esquema parlamentario.
La libertad es una condición de la democracia. Si AMLO hoy es presidente, se debe en buena medida a que los medios no ocultaron la corrupción de las anteriores administraciones, al menos desde Zedillo a la fecha. Al contrario, la dieron a conocer. Si hoy tenemos democracia y si hoy AMLO es presidente, es porque ha existido la libertad de prensa.
El presidente puede opinar lo que quiera. Estamos en un país libre y él es un ciudadano con libertad de expresión, así que defiendo el derecho de AMLO para pensar y decir que Reforma es un pasquín inmundo, aunque estoy en total desacuerdo con semejante aseveración, pero también defiendo el derecho de millones de mexicanos que piensan y sostienen que el pasquín inmundo es él y sus conferencias mañaneras.
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