Frenan la ley eléctrica de AMLO

La iniciativa constitucional de reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue desechada en la cámara de diputados cuando de manera predecible no se alcanzó la mayoría calificada el pasado 17 de abril. Las malas artes negociadoras del partido mayoritario morena, los cálculos erróneos y sobre todo la polarización de la política nacional hacían imposible que la iniciativa de ley transitara a buen puerto. La acción política de enviar una reforma constitucional sin muchas posibilidades de éxito, fue una estrategia más política que de cabildeo legislativo. 

La oposición, que solo tiene la posibilidad de vetar los acuerdos legislativos, era lógico que se agruparía para votar en contra de la iniciativa del presidente. Este es el primer dictamen constitucional en ser rechazado en lo que va del régimen morenista. Ante este escenario político, ya contaminado con rumbos a las elecciones estatales de los siguientes años, pero sobre todo rumbo a la sucesión presidencial, se augura una nula interlocución parlamentaria. La victoria de la oposición en este round legislativo podría sentenciar los trabajos parlamentarios a la confrontación estéril y empantanar negociaciones futuras. 

Al día siguiente del fracaso legislativo, el presidente AMLO ordenó a la mayoría morenista aprobar fast track la ley secundaria minera que protegería la explotación del litio por sectores privados, privilegiando el manejo exclusivo por parte de una empresa productiva del estado.

La discusión que se dio en la cámara de diputados en torno a la reforma eléctrica fue de  lo más cercano a un circo, sin una verdadera intención de solucionar los problemas existentes y asegurar la producción de energía eléctrica a futuro, las visiones ideologizadas se centraron en simples luchas para posicionarse políticamente. Las dos versiones del proyecto de país pudieron verse claramente, ya que para la oposición es suficiente que las asociaciones con capital privado sean la solución para mantener el buen funcionamiento del sector eléctrico, sin importarles mucho que los entes autónomos que regulan el mercado eléctrico nacional estén limitados para sancionar los abusos y excesos.

La visión nacionalista intentó imponerse con la promesa de convertir a la CFE en un organismo que de verdad cumpla con la necesidad de otorgar electricidad a los hogares y empresas que lo requieran, olvidando la triste tradición mexicana de que los monopolios del Estado otorgan servicios deficientes y costosos. Sin olvidar que el uso de combustibles fósiles y contaminantes volvían a tener un papel importante en la generación, por más que se buscará privilegiar a la energía limpia de las hidroeléctricas.

La votación final cedió a la visión neoliberal de los actores políticos conjuntados en lo que fue el Pacto por México y refrendado en la Alianza por México, sin importar que la oposición había logrado negociar nueve de 12 puntos en la minuta de la reforma eléctrica. La oposición apadrinada por las importantes cúpulas empresariales que tienen intereses en el sector eléctrico, logró imponer su voto legislativo y obtener una victoria que deberá refrendarse en los procesos electorales de medio año para ser real. Por lo pronto el régimen morenista les atizará con el estigma de señalarlos como “traidores a la patria”. 

El parlamento abierto que se dio en meses previos no tuvo un peso a la hora de la votación. Cada grupo acudió al recinto de San Lázaro con la idea de defender su visión energética, sin dar oportunidad al otro de escucharlo. Aun así, el siempre mimado grupo parlamentario del PRI había reconocido excesos en las formas en cómo se revendía la energía eléctrica generada para el autoconsumo, pero los interés prevalecientes de las reformas realizadas durante el régimen de Enrique Peña Nieto, fueron las que se terminaron imponiendo. 

De forma contradictoria el rechazo en la iniciativa constitucional morenista salva al país de enfrentar millonarios juicios internacionales, el pago de indemnizaciones a empresas y el recrudecimiento de los enfrentamientos con los socios comerciales de Estados Unidos y Canadá. Todo esto en un ambiente enrarecido por la prolongada invasión de Rusia a Ucrania de pronósticos reservados y con escenarios apocalípticos en verdad.

Con el palo legislativo se perdió también la oportunidad de revisar y sancionar los contratos leoninos que existen en la industria eléctrica, dar mayor fuerza a los organismos encargados de regular la competencia entre privados y buscar controlarles un poco. Así como dejar en el limbo la posibilidad de que el Estado financie la colocación de paneles solares en los hogares de los usuarios, para bajar de verdad las facturas de consumo.

Históricamente las empresas privadas en México encuentran su paraíso fiscal, económico y de impunidad al brindar servicios y productos que son de mediana calidad a mala, con precios elevados que no justifican sus servicios. Como está demostrado en España, dejar al libre mercado a las trasnacionales el jugoso negocio de la energía doméstica, es un suicidio para sus ciudadanos. No en vano los gobiernos de España y Francia anunciaron la regulación de estas empresas que han exponenciando las facturas de energía residencial.

Si bien es cierto que el aumento estratosférico de las tarifas eléctricas es producto de varios factores, también lo es que las poderosas trasnacionales no se tientan el corazón para mantener sus elevadas ganancias. Poco les importa contratar a expolíticos de primer nivel con información privilegiada del sector, y por cabilderos a su favor, los cañonazos de 50 mil pesos nunca han faltado.

La poderosa e influyente industria privada eléctrica dicta hasta los  horarios de uso energético a pagar, provocando que los españoles se hayan acostumbrado a usar lavadoras y aparatos eléctricos en la media noche, por ser un poco más económico. Pobladores europeos obligados a ser dependientes del aire acondicionado o la calefacción en las épocas del año, ahora se ven afectados  en sus finanzas personales por esas empresas eléctricas que presumen mucho de ser amables con el medio ambiente, pero que no lo son tanto cuando facturan para sus contribuyentes cautivos, a quienes no les llega en lo económico para poder cerrar el mes de forma decente.