¿Frente progresista o sálvese quien pueda?

A días de que termine el año y con mucho por avanzar para el frente opositor, la ventaja de dos dígitos del oficialismo hace temblar a muchos de los integrantes del PRIAN.

21 de diciembre, 2023

Israel Aparicio

El pasado 19 de diciembre un grupo de “notables” priistas como Eruviel Ávila, alias el chapitas, don Alejandro Murat y el gansteril alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcaba, entre otros, se bajaron del barco opositor para declarar su adhesión al proyecto político de Claudia Sheinbaum, virtual candidata presidencial de morena.

Como en los mejores tiempos de la cargada priista, los destacados políticos se alinearon en torno a la figura política que tiene todas las posibilidades de resultar ganadora en la próxima contienda presidencial, ante el desplome precoz, de la virtual candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez, a quien hace unos meses apoyaban.

Eruviel Ávila, quien arrebató la nominación priista al primo del expresidente Enrique Peña, el exgobernador, Alfredo del Mazo, durante su mandato manifestó que respetaba a Sheinbaum como mujer, pero que no la veía capaz de gobernar. El senador y exalcalde de Ecatepec mantuvo un enfrentamiento con Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional de lo que queda del PRI, que le costó ser excluido de las negociaciones cupulares de los tres presidentes de los partidos coaligados.

Alito que es el arquetipo perfecto del priismo corrupto, cínico e impresentable, no dudo en dinamitar la escasa unidad que existía en el anquilosado y vetusto expartido de estado, que fue derrotado por el proyecto del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En esa purga interna, las escasas figuras políticas tricolores sucumbieron ante el poder caciquil de Moreno, que aunque parece ser el sepulturero del PRI, aún conserva los hilos del poder para imponer a candidatos, negociar los recursos millonarios de un partido político y adjudicarse una posición que le asegure fuero legislativo para el próximo sexenio.

Aunque sobre el exgobernador de Oaxaca, Murat, pesan acusaciones de enriquecimiento inexplicable por sus propiedades inmobiliarias en Estados Unidos, se reconoce que supo ser aliado del régimen morenista que apoyo a la entidad para mejorar sus condiciones económicas de retraso ancestral. Solo con la llegada de un presidente emanado del sureste mexicano tan castigado y olvidado en los sexenios anteriores, se pudo realizar obras de infraestructura que atraerán el desarrollo económico que no se ha visto en décadas del México moderno.

Murat quien coqueteaba con ser el candidato presidencial del PRI, debió entrar en la pantomima opositora que finalizó con la imposición de Gálvez como virtual candidata presidencial del alicaído frente opositor. Con el derrumbe del proyecto presidencial de la exsenadora panista, el exgobernador oaxaqueño y otros priistas excluidos de los enjuagues cupulares, decidieron saltar del barco sin futuro que es la candidatura frentista, para buscar acomodo dentro del morenismo.

Rubalcaba es quizás el personaje que más escozor provoca por sus acusaciones de violencia en contra de la prensa, es conocida su política represora contra sus contrincantes, así como su chapulinismo político. El alcalde priista siempre jugueteo con vender caro su amor en el congreso de la ciudad de México para apoyar los proyectos de morena. Es muy cercano a la rimbombante alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, con quien se especula, mantiene una relación sentimental que no ha sido confirmada.

Esta historia digna de la farándula ya tuvo capítulos de rompimiento con el frente opositor, que no logró digerir la virtual candidatura de Santiago Taboada a jefe de gobierno, investigado por la trama delictiva del cartel inmobiliario. Dicho escándalo salpica a las principales figuras del panismo en la Ciudad de México. En días pasados “Sandy Pelotas” no dejó títere sin cabeza, pues desnudo toda la corrupción que existe al interior del frente opositor, cuya única estrategia electoral fue cambiar una vez más el membrete, del inexistente proyecto alternativo de nación.

No es de extrañar que ante la predecible debacle electoral del PRIAN, destacados miembros de esa tragicomedia política hayan decidido buscarse la supervivencia fuera de la coalición, que solamente ofrece guerra sucia como opción política, realizada ahora con condiciones totalmente desfavorables. Reducidos a territorios locales y escasas gubernaturas, la alianza opositora cedió importantes entidades federativas al nuevo oficialismo que, enfundado en el pragmatismo político más descarado, no le importa exportar figuras políticas opositoras del pasado.

En la traumática elección de 2006, donde el presidente Fox estuvo a punto de reventar el proceso electoral que llevó a la presidencia al execrable Felipe Calderón, se le criticó al entonces candidato AMLO, de no ser más pragmático en sus alianzas para que pudiera lograr la diferencia necesaria para un triunfo electoral. En 2018, con un partido político a modo, el ahora presidente no desprecia el apoyo y suma de voluntades, así sean cartuchos quemados del pasado, o impresentables políticos, que hasta hace muy poco, le despreciaban y atacaban.

Por lo pronto, desde el Palacio Nacional ya se les dio el visto bueno a la reciente adhesión de expriistas, mientras Sheinbaum se manifiesta por no asegurarles un puesto o que de verdad formen parte de su futura campaña presidencial. Aunque es significativo que estas figuras, por muy contradictorias y polarizantes que sean, hayan detectado que su futuro político estaría condenado al ostracismo de seguir en la campaña de Xóchitl.

A días de que termine el año y con mucho por avanzar para el frente opositor, la ventaja de dos dígitos del oficialismo hace temblar a muchos de los integrantes del PRIAN, que salvo en las cúpulas partidistas y del poder económico, no ven clara la posibilidad de trascender políticamente en el siguiente sexenio.

Aún con las difíciles condiciones nacionales de la era post pandémica, el régimen morenista continua con amplia aceptación gracias al presidente y sus buenas cifras macroeconómicas, por lo que un voto de castigo generalizado es poco probable. Esto lo saben bien los “ideólogos” del frente progresista que ya pusieron pies en polvorosa del denominado Titanic referenciado por malquerido Dante Delgado. Falta ver que acomodo le dan en el oficialismo, con las malas experiencias recientes de los oportunistas traidores como Lilly Téllez (cada día más esquizofrénica políticamente) y el chapulín senador, German Martínez.

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