Es importante analizar que sucedió en las elecciones en el estado de Oaxaca del pasado 5 de junio de 2022. Salomón Jara Cruz y Morena, ganaron con el 58% de la preferencia; Alejandro Avilés, del PRI-PRD, quedó en segundo lugar, con el 24.3% de los votos.
Estos resultados, llaman enormemente la atención dado que el actual gobernador Alejandro Murat es del PRI y mucho se comentó que era un excelente gobernador y que había hecho mucho por Oaxaca y sus habitantes. Razón por la cual por más que tratamos de aplicar la lógica, no da. Porque si un gobernador es muy bueno y ha tenido logros favorables en su estado, solamente alguien que no esté en sus cabales, se le ocurriría votar por otro partido. En esa lógica debieron haber votado por el candidato del PRI que iba junto con el PRD, para seguir estando bien, reiterándole su confianza al partido que los gobierna.
Pero resultó todo lo contrario, votaron por Morena, que es el partido en el gobierno federal, el que tiene al país en un enorme caos de inseguridad, corrupción, impunidad, inflación, desempleo, sin atención en salud, y mil problemas más. Sumándole que si analizamos los estados en que Morena tiene gobernadores, todos están pésimos. Por ello resulta ilógico que Morena haya ganado y con ese margen de votación.
Y si la lógica no aplicó en el voto, si debe aplicar en los motivos por los que el gobernador priista, Alejandro Murat prácticamente desapareció del mapa, cuando a través de toda la historia política de México, en cada elección para elegir gobernador, el gobernador en funciones tiene una participación muy importante y determinante apoyando al candidato de su partido.
Pero eso no sucedió, por lo que nos lleva a pensar que negoció con López y Morena no participar, a cambio de que ganara Morena y de que simplemente no le hagan nada si es que aparecen malos manejos en su administración. Esa es una posibilidad, la segunda, que le den un cargo en el gobierno federal, una embajada, o ya de perdida un Consulado, como ha acontecido con gobernadores del PRI que “casualmente” perdieron sus estados y los ganó Morena.
Y aplicando también la lógica, si eso fue lo que aconteció con Alejandro Murat en Oaxaca, se llama TRAICIÓN. No le importó su partido, que fue el que lo hizo candidato y gobernador.
No quiero dejar de mencionar un dato también muy importante en esta votación, el abstencionismo fue del 61.97% del padrón electoral, es decir, solamente votó el 38.3% lo cual se la puso más fácil al candidato de Morena. Por cosas del destino, fue el mismo que hace 6 años enfrentó a Murat resultando perdedor y pasados 6 años y con una “excelente labor como gobernador Murat, ahora Jara lo derrotó sin haber hecho nada por ayudar a Oaxaca.
LA MONARQUÍA CORRUPTA
Y si bien López ya ungido como presidente tuvo acercamientos e inició una relación con Murat siendo éste gobernador de Oaxaca en términos muy cordiales, amables, tal parece que el Alzheimer ya le está afectando, porque olvidó lo que dijo de Alejandro Murat cuando lo designaron candidato a la gubernatura de Oaxaca.
El 30 de enero del 2016, López afirmó en asamblea informativa en Jamiltepec, Oaxaca siendo presidente del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA: “Luego que se dedican a robar, se les premia. Se sabe que su hijo (Alejandro Murat) tiene departamentos de lujo en Nueva York; quieren seguir saqueando el estado”, aseguró. ¿Ustedes creen que ese junior, que no sabe lo que significa la pobreza va a trabajar para la gente humilde de Oaxaca?, preguntó en asamblea en referencia a Alejandro Murat. “No, sólo vienen a robar, sacar provecho y valerse de la necesidad”.
Aseguró que enfrentarían en Oaxaca a Murat con el precandidato de MORENA, Salomón Jara, quien ya entregó sus 10 compromisos básicos, pero que no se confían “porque enfrentamos a una mafia, es muy grande el animal que tenemos enfrente”.
TEJIENDO LA TRAICIÓN
La trama se fue tejiendo poco a poco entre López y Murat, sin importarle a López lo que afirmó de Murat, ni a Murat que López haya acusado a su padre de corrupto y a él de junior.
