Una de las mayores preocupaciones dentro del panorama educativo nacional y global durante esta pandemia, es el cómo y cuándo podrá darse un regreso presencial a las aulas que permita a alumnos y maestros retornar y readaptarse al ritmo de trabajo “normal” (o tan normal como las circunstancias lo permitan) y que se ayude a fortalecer la parte social de los alumnos, que, dicho sea de paso, ha sido bastante lastimada ya.
Y en este sentido, responder a esa pregunta nos lleva a considerar que eso solo podrá darse dentro de dos escenarios posibles:
- La totalidad de la población mantiene el aislamiento y las medidas preventivas necesarias para lograr aplanar la curva de contagios; lo cual, en vista de las circunstancias, parece bastante improbable.
- Contamos con una vacuna (y de ser posible un medicamento) efectiva para contrarrestar los efectos de esta enfermedad. Y aquí por supuesto habría que remarcar la importancia de que toda la comunidad (escolar y en general) se vacunara, lo cual también nos lleva a un complejo camino de consideraciones diversas.
¿Cuáles son los desafíos?
Por un lado y a pesar de los grandes esfuerzos que laboratorios y farmacéuticas de todo el mundo y de la mano de la OMS, están realizando, la información que recibimos acerca de la fecha en la que estará lista la vacuna es diversa y hasta contradictoria. Hay medios que indican que será al final de este año, otros más lo pronostican para 2021 y algunas otras fuentes hacen referencia a que quizá sea hasta el 2022.
Sin embargo, ninguna información es oficial y en el último de los casos, podremos afirmar que estará lista en nuestro país hasta que esté disponible para venta al público, o bien, nuestro sistema de salud empiece a distribuirla.
Por otra parte, y quizá uno de los ángulos más importantes en este tenor, todo mundo sabe que desde hace un buen tiempo ya, la vacunación ha sido un tema de fuertes debates entre los padres de familia, pero más allá de las posturas y los argumentos manejados por defensores y detractores y de la decisión que finalmente cada familia asuma, la situación global que enfrentamos nos obliga a informarnos y a hacer un concienzudo análisis para poder actuar responsablemente.
En la siguiente tabla podemos apreciar algunos argumentos a favor y en contra de la vacunación.
La mejor vacuna somos todos
Cuando llegue el momento, cada familia o persona tendrá derecho a elegir lo que le parezca más conveniente; sin embargo, como padres y colegios, en nosotros recae la imperativa responsabilidad de informarnos hasta el hastío y actuar desde el conocimiento; de seguir insistiendo en que la primera línea de defensa se encuentra en el confinamiento voluntario; y de continuar asegurándonos de que, si es absolutamente indispensable que nuestros hijos y alumnos salgan o estén en contacto con otros, utilicen cubrebocas, laven sus manos constantemente y mantengan la “sana distancia”.
Alejandra Ruiz S.
Directora General
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