¡A Manifestarse…!

30 de julio, 2020

Enrique Rodríguez-Cano Ruiz

No conozco persona alguna al que el espectáculo de las carreras de caballos no le impresione: es magnífico. Presenciar cómo esos pequeños grandes atletas —los jinetes— se montan en un caballo que pesa 10 veces más y que a 60 km por hora se juegan la vida para ganarse el pan de cada día, es digno de asombro y aplauso. Así, dos grandes atletas —el caballo y el jinete— le proporcionan al propietario satisfacción y si tiene suerte, fama y dinero.

Hay que entender que la Industria Hípica de carreras de caballos es el resultado de muchos esfuerzos que hacen principalmente los propietarios y criadores. Para el que no sabe, resulta interesante comparar la actividad como un carro romano de dos ruedas. Una de ellas representa a los propietarios de los caballos —que son los actores del teatro— y la otra, la empresa permisionaria. Para que el carruaje avance debe ser conducido por un cochero avezado: una autoridad conocedora, independiente y comprometida. Así de sencillo.

En este México tan emproblemado ayer se manifestaron y decidieron salir a la calle, último recurso que tenemos los ciudadanos para que las autoridades respetivas intervengan y nos escuchen. Muchos medios de comunicación reportaron el problema. ¡Fue noticia! El caos vial provocado fue mayúsculo, pero la autoridad intervino y aparentemente hubo ¿acuerdos?

La finalidad fue obligar a la empresa permisionaria —la española CODERE— a cumplir con su obligación: ofrecer carreras de caballos. Si no ofrece carreras el permiso debe revocarse. Es más, soy de las personas que creen que hace mucho tiempo este permiso ya no debería estar vigente, pues la empresa ha incumplido con el objeto de su permiso, pero… ¡ah, estamos en México! en donde la impunidad y corrupción han mandado. ¿Siguen mandando?

El Universal

En principio se logró un acuerdo y a las pocas horas la empresa, mediante un comunicado, culpando al Covid-19 manifestó “que las carreras de caballos no son catalogadas como eventos deportivos, sino como actividades de entretenimiento y no reabrirá hasta que el semáforo esté en amarillo”. En pocas palabras, los propietarios que se jodan y sigan manteniendo sus caballos, los jinetes seguirán sin trabajo y que las carreras de caballos se mueran.

La verdad es que la empresa no quiere ofrecer carreras a puerta cerrada, como se ofrecen en muchos lugares del planeta. Se ofrecen en Venezuela. En los EEUU por supuesto que también se celebran. Los gobiernos de los países defienden sus industrias y el empleo. En Panamá, cuya operación también la tiene CODERE no se ofrecen y los caballistas están desesperados.

Otra verdad es que CODERE está muy emproblemada financieramente, el reportaje publicado en el sitio argentino azarpluz.com, lo dice todo (Se puede leer en esta liga). Codere es una empresa que ya no debe operar el Hipódromo de las Américas. Lo hemos documentado y acreditado en un libro que acabamos de publicar y que se puede adquirir en amazon.com.mx.: “El Hipódromo de las Américas. Una Historia de Impunidad y Corrupción”.

La asociación que represento ha solicitado a la autoridad responsable, la Secretaría de Gobernación, una audiencia de emergencia. En la liga se puede leer nuestra petición.

Veremos sí el maestro Luis Calvo Reyes, Director de Juegos y Sorteos nos responde, de lo contrario, tendremos que ir a una conferencia mañanera a solicitarle al presidente de México su intervención.

Lo que parece cierto es que la pandemia logró que todo el gremio hípico esté unido. Solo unidos, los que estamos infectados por el virus de la pasión de los caballos de carreras, vamos a seguir manifestándonos para que nuestra industria hípica, tan afligida, cumpla con su verdadero objetivo social: crear empleos especializados y bien remunerados.

Usted lector… ¿qué piensa? ¿Nos harán caso?

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