El tema del momento, este julio fue más de Barbie y Ken que del mismo Julio Iglesias, para bien o para mal todos hablamos de “Barbie la película”. Es increíble el fenómeno mediático que se ha desatado sin control entre las mujeres de varias generaciones.
Digamos que a las mujeres de este y del pasado siglo no nos es indiferente Barbie. Yo en lo personal fui muy fan de la muñeca más famosa del mundo en mi infancia. Les cuento a mis hijas y creo que ni se lo imaginan, pero cuando yo era chica además de los teléfonos celulares, no existía tampoco el tratado de libre comercio, por lo que tener juguetes importados era poco común.
Tener una o algunas Barbies en mi época era todo un privilegio. Tenían que habértelas comprado tus papás o tu tía rica en Estados Unidos o en algún almacén de lujo. No era como ahora que las venden en cualquier tienda departamental y que el precio suele ser accesible. Para las niñas de mi generación nuestras Barbies eran un verdadero tesoro
¿A qué jugábamos con nuestras Barbies? Ese es otro tema y en mi caso creo que a Greta Geewing le faltó imaginación, supongo que cada quien proyectaba en sus muñecas sus más íntimos anhelos y porque no decirlo, infantiles perversiones.
No me gustó la película de Barbie, no me gustó el planteamiento, no me gustó la historia y mucho menos la conclusión. Me pareció una película simplona, cursi, predecible y aburrida.
No entiendo por qué la sala estaba llena de niñas. Sí, yo leí en redes sociales las advertencias de que no era una película para niños, no entiendo por qué las otras mamis que estaban en el cine y que también se la pasan en las redes sociales no revisaron la clasificación y la sinopsis. Lo siento mucho por todas aquellas mujeres que esperaban algo tipo la Princesa y la Plebeya y lo siento más por las que acudimos a la premier esperando una buena crítica social. Supongo que la mayoría ya la vio y si no, tampoco importa mucho que sepan qué es lo que pasa.
La directora pretenciosamente hace referencia a varios films muy importantes de la cinematografía mundial como lo es “2001, Odisea en el espacio” de Stanley Kubrick y Wizard of Oz de Victor Fleming que ojalá estén muy ocupados en cualquier otra cosa en el cielo que ocupen y no se enteren que sus icónicas escenas fueron referencia para esta desafortunada película.
Si bien reconozco la imagen de Barbie lleva un mensaje de liberación social y profesional a las mujeres de este siglo y el siglo pasado y eso es plausible, una mujer soltera que tiene profesión y casa propia, que vive libremente y como se le da la gana y que incluso está embarazada sin que nadie sepamos quién es el padre, que se viste a la moda, que maneja cualquier medio de transporte y que sobre todo es amiga de otras mujeres y forma con ellas una comunidad prácticamente amazónica, dentro de esta rosada y acaramelada isla de Lesbos las mujeres no necesitan más que de otras mujeres para subsistir y tener una vida feliz, sin violencia e ignorantes del opresivo patriarcado que ha perneado históricamente.
Si y solo si estas otras mujeres cumplen también con el prototipo específico y estricto de ser una Barbie, Barbie no necesita de los hombres para ser lo que ella quiera, pero sí es víctima y presa de otros prejuicios. Barbie es rubia caucásica, delgada, muy delgada y muy bella; Barbie tiene un cuerpo perfecto y sus amigas la prefieren porque obviamente es la mejor compañía. ¿Quién no va a ser feliz y agradable en la vida si lo tiene todo?: libertad, salud, inteligencia, extrema belleza, blanquitud, ropa de moda, una casa de ensueño, coches, barcos y hasta cohetes.
Ser feminista en este mundo de absurda fantasía no solo es fácil, ni siquiera representa una opción, entonces Barbie es un juego de feminismo, una ilusión en la que una muñeca y sus artículos nos permitió a las niñas y ahora a las adultas soñar que por un momento podemos ser todo a través de ella, un avatar rubio y delgado que nos permite independientemente de nuestra apariencia y realidad ser independientes y autosuficientes.
Ser exitosa profesionalmente es una tarea difícil y un reto que muchas mujeres a base de esfuerzo pueden lograr; ser perfecta físicamente es no sólo imposible, es además una de las principales causas de insatisfacción femenina. Yo no sé cuándo exactamente empezó este problema de los desórdenes alimenticios y la obsesión por alcanzar ciertos cánones absurdos de belleza pero podría asegurar que Barbie tuvo mucho que ver en esto (rs verdad que en los últimos años Mayela sacó al Mercado Barbies “Normales” bajitas, robustas, morenas o incluso con discapacidades, seamos honestos, fue una mera estrategia de publicidad forzada por la presión social).
Y las niñas que dejábamos nuestras hermosas Barbies sensualmente sentadas en su carro convertible para seguir con nuestras vidas pero que al vernos en el espejo no éramos ni blancas ni rubias de ojos claros ni extremadamente esbeltas y altas y que para colmo no gozábamos de una especial facilidad para el estudio o el deporte, ¿que hacíamos? Porque tampoco la opción de ser madres y formar familias existía. ¿Nos tendríamos que avergonzar si ser madres y formar una familia nos causaba ilusión? Barbie nos dejó claro que, como lo dice la película, merecíamos mucho más.
Barbie la película nos enseña que estar deprimida es grave, que ser diferente es terrible, que ser madre está descontinuado y que envejecer, engordar, tener celulitis o no estar bien todo el tiempo es tan grave como perder la autoridad en el mundo, en esta misoginia a la inversa un matriarcado total y absoluto relega a los hombres como elementos de compañía y ornato, justo lo que hemos sufrido las mujeres toda la vida y aunque en una forzada reconciliación pretende una colaboración de todos en el fondo sabemos que mientras tengas una Barbie en la mano tú puedes ser lo que solo en tus sueños puedes ser.
Margot Robbie es una gran actriz. Lo ha demostrado en infinidad de personajes de una alta exigencia histriónica. Me molesta que mencionen esta como su mejor actuación, en donde solo se limita a mostrar sus impecables dientes y bellos atributos.
El diseño de vestuario y los sets son muy divertidos, no lo voy a negar. Entiendo perfecto por qué ha causado este revuelo mundial y espero que todos le demos una personal interpretación a una historia que ha sido parte de muchos de nosotros.
Para hablar de opresión, patriarcado y feminismo se necesita un discurso mucho más profundo, doloroso y realista, no el de una rubia perfecta sufriendo porque algo sale de su control.
En la vida real y perdón por el dramatismo a las mujeres nos están matando, las mujeres sufrimos cada día verdadera violencia, anulación y discriminación, no estamos seguras en ningún lado y eso no es un chiste. La tragedia de la violencia de género dista mucho de un juego o una guerra de pintura rosa.
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