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El no poseer armas nucleares, factor en la agonía de Cuba

Paradójicamente, la política de pacifismo internacionalista de Cuba es lo que los tiene hoy en la orfandad total.

30 de octubre, 2024

Cuba ya vive, se puede afirmar categóricamente, un PERDIDO ESPECIAL 2.0 luego de pasar por el original, acaecido luego del periodo entre 1989 y 1991, que supuso la caída definitiva del bloque comunista, liderado por la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). Incluso hay quienes dicen que ya es peor, ya que tiene a la isla mayor de las Antillas en la total penumbra, debido al colapso en su sistema eléctrico, esto último entre un sinnúmero más de inhumanas penurias.

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Se podría afirmar que Cuba tuvo unos años de cierto sosiego, en buena parte gracias a la alianza con la Venezuela del ya fallecido Hugo Chávez, que regaló hidrocarburos a la isla de los Castro a cambio de servicios de inteligencia (algo de “know how” con el fin real de perpetuarse en el poder), servicios médicos y no mucho más.

Luego de la pandemia por Covid 19, Cuba tropezó y parece ya no se levantarse porque además no aceptaron las demandas de la gran China continental, respecto a abrir su sistema al mercado, lo que tuvo como última consecuencia el final del acuerdo bilateral con el que se le compraba a Cuba la mayoría de su principal producto de exportación: el azúcar. La Habana, en consecuencia, perdió una buena parte de sus divisas (dólares).

¿Qué porque Cuba se quedó sola, prácticamente, en el concierto internacional a diferencia de Corea del Norte, el otro bastión comunista dogmático y totalitario? La respuesta es por su pérdida total de valor estratégico y geopolítico. Paradójicamente, la política de pacifismo internacionalista cubana (falsa, ya que durante la crisis de los misiles soviéticos con los USA, Fidel Castro fue el actor más entusiasta pro conflicto) es lo que los tiene hoy en la orfandad prácticamente total.

Cabe recordar que la Corea de los Kim se ha afanado por décadas en ser una potencia nuclear, lo que tiene como consecuencia que sí tenga ese valor geopolítico, sobre todo para la misma China, su vecino, que hoy da la espalda a la Revolución cubana, pero que no solo no exige reformas a Corra del Norte, sino que incluso la trata con deferencia y con mimos.

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