¿Injerencismo?

Andrés Manuel López Obrador acusa  al embajador Ken Salazar de Estados Unidos de INJERENCISMO.

¿Qué es el injerencismo?

El Diccionario de la Lengua Española lo define en los siguientes términos:

INJERENCIA: Gral. Intromisión, actuación sin habilitación ni título en un negocio o competencia ajenos.

¿De verdad Estados Unidos no tiene habilitación ni título que hacer valer ante las decisiones UNILATERALES de López Obrador?

Los actos incurridos por López Obrador violan las obligaciones de México para con Estados Unidos y Canadá.

Las protestas de nuestros dos socios comerciales TIENEN TÍTULO JUSTIFICADO DE SOBRA.

No  son INJERENCISTAS.

La reforma energética impulsada por AMLO era y sigue siendo violatoria de nuestras obligaciones comerciales a la luz del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, además de con la Unión Europea.

LA SOBERANÍA NACIONAL no puede pasar por encima de tratados y acuerdos internacionales que obligan Y BENEFICIAN A MÉXICO.

Especialmente en cuanto corresponde a Estados Unidos, México NO PUEDE ACTUAR UNILATERALMENTE NI SIQUIERA EN NUESTRAS POLÍTICAS INTERNAS, en cuanto  puedan afectar los derechos de los estadounidenses.

Ni siquiera se trata solament edel  T-MEC, sino del artículo XXI del Tratado de Guadalupe Hidalgo que a la letra dice:

ARTICULO XXI.-

“Si desgraciadamente en el tiempo futuro se suscitare algún punto de desacuerdo entre los  Gobiernos de las dos Repúblicas, bien sea sobre la inteligencia de alguna estipulación de este  Tratado, BIEN SOBRE CUALQUIERA OTRA MATERIA DE LAS RELACIONES POLÍTICAS O COMERCIALES DE LAS DOS  NACIONES, los mismos Gobiernos, a nombre de ellas, SE COMPROMETEN A PROCURAR DE LA MANERA  MÁS SINCERA Y EMPEÑOSA ALLANAR “LAS DIFERENCIAS QUE SE PRESENTEN Y CONSERVAR EL ESTADO DE PAZ Y  AMISTAD EN QUE AHORA SE PONEN LOS DOS PAÍSES, USANDO AL EFECTO DE REPRESENTACIONES MUTUAS Y  DE NEGOCIACIONES PACÍFICAS.

“Y si por estos medios no se lograre todavía ponerse de acuerdo, no  por eso se apelará a represalia, agresión ni hostilidad de ningún género de una República contra  otra, hasta que el Gobierno de la que se crea agraviada haya considerado maduramente y en  espíritu de paz y buena vecindad, SI NO SERÍA MEJOR QUE LA DIFERENCIA SE TERMINARA POR UN  ARBITRAMENTO DE COMISARIOS NOMBRADOS POR AMBAS PARTES, O DE UNA NACIÓN AMIGA.

“Y SI TAL MEDIO  FUERE PROPUESTO POR CUALQUIERA DE LAS DOS PARTES, LA OTRA ACCEDERÁ A ÉL, a no ser que lo juzgue  absolutamente incompatible con la naturaleza y circunstancias del caso”.

LA REFORMA JUDICIAL VIOLA LOS DERECHOS DE NUESTROS SOCIOS.

López Obrador debió CONSULTAR PREVIAMENTE su reforma judicial con los Estados Unidos, porque así está estipulado en el artículo XXI de Guadalupe Hidalgo.

NO ES INJERENCISMO que un socio comercial como Estados Unidos o Canadá exijan que se respeten los acuerdos vigentes con México.

López Obrador, en su afán de convertir México en Cuba, Venezuela o Nicaragua, no toma en cuenta su deber de ver en todo tiempo POR EL BIEN Y PROSPERIDAD DE MÉXICO.

López Obrador no será quien pague las consecuencias de sus locuras y arbitrariedades; las van a pagar nuestros hijos, nuestros nietos y nuestros bisnietos…

Al asumir la Presidencia juro que si no cumpliese con ese deber QUE LA NACIÓN SE LO DEMANDE.

Pronto sabremos cuál será el destino inmediato del rey del cash…

La ocurrencia de Obrador para pausar o suspender nuestras relaciones con Estados Unidos y Canadá es legalmente imposible.

Nuestras obligaciones como socios de Estados Unidos y Canadá no se pueden pausar al gusto de AMLO.

El artículo 1256 del Código Civil Federal es muy claro.

La validez y el cumplimiento de los contratos no se puede dejar al arbitrios de uno de los contratante.

Ni Estados Unidos ni Canadá están  violentando nuestra soberanía. México está violando las reglas pactadas con ambos países al pretender cambiar unilateralmente las reglas del juego.

La mal llamada reforma judicial viola el artículo 133 de la Constitución de acuerdo con el cual, nuestro tratado comercial de América del Norte es ley suprema de México.

No hay injerencismo por parte de Estados Unidos ni de Canadá porque no se están metiendo en temas que no les importen. De hecho, me sorprende que  el Congreso de Estados Unidos o la Casa Blanca no hayan marcado un alto firme a López Obrador.

Peor es la sumisión de Claudia Sheinbaum secundando a su jefe al repetir su tonta cantinela del injerencismo.

Muy pronto tendrán la oportunidad de conocer la ley 9 Stat 922 de Estados Unidos cuyo artículo XXI obliga a México y nos prohíbe imponer políticas o acciones unilaterales que afecten los derechos de Estados Unidos.

La ignorancia de la ley no excusa de cumplirla, y hacerla cumplir por parte de los injustamente afectados no es injerencismo ni cosa de cuento.

Te puede interesar:

Alain Delon fue un enigmático antihéroe y el actor más bello de Francia