El 23 de diciembre de 2018, recién llegado López a su nefasta administración, en San Juan Evangelista Analco, pueblo ubicado en la sierra norte de Oaxaca, con 400 habitantes, los indígenas recibieron a Alejandro Murat con abucheos, como había acontecido un día antes en la capital del estado. “¡Fuera! ¡Ratero! ¡Ineficiente! ¡Ya murió el PRI!”, fueron las consignas que le gritaron frente a López.
Y López lo defendió: “Ya no es el tiempo de pleitos, de divisiones. Ya tenemos que unirnos, la patria es primero. Nada de pleitos. Vamos a ver hacia adelante”. Posteriormente en Ayutla, Murat a pesar de llevar a su porra, los abucheos de los indígenas fueron mayores. Nuevamente López salió al quite, afirmando: “Exijo respeto para las autoridades, no estamos en campaña”.
Y como amor con amor se paga, el 21 de marzo del 2019, después de declararse juarista, Murat se pronunció en favor de la abrogación de la Reforma Educativa como el titular del Ejecutivo Federal. Esto durante la conmemoración del CCXIII Aniversario del Natalicio de Benito Juárez, Murat afirmó: “coincidimos con usted en abrogar la reforma educativa”.
Y continuó el lacayismo de Murat. El 14 agosto 2019, aseguró Murat dijo que ese hijo del pueblo es hoy el político tabasqueño: “una vez más, un hijo del pueblo busca reinventar, replantear y acabar con la brecha entre el norte y el sur, ese hijo de pueblo se llama Andrés Manuel López Obrador”. Es tiempo de elegir entre un México de primera y de segunda, y destacó que hay regiones del país que han alcanzado el éxito, como el norte y el Bajío. Para potencializar al sur del país faltaba visión, voluntad y un presidente como López Obrador.
El 4 de diciembre del 2020, se abre de capa y afirma Murat: “Yo he decidido que es mejor trabajar en conjunto con el presidente, construir por el bien de Oaxaca, que enfrentarme y denostar”.
Para la primera quincena de diciembre de 2020, López llevaba a cabo la visita número 20 a Oaxaca, reuniéndose con Alejandro Murat con quien desayunó, caminó y platicó relajadamente.
Y siguieron los halagos de López. El 11 de junio del 2021, López reconoció: “Alejandro se ha portado a la altura de las circunstancias, tengo mucho, mucho que agradecerle porque queremos ayudar al pueblo de Oaxaca y no sería lo mismo si tuviésemos el obstáculo en los gobiernos municipales, del estado, como lamentablemente se tiene en otras partes, aquí no”.
Agregando que lleva mucho tiempo trabajando de común acuerdo con el priista Murat, y no hemos tenido problemas, al contrario, hay muy buena coordinación, en beneficio de Oaxaca. “Por eso ya soy oaxaqueño, estoy aquí siempre. No sé, pero una vez al mes estoy en Oaxaca, estoy muy encariñado con este estado de Oaxaca”. Alejandro Murat refrendó la bienvenida al presidente “a esta que es su casa”, y destacó el trabajo constante recibido de parte del gobierno federal.
Y las consecuencias de ese acercamiento entre López y Murat, ya empezaban a verse. Para el 15 de diciembre del 2021, la cercanía de Alejandro Murat con López generaba desconfianza en los aliados del PRI para los comicios que se avecinaban. El PAN y el PRD, no lograron forjar la coalición Va Por México con el PRI para las elecciones del 2022. Jesús Zambrano dirigente del PRD, señaló: “no hay la confianza de nuestros compañeros en el comportamiento de la fuerza gobernante allá en Oaxaca, pero no es que nos preocupe. Cada quien toma los amigos que quiere”.
En esa línea se comentaba que Murat prácticamente había “entregado” el estado. El gobernador saliente busca mantener su cercanía con López Obrador, incluso promocionando sus iniciativas, como la Reforma Eléctrica.
En política, estimados lectores, nada es casualidad, sino causalidad. La alianza López-Murat dio los resultados planeados para que Morena ganara la gubernatura el 5 de junio de 2022. Ahora a esperar cual es el premio para Murat por haber TRAICIONADO a su partido. ¿A cambio de impunidad, un nuevo cargo? Esa es la forma en que López y Morena negocian o compran las gubernaturas. ¿Ese es su cambio prometido?
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