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México… ¿Qué te espera?

Si se logran superar los desafíos estructurales, México podría consolidarse como un actor relevante en la economía global, beneficiándose del contexto geopolítico y económico actual.

2 de enero, 2025

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

A pocas horas de haber iniciado el 2025, la violencia será una de las constantes en nuestra historia diaria. Nada la detiene, pero aunque parece ser que ya se está combatiendo, los hechos de violencia se siguen dando en nuestro país.

Una noticia que sería de algarabía para millones de mexicanos es el nuevo salario mínimo 2025, el cual impone que nadie deberá de ganar menos de 8400 pesos al mes. Muchos empleados se irán con la finta, pero desgraciadamente miles de empleadores incluidos los gobierno locales, estatales y federales se pasarán por el arco del triunfo la Ley de Salarios Mínimos para este año 2025. Solo falta ver reportes de trabajadores de PEMEX que no recibieron como debe de ser sus salarios en diciembre pasado o como trabajadores del Tren Maya exigían en TikTok sus pagos de manera adecuada por parte de un contratista de la SEDENA. A pesar de esto no hay que ser pesimista, las obras se están haciendo pésele a quien le pese.

Así casi nada cambiará para el 2025, aunque la incertidumbre es mayor con el ascenso de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos de América. Aunque para ellos tampoco la situación será “miel sobre hojuelas” porque los ataques de Irán disfrazados como Isis, le auguran también mucha violencia para los Estados Unidos con un Presidente reincidente que le gusta “sembrar tormentas y cosechar tempestades”.

Aun así, con violencia e incertidumbre mundial, si el país se apega a hacer bien lo del desarrollo en el sureste mexicano con el Tren Interoceánico del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, y de mantener las libertades económicas tendremos una ventaja enorme de salvar el 2025.

Por lo que, con la cabeza más fría, se ve que México enfrenta un panorama económico en 2025 lleno de retos y oportunidades. Así, los analistas prevén que factores clave como la estabilidad macroeconómica, las políticas fiscales, las relaciones comerciales y las dinámicas globales serán determinantes para el desempeño económico del país.

En términos de crecimiento, se proyecta que México mantendrá una expansión moderada, con una tasa cercana al 2.5%, impulsada principalmente por el consumo interno y la inversión en infraestructura. La finalización de proyectos estratégicos, como el Tren Maya y el Corredor Transístmico, podría generar empleos y dinamizar sectores relacionados, aunque su impacto a largo plazo dependerá de la correcta implementación y sostenibilidad financiera.

El sector manufacturero, particularmente el automotriz y el aeroespacial, seguirá siendo un pilar clave. El fenómeno del NearShoring, que incentiva la relocalización de cadenas de suministro hacia regiones cercanas a Estados Unidos, promete fortalecer la posición de México como un centro logístico estratégico. Sin embargo, el país debe superar desafíos como la mejora en infraestructura, la capacitación de la fuerza laboral y la simplificación de trámites para atraer más inversión extranjera. Así como también, tener una negociación inteligente del Tratado del Libre comercio que se realizará con administraciones hostiles a nuestro país desde todo punto de vista.

Aun así, la relación comercial con Estados Unidos y Canadá bajo el T-MEC será fundamental. La recuperación económica de estos socios comerciales podría traducirse en un aumento de las exportaciones mexicanas. Sin embargo, posibles disputas en sectores como energía y agricultura podrían generar incertidumbre.

La inflación, que ha sido un tema recurrente en los últimos años, podría estabilizarse hacia niveles cercanos al objetivo del Banco de México (3%), siempre que no surjan choques externos significativos, como incrementos abruptos en los precios de energéticos o alimentos. La política monetaria jugará un rol crucial para mantener el control de los precios y garantizar un entorno favorable para la inversión.

Por otro lado, la transición hacia energías limpias será una prioridad global en 2025. México deberá enfrentar presiones para reducir su dependencia de los combustibles fósiles y fomentar inversiones en energías renovables.

Una de las cosas que combatiría este desarrollo será el gran problema social que marcará a nuestro país con los cientos de miles de migrantes ilegales que estará en la frontera norte y la frontera sur, no haciendo sus vidas e integrándose a nuestro país, sino que serán migrantes que esperarán los 4 años para pasar a América del Norte cuando termine el período de Donald Trump.

2025 será un año clave para México, donde el equilibrio entre políticas internas sólidas y una estrategia efectiva en el ámbito global determinarán el rumbo del país. Si se logran superar los desafíos estructurales, México podría consolidarse como un actor relevante en la economía global, beneficiándose del contexto geopolítico y económico actual.

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