A pesar de los esfuerzos del gobierno por generar confianza entre la población, las encuestas registran un incremento de la preocupación ciudadana ante el impacto de la pandemia de Covid-19 (48% de los mexicanos considera que su situación económica está peor que hace seis meses: Buendía & Laredo). Y no es para menos, considerando que durante el primer trimestre de este año el PIB se contrajo 2.2%.
Los pronósticos para 2020 son muy pesimistas. El PIB podría caer hasta 8.8%, la peor tasa desde 1932 y se podrían perder hasta 1.4 millones de empleos, de acuerdo al Banco de México. Por más que se desdeñen los indicadores económicos, arguyendo que lo más importante es el binestar y la felicidad, lo cierto es que la pérdida de empleos tiene una dimensión profundamente humana.
Perder el trabajo constituye un duro golpe anímico para quien sufre esta situación. En una economía de mercado, el ingreso es el que permite a las personas y sus familias acceder a los bienes más indispensables para garantizar la supervivencia y la calidad de vida.
Quien pierde un trabajo formal, por otro lado, pierde, asimismo, el acceso a la seguridad social que abarca servicios de salud, cotización a fondos de pensiones, acceso a créditos para vivienda y consumo. En un alto porcentaje, los que llegan a emplearse de nueva cuenta lo harán con salarios más bajos y muchas veces en condiciones de informalidad. Quedarse sin empleo en México, en un país sin redes de protección social, es, sin más, una tragedia.
Con todo lo anterior, llama la atención que un político como AMLO, cuya sensibilidad para hacer suyas las preocupaciones de la gente le permitió ganar la elección presidencial en 2018, no esté captando la desesperación que invade a millones de mexicanos. Preocupa la inacción ante la mortandad de empresas, la negativa a escuchar las decenas de propuestas que han elaborado empresarios, intelectuales, expertos, para proteger el empleo y el sector productivo y evitar algo fundamental: que la pobreza se dispare por la perdida del empleo y de ingresos de las familias.
Una de estas propuestas proviene del Centro de Estudios Educativos y Sociales, un think tank encabezado por el dr. Miguel Székely Pardo, un experto en desarrollo social reconocido a nivel internacional. ¿Qué propone?:
1) Transferir un monto equivalente a tres salarios mínimos (Total: $11,237 pesos) distribuidos durante seis meses a trabajadores por cuenta propia; 2) recalendarizar pagos de ISR y cuotas de seguridad social a trabajadores formales; 3) otorgar un seguro de desempleo durante seis meses a trabajadores formales con valor de un salario mínimo mensual (Total: $22,475 pesos); 4) duplicar los apoyos de programas sociales durante seis meses; y 5) otorgar dos millones de nuevos créditos a la palabra a empleadores.
¿Qué se lograría? Evitar que 12.2 millones de personas pasen de las clases medias a las filas de la pobreza.
¿Qué costaría este esquema? 159 mil millones de pesos (0.66% del PIB). Parece un monto razonable considerando que los actuales programas sociales cuestan cerca de 400 mil millones de pesos anuales. Gasta más el gobierno subsidiando a PEMEX, que ha perdido entre 2019 y marzo de este año más de 900 mil millones de pesos, y en la construcción con recursos públicos de trenes, refinerías y aeropuertos financiera y operativamente cuestionados.
Aunque ya se han perdido cerca de 700 mil empleos, todavía hay tiempo para reaccionar e implementar acciones para que la recesión sea más corta y menos profunda y para evitar una grave descomposición social. El Banco Mundial ha alertado que la crisis sanitaria tendrá un mayor impacto en los países emergentes, como México, y entre las personas más vulnerables.
La mayoría de los países así lo han entendido y han tomado decisiones. Un caso es España, donde recientemente se aprobó el llamado Ingreso Mínimo Vital para los 850 000 hogares en riesgo de probreza por el impacto de la pandemia del Covid-19, y lo suma como componente permanente del sistema de protección social. La aprobado es un ingreso mensual asegurado de 461.5 euros (11 320 pesos) para un adulto que viva solo y 1105 euros (27 106 pesos) para un hogar de cinco miembros. Se espera apoyar a 2.3 millones de españoles en condición de pobreza. Tendrá un costo fiscal anual de 3000 millones de euros (73 590 millones de pesos).
Ante la evidencia del crecimiento acelerado de la pobreza ante la pandemia, ¿podrá el presidente dar un golpe de timón? Lo esperamos y deseamos. Está por verse.
Contacto: www.marcopaz.mx, [email protected], Twitter @marcopazpellat, www.facebook.com/MarcoPazMX, www.ForoCuatro.tv y www.ruizhealytimes.com.
Vigilancia digital, en el centro de la guerra tecnológica EEUU-China
Las redes sociales se han convertido en el nuevo espacio de interacción social del siglo XXI. Actualmente, uno de...
julio 23, 2020Alertas para un mundo complejo y conectado
Hoy en día vivimos una dicotomía de mundos: el mundo real y el virtual . Este último cada día...
julio 15, 2020La reinvención del deporte profesional
Los daños que ha causado la covid-19 a la salud y a la economía son todavía incuantificables. Todos los...
julio 8, 2020¿Y si no hay vacuna?
Covid-19 se ha convertido en muy poco tiempo en una de las enfermedades más devastadoras en la historia de...
julio 1, 2020