Muertos en Vida

25 de noviembre, 2020

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

El día de ayer se refrendó que para el gobierno federal la manera más sencilla de luchar contra la Pandemia del COVID-19 es no luchar. De seguro alude al dicho “Si no puedes contra él… Únetele”. Lo más importante para el gobierno federal es que haya camas suficientes para atender a los que lleguen y que muera el que tenga que morir.

Así, pues, en oficinas federales vemos cómo los “funcionarios” de cualquier nivel ya no usan tapabocas. Para ellos, tal y como para el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la pandemia es algo superado.

Así hemos llegado a 102 739 muertos por COVID-19 y para cuando leas esto de seguro habrá superado los 103 500 muertos. Tantos muertos “le vienen como anillo al dedo” al presidente Andrés Manuel López Obrador porque terminará con muchos débiles que consumen los servicios del IMSS, ISSSTE y Sector Salud de los tres niveles de gobierno. Porque esta pandemia, entre otras cosas, es una especie de selección natural. El presidente está administrando muy bien la muerte.

Esto más el pensamiento del mexicano y del ser humano en su totalidad de “que de algo nos tenemos que morir” ha provocado que la gente haga su vida como antes de la pandemia. La violencia desatada y el valemadrismo ante la muerte están llevando a los mexicanos a una transformación apocalíptica.

Bien me decía un afamado General del Ejército Mexicano: “Son los tiempos del Señor y el final será de conflictos locales no grandes guerras mundiales”. Así vivimos hoy, esperando la muerte. Una parte de la población trata de cuidarse, usa tapaboca, sale lo menos posible de sus casas y como nadie le ayuda, tiene que salir a fuerzas a buscar el poco sustento que haya.

Ya nada es igual. Una vez escuché decir a un argentino que cruzó en velero todo el mundo desde el puerto de Londres hasta Argentina: “esto es el fin del mundo y regresé a la argentina para estar con mi padre”.

El fin del mundo. Así ha sido para 1 412 223 personas muertas al día de hoy según conteo de la prestigiada Universidad Johns Hopkins. Así de fácil… ¿Y saben qué? Seguirá creciendo el numero de muertos, porque la vacuna no garantiza ninguna seguridad, porque están hechas a vapor favorecidas por la apuración de los gobiernos de no perder el control de sus países ante la muerte total de la economía.

Sueños Raros…

De ayer para hoy, 25 de noviembre, soñé con la fuente Atzacua, un monolito construido en Tapachula en los tiempos del presidente municipal en retiro, Samuel Chacón Morales. Periodo presidencial que se caracterizó por cambiar literalmente a Tapachula con cientos de obras que embellecieron su rostro. En ese tiempo la construcción de la fuente Atzacua fue inspirada por la intención de generar “identidad en la región del soconusco, a través del mejoramiento de la imagen urbana, la cultura, y la historia; considerando que la fuente Atzacua representa la conjunción de dos culturas: la cultura maya y la cultura izapeña. La cultura maya está representada por el arco palencano y la cultura izapeña está representada por el reservorio de agua, lugar y medio a través del cual nuestros ancestros izapeños realizaban estudios astronómicos. #TapachulaUnNuevoRostro”

(https://www.facebook.com/gmt.Tapachula/posts/826253574108118).

Soñé que caminaba en su rotonda y toda la escena estaba embovedada por un cielo raso y muy nublado, que no dejaba ver los rayos del sol. Este monolito era lo único que quedaba de pie en la ciudad, a pesar de que la falta de mantenimiento lo tiene en la situación en que está. A lo lejos veía otro monolito surgiendo entre el desierto y era similar al monolito que salió en el estado de Utah (https://www.eluniversal.com.mx/mundo/asi-es-la-misteriosa-estructura-de-metal-encontrada-en-el-desierto-de-utah).

El viento barría las hojas de los árboles que están en la avenida central norte, mientras que el cielo cambiaba a una tonalidad anaranjada… ¿Qué habrá sido el sueño? ¿Un desastre se avecina a Tapachula? ¿Qué será? ¿Tú cómo lo interpretas?

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