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Juventud amenazada

La desaparición de jóvenes en Chiapas y México es un recordatorio inquietante de los desafíos que enfrentamos todos en materia de seguridad y justicia.

9 de agosto, 2024

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

La juventud mexicana y del mundo se encuentra amenazada por fuerzas ideológicas y la delincuencia, que quieren cambiar el mundo y terminar con los valores que nos han construido como sociedad.

Los delitos de trata de blancas, comercio de órganos, esclavismo sexual, y el esclavismo para la delincuencia, son las razones por las que desaparecen los jóvenes mexicanos y del mundo.

En los últimos meses, el estado de Chiapas, México, ha sido escenario de una alarmante oleada de desapariciones que ha afectado principalmente a jóvenes chiapanecos. Esta situación ha generado una profunda preocupación tanto en las comunidades locales como a nivel nacional, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de los jóvenes en un contexto marcado por la violencia y la impunidad.

El pueblo mantiene la calma y parece que no pasara nada, pero el miedo a que el destino trágico toque a su puerta es latente, siendo evidente las nuevas reglas de autoprotección, como toques de queda auto infringidos, cambio de rutas, compra de perros guardianes, instalación de cámaras con sensor de movimiento, y los más organizados con otros vecinos creando cercos de seguridad con guardias privados.

Las desapariciones han ocurrido en distintas regiones del estado, con un patrón que parece indicar la participación de grupos delictivos organizados. Los testimonios de familiares y amigos de las víctimas describen una realidad desgarradora: jóvenes que salen de sus hogares para nunca más regresar. En muchos casos, las autoridades han mostrado una preocupante lentitud en la respuesta, lo que ha aumentado la desesperación de las familias, que a menudo se ven obligadas a llevar a cabo sus propias investigaciones en busca de sus seres queridos.

Esto demuestra que estamos solos, que nadie resolverá el problema de la inseguridad, sino que buscan resolver las causas, pero son sueños “guajiros”, ya que con la detención de Ismael “El Mayo” Zambada se reveló que es hasta acreedor de varios apoyos de Sembrando Vidas. Así pues, tú ciudadano tienes que aprender y enseñarle a tu familia a que sepan defenderse y no dejarse de nadie.

Podrán ser las razones detrás de estas desapariciones diversas y complejas. Chiapas, y México son grandes entes con una rica diversidad cultural y recursos naturales, también enfrenta problemas como el narcotráfico, la trata de personas y los conflictos territoriales, factores que podrían estar vinculados a estos trágicos eventos. Sin embargo, la falta de claridad y la ausencia de respuestas concretas por parte de las autoridades han creado un clima de incertidumbre y temor en la población.

Nada parece conmover a las autoridades de los tres órdenes de gobierno, el dolor de las familias es palpable en las manifestaciones y marchas que se han llevado a cabo para exigir justicia y el regreso con vida de los jóvenes desaparecidos. Estas movilizaciones reflejan la desesperación y el agotamiento de una sociedad que clama por soluciones ante una crisis de derechos humanos que parece no tener fin.

Hay casos donde las desapariciones son voluntarias, donde jóvenes “rebeldes” se hacen desaparecidos como protesta ante el ambiente familiar o como una forma de llamar la atención de unos padres que no entienden que los hijos deben de tener, en estos tiempos una guía amorosa pero firme para enfrentar el mundo violento y embaucador en que vivimos. Otros jóvenes desaparecen por el engaño que sufren de depredadores sexuales y “Brokers” de trata de blancas que están inmersos en redes sociales y en los videojuegos que, aunque parecen inocentes tienen muchísimos recovecos por donde los delincuentes les lavan los cerebros a los jóvenes, que no entienden que en lo que está dentro del monitor de una computadora, laptop, celular o pantalla es un mundo virtual creado para escapar de la realidad.

La desaparición de jóvenes en Chiapas y México es un recordatorio inquietante de los desafíos que enfrentamos todos en materia de seguridad y justicia, lo que pone de relieve y manifiesto la urgencia de que las autoridades actúen de manera efectiva y muy enérgica, para proteger a la población y garantizar el estado de derecho.

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