El pasado 14 de abril, Leonila Vázquez Alvízar, mejor conocida como Doña Leo o Nila, falleció a los 89 años en la localidad de Guadalupe, La Patrona, del municipio de Amatlán de los Reyes, Veracruz. Nila Vázquez fue la fundadora del colectivo altruista “las Patronas” que desde 1995, obsequian alimentos a los migrantes que se transportaban en el tren de carga denominado “la Bestia”, que viaja desde el sur del país hasta la frontera con los Estados Unidos. La labor humanista del grupo de mujeres es de reconocimiento mundial y han logrado premios internacionales en materia de derechos humanos.
Lo que inició como una pequeña labor humanitaria de Mamá Leo y su hermana, derivó décadas después, en el albergue “Esperanza del Migrante”, que se convirtió en el símbolo de resistencia y humanidad, en los tiempos cada vez más difíciles para el moderno éxodo de los pobres. Un 14 de febrero de 1995 las hijas de Vázquez Alvizar comenzaron a repartir “lonches” para un aproximado de 70 migrantes centroamericanos. La humilde familia de 12 hijos fue pionera en su comunidad, en apoyo a las difíciles causas de la migración, problemática que en principio no imaginan en su complejidad.
Documentales, premios nacionales e internacionales entre los que destacan el Premio Nacional de Derechos Humanos (2013), el Premio Alfonso García Robles (2023) y la nominación al Princesa de Asturias, son un merecido reconocimiento a las mujeres que desde hace 30 años se aventuraron a brindar un pequeño bálsamo a quien se juega la vida al “montar a la bestia”, en busca del casi imposible sueño americano. Sus voceras recuerdan que esta labor altruista fue el inicio a una especialización mayor, para poder capacitarse en temas como los derechos humanos de los migrantes, a los que imparten pequeñas charlas para que conozcan y ejerzan sus derechos.
Doña Leonila acudió en silla de ruedas hasta los últimos días de su vida a la cita que diariamente tenía con la entrega de lonches para sus hermanos migrantes. Su legado humanista y de verdadero altruismo sin fines de lucro, será un ejemplo de lucha por las causas más nobles. Aunque también reciben apoyos de diversas organizaciones sociales, empresas y la propia iglesia, su labor no ha estado fuera de señalamientos críticos. Incluso fueron estigmatizadas por la Iglesia católica, a no cernirse a los modos de la jerarquía de Córdoba, Veracruz.
La labor de las patronas alcanza hasta la lucha por la liberación femenina en su comunidad, ya que son muchos los desafíos, incluidas las desconfianzas de las parejas masculinas del colectivo, al que no les agrada su trabajo de voluntariado. Esto sumado los naturales retos que se enfrentan para poder conseguir los alimentos necesarios para cocinar, empaquetar y entregar los “lonches” en beneficio de los grupos tan vulnerables de migrantes.
Las historias contadas por las patronas resaltan los múltiples aspectos que derivan del fenómeno migratorio, la complejidad del problema de quienes dejan sus hogares para aventurarse en viajes donde los peligros son enormes y las posibilidades de éxitos son cada vez más escasas.
En especial en los accidentes, como la caída de muchos migrantes que mueren o terminan mutilados cuando son arrollados por el tren de carga, que no siempre disminuye su velocidad para que las patronas regalen los paquetes con comida. Se recuerda en especial a los niños que sobreviven a mutilaciones, y en general a todos los que deben recibir una “cristiana sepultura” en el mismo cementerio de su comunidad.
Para las patronas es clara la problemática del fenómeno de la migración forzada, sobre todo por la incapacidad histórica de los gobiernos, que no pudieron brindarles bienestar a sus ciudadanos, condenándolos a abandonar sus lugares de origen, en busca de mejores oportunidades de desarrollo. Ahora con la llegada de los gobiernos de extrema derecha, la estigmatización que pesaba contra los migrantes se ha incrementado, así como el nulo autocontrol de los ciudadanos supremacistas que inspirados en el presidente estadounidense, Donald Trump, no ocultan su odio racial contra las poblaciones de origen latinoamericano.
En los tiempos donde la xenofobia y el racismo han vuelto a aparecer, el ejemplo de las patronas es un símbolo de unidad y lucha, a favor de los más desfavorecidos. Una jornada diaria humanitaria que conviene resaltar en medio del caos generado por la esquizofrénica guerra comercial que amenaza con hundir al planeta en una recesión, justo cuando se empezaba a salir de la época postpandemia y del final de la guerra de Ucrania con Rusia.
Lo que empezó Doña Leo como una pequeña labor altruista a favor de desconocidos, ha trascendido y mostrado que la humanidad aún puede rescatarse a sí misma, con los esfuerzos decididos de los que poco tienen materialmente, pero que son inmensamente ricos en su actuar humanista.

¿No politicen las tragedias?
PARA QUE EL MAL TRIUNFE, BASTA QUE LA GENTE BUENA NO HAGA NADA. –Edmund Burke
mayo 23, 2025
El derecho internacional en el choque del Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn
Sara Cabañas Area Profesora de Derecho internacional privado, Universidad Camilo José Cela Parece que Estados Unidos no gana para...
mayo 23, 2025
El crimen organizado ataca al estado de derecho
El asesinato de los colaboradores de la jefa de gobierno marcará un antes y un después en el sexenio...
mayo 22, 2025
De Frente Y Claro | ATENCIÓN Y APOYO EN PROFECO
Con el paso del tiempo a la comunicación se le ha relacionado y globalizado con el concepto imagen. Esto...
mayo 22, 2025