No ha muerto ni morirá

“El Estado soy yo”. –Luis XIV (1638-1715).

25 de octubre, 2024

Julio Chavezmontes Messner

La reforma constitucional mediante la cual López Obrador, alias Morena, pretende que las reformas constitucionales que se hagan a instancias de su mayoría calificada en el Congreso Federal, ES NULA.

No solamente les queda prohibido a sus lacayos legislativos CAMBIARLE NI UNA SOLA COMA a las iniciativas que sigue imponiendo desde Palenque, sino que buscan que el PODER JUDICIAL no pueda corregir ni anular NI UNA COMA a sus reformas inconstitucionales.

Esa reforma equivale a decir que cualquier violación a la Constitución, siempre y cuando la cometa MORENA, ES INTOCABLE Y NO PUEDE REVISARSE NI REVOCARSE POR ABSOLUTAMENTE NADIE.

Esta reforma equivale a convertir a López Obrador en una versión tabasqueña del Rey Luis XIV.

El artículo 128 de nuestra Constitución de 1857, trascendió íntegro al artículo 136 de nuestra Constitución de 1917, garantizando que nuestros derechos NUNCA PIERDAN SU FUERZA Y VIGOR:

Artículo 136.

“Esta Constitución NO PERDERÁ SU FUERZA Y VIGOR, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público SE ESTABLEZCA UN GOBIERNO CONTRARIO A LOS PRINCIPIOS QUE ELLA SANCIONA, tan luego como el pueblo recobre su libertad, SE RESTABLECERÁ SU OBSERVANCIA, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta”.

EL ARTÍCULO 128 DE LA CONSTITUCIÓN DE 1857, FUE SUFICIENTE PARA LLEVAR AL PAREDÓN A QUIENES PRETENDIERON IMPONERNOS UN EMPERADOR EXTRANJERO:

EL ARTÍCULO 136 DE NUESTRA ACTUAL CONSTITUCIÓN TAMBIÉN SERVIRÁ PARA IMPEDIR QUE LOS SERVILES DIPUTADOS Y SENADORES DE MORENA NOS IMPONGAN COMO EMPERADOR al que aparenta reposar bajo la sombra de un cedro en su opulenta finca de Palenque.

LOS MEXICANOS NO QUEREMOS EMPERADORES IMPORTADOS NI NACIONALES.

Adán Augusto López y Ricardo Monreal ignoran u olvidan que las reformas constitucionales que buscan imponernos, fueron calificadas como DELITOS CONTRA LA NACIÓN POR BENITO JUÁREZ, en la Ley del 25 de enero de 1862, que a la letra dice:

3. ENTRE LOS DELITOS CONTRA LA PAZ PÚBLICA Y EL ORDEN SE COMPRENDEN:

I. La rebelión contra las instituciones políticas, BIEN SE PROCLAME SU ABOLICIÓN O REFORMA.

López Obrador, alias MORENA, junto con Adán Augusto López y Ricardo Monreal, mediante un abuso de poder que equivale a una rebelión, PRETENDEN ABOLIR AL PODER JUDICIAL FEDERAl, SO PRETEXTO DE REFORMARLO.

El artículo 3, fracción I de la Ley para castigar los delitos contra la Nación, se incorporó al Código Penal Federal que hoy nos rige, y en su artículo 132 califica las reformas impulsadas por AMLO COMO DELITOS FEDERALES.

Durante la Presidencia de Benito Juárez el castigo era LA PENA DE MUERTE. En la actualidad, la penalidad máxima es de 9 años.

Augusto López y Monreal tienen instrucciones de incorporar a la Constitución un blindaje que las permita reformarla sin preocuparse por cumplir las obligaciones parlamentarias de discusión, deliberación, fundamento, motivación y justificación.

Quieren imponer reformas sin pudor mínimo y sin siquiera aparentar respeto elemental A LAS FORMAS LEGALES. Lo que no pueden es abolir todas las disposiciones constitucionales que garantizan que México se rija por un estado de derecho.

No pueden desaparecer el artículo 14 que dice a la letra:

Artículo 14, segundo párrafo:

“Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, EN EL QUE SE CUMPLAN LAS FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho”.

No pueden derogar la proclamación del Cura José María MORELOS, QUE NOS DICE A TODOS:

“QUE TODO AQUEL QUE SE QUEJE CON JUSTICIA, TENGA UN TRIBUNAL QUE LO ESCUCHE, QUE LO AMPARE Y QUE LO PROTEJA CONTRA EL FUERTE Y EL ARBITRARIO.”.

El 5 de febrero de 1903, los hermanos Flores Magón, en la sede del periódico EL HIJO DEL AHUIZOTE, colocaron la proclamación que anunciaba: LA CONSTITUCIÓN HA MUERTO.

En este México, en el que nunca pasa nada, HASTA QUE PASA, el articulo 128 de nuestra Constitución de 1857 exigía que se le hiciera respetar.

La señora Sheinbaum Pardo cree que le será suficiente con su bastón de mando, donado por el anterior presidente, para arrebatarnos toda posibilidad de ENCONTRAR JUSTICIA CONTRA LA ARBITRARIEDAD.

Sheinbaum cree que su triunfo fraudulento le basta para sepultar el reclamo del CURA JOSÉ MARÍA MORELOS; que su usurpación de la Presidencia le será suficiente para asesinar a nuestra Constitución y convertir a México en la Rumania totalitaria de Caecescu, de la que ella proviene.

Sheinbaum cree que la calma sosa y la indiferencia de la sociedad mexicana equivale a un cheque en blanco para que ella y su jefe trafiquen con nuestros derechos y nuestras libertades, asesinando nuestra Constitución.

La dictadura de Caecescu en Rumania, su patria de origen, terminó durante una de esas demostraciones masivas que tanto le gustan a AMLO. Entonces, los rumanos dejaron de ser sus dóciles ovejas, y ahogaron en sangre a su emperador marxista y a su mujer, ejecutándolos.

Sheinbaum y los empleados del narco y del crimen organizado que hoy esclaviza a Mexico, se sienten blindados por las reformas constitucionales CON CUYA NULIDAD NO CUENTAN.

El cacique de Nacajuca (como Don Porfirio Muñoz Ledo se refería a Obrador), y la hoy presidenta, se miran en el espejo de Díaz Canel, de Maduro y de Ortega, creyendo que les será muy fácil convertir México en Cuba, Venezuela o Nicaragua…

Equivocadamente creen que basta proclamarse intocables gracias a sus reformas constitucionales contrarias a los principios que nos rigen.

La historia está llena de dictadores derrocados y muertos a manos de pueblos hartos. Deberían mirarse en ese espejo.

EN MÉXICO NUESTRA CONSTITUCIÓN NO HA MUERTO, Y NO MORIRÁ.

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