La energía nuclear es una gran opción para generar energía eléctrica, pero debe mantenerse un control estricto porque un accidente nuclear sería fatal para miles de personas. Basta recordar lo que sucedió en Chernóbil en 1986 y la inutilización de toda esa área por miles de años debido a los niveles de radiación. Los sismos también han afectado plantas nucleares como la de Fukushima, planta de la que no hay información suficiente debido a la opacidad con la que se han manejado los datos correspondientes a los daños y fugas provocados por el sismo y posterior Tsunami que afectó a Japón hace 10 años.
En México sólo tenemos una planta nuclear, que es la de Laguna Verde, ubicada en la carretera Cardel – Nautla, en el estado de Veracruz. Este mismo año, el periódico El País reportó fallas, mismas que fueron desmentidas por el gobierno por medio de un comunicado oficial.
Laguna Verde vuelve a ser punto de preocupación porque el pasado 14 de julio volvió a fallar y se registró un paro de emergencia de la Unidad 2 por 4 horas. De acuerdo con la Notificación de Evento Reportable número 2-012/2021, la falla comenzó a las 7:44 de la mañana del pasado 14 de julio cuando se disparó el sistema de enfriamiento número 2. Para las 8:40 de la mañana la temperatura había alcanzado los 65.6 grados centígrados, lo que ocasionó que la unidad 2 quedara fuera de línea. A las 11:40 se declaró inoperable uno de los elementos de esa unidad 2 y los esfuerzos se centraron en bajar la temperatura.
¿Qué pasaría si no se logra reducir la temperatura? De acuerdo con físicos-matemáticos extrabajadores de la central, el sobrecalentamiento puede dañar el reactor. Lo más grave que puede suceder al sobrecalentarse es la posible fusión del núcleo y lo que llaman LOCA (Loss of Cooling Accident) que se da con la pérdida del refrigerante de la unidad. Bernardo Salas Mar, físico-matemático de la UNAM y extrabajador de la planta aseguró que la gerencia de Laguna Verde arrendó un enfriador externo, que ese sistema de refrigeración no se da abasto y que ya ha presentado varias fallas.
Lo que se sobrecalentó es el Pozo Seco, que es un espacio entre el reactor, las paredes del reactor y la cobertura exterior. Y, como si fuera poco, los desechos radiactivos no son tratados de manera apropiada. De acuerdo con Bernardo Salas, ex trabajador de la central, el depósito para desechos está hecho con lámina de 3 mm de espesor cuando la norma indica que el depósito debería tener 30 cm de espesor.
La Secretaría de la Función Pública ya había detectado deficiencias en la efectividad de respuesta de la planta de Laguna Verde ante una emergencia radiológica y la dio a conocer en la auditoría 5/20 del programa 500 al desempeño. En esa ocasión, el personal de Laguna Verde presentó conclusiones sin documentación de prueba ni cédulas informativas.
Hay que meterle mucho dinero, supervisión y transparencia a esa planta antes de que suceda algo grave.
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