De Buen Humor

29 de enero, 2021

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

Así califican los “voceros” médicos y paleros del presidente Andrés Manuel López Obrador. Mientras él es feliz, según los suyos, en nuestro país la pandemia está matando diariamente a miles de mexicanos. Digo miles porque, aparte de la cuenta sesgada que el gobierno de López Obrador da a través del Dr. López-Gatell, los conocidos y cercanos a la gente están muriendo y desvaneciéndose de la realidad, porque simplemente desaparecen, porque una de las negras facetas de esta enfermedad es que los que se enferman tienen que estar aislados.

En este contexto, desde el plano familiar, los afines al enfermo quieren saber a todas horas sobre su estado de salud. Muestra de ello son las conglomeraciones afuera de los hospitales que buscan a toda costa saber cómo está su enfermo, no importan las vicisitudes que hay que aguantar afuera, hay que estar pendiente del enfermo.

Así, en el plano nacional, los afines al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se encuentran ya desesperados por la suerte que esté corriendo el primer enfermo de la nación, el cual está envuelto en un halo que lo protege del exterior, pero que no augura nada bueno para su futuro y el futuro cercano de nuestro país.

Este impasse ya está causando que los MORENISTAS se comiencen a pelear entre ellos. El nerviosismo se ve reflejado en escaramuzas de insultos entre los actores políticos del país y en las envidias entre las tribus MORENISTAS que saltan al ruedo al no estar ya contenidas por el líder moral.

Uno de estos enfrentamientos se está dando en primera instancia por los funcionarios de primer nivel del gobierno. Un ejemplo es la pelea entre el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, y el titular de la PROFECO, Ricardo Sheffield. Ciertamente, Sheffield ha tenido un mal desempeño porque desde que el gobierno de López Obrador entró al ruedo, desaparecieron en todo el país las representaciones de la PROFECO y echó a la calle a los que cuidaban a los ciudadanos de los abusos de los comerciantes. En su lugar solo se dejó una pequeñísima representación en las capitales de los estados, donde los empleados tienen prohibido realizar acciones de vigilancia de precios y tomar demandas de consumidores. Esto relegó a la PROFECO a ser una oficina de colocaciones de amigos de López Obrador. Nada de esto importa al líder moral, ya que está de “Buen Humor”, sin importarle los 155 145 muertos por el virus que carga en su cuerpo.

La vox populi está muy preocupada porque no sabe qué le depare el futuro al presidente. Es tanta la falta de liderazgo que sectores de MORENA están peleándose con todo por las candidaturas que les están dado a los “fifís”, dejando a los verdaderos MORENISTAS a un lado, degradados por los PRIANISTAS que ya engrosan y gobiernan las filas del MOVIMIENTO DE REGENERACION NACIONAL.

Así, sin buen humor, los MORENISTAS preguntan: “A los que se desgarran hoy peleando por la 4T ¿qué han hecho por ella?”. Porque tal como en todo el país, la MORENA Chiapaneca está por nombrar a nuevos MORENISTAS tachados de PRIANISTAS disfrazados de MOENISTAS. Lo peor del caso es que están solamente los amigos del gobernador Rutilio Escandón encabezando las listas. Nada que los verdaderos MORENISTAS sean tomados en cuenta.

Lo peor de todo es que aquí en Chiapas la oposición está totalmente entregada al deseo del gobernador Rutilio Escandón que ha impuesto candidatos a modo para que pierdan antes sus amigos. Así, ante tanto muerto por COVID-19, las elecciones comienzan por todo el país. Dado el contexto epidemiológico, las redes sociales son preponderantes para llevar a cabo las campañas, porque si no es así, los candidatos tendrán el altísimo riesgo de caer enfermos y si les va mal morirán.

Ese “buen humor” del que, dicen, anda el presidente Andrés Manuel López Obrador, no se refleja en el país ante los problemas económicos y el estallido de protestas que ya están sucediendo y replicándose como pandemia social. Y si a esto le agregas un estado de “buen humor”, la explosión social está cerca. ¡Cuidado! La desinformación pone de “mal humor” a un país enfermo.

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