El paquete económico 2020, contempla destinar el 49% de la inversión pública a Pemex, lo cual reavivó el debate sobre si vale la pena destinar tantos recursos de un ya limitado presupuesto, para rescatar a la empresa petrolera más ineficiente y más endeudada del mundo.
Los principales críticos del presupuesto 2020 comentan que no es buena idea poner en jaque la estabilidad macroeconómica del país por rescatar a Pemex, que la economía mexicana no debe petrolizarse otra vez o que el plan de rescate parte de un mal diagnóstico, entre muchas otras razones por las que el gobierno no debe rescatar a Pemex.
Ante todo esto me pregunto, ¿acaso México tiene otra opción?, el único accionista de Pemex es el gobierno mexicano, la deuda de la petrolera asciende a 105 mil millones de dólares, los cuales están respaldados por el gobierno mexicano, y si tomamos en cuenta que la deuda de Pemex equivale al 23% de la deuda pública de México, entonces si Pemex quiebra, la deuda del país se incrementará inmediatamente un 23%, lo que tendrá un severo impacto en las calificaciones crediticias y terminará exponiendo nuestra estabilidad macroeconómica.
Si bien la situación económica de Pemex es un problema heredado, pues su deuda pasó de 59 mil 600 millones en 2012 a 105 mil 800 millones de dólares en 2018, el rescate planteado por el presidente López Obrador responde más a una ideología que ve a Pemex como el motor de la economía del país como ocurrió en los años 70´s. Pues el rescate de la empresa solo contempla inyecciones de capital y reducción de la carga fiscal, pero no plantea un plan para reducir los elevados costos de operación de Pemex.
Pareciera increíble que el mismo gobierno que implementa lo que denomina austeridad republicana, la cual ha consistido en reducir el tamaño del gobierno, mediante recortes presupuestales y despidos de personal a tal grado que afectó la operatividad de varias áreas, algunas tan importantes como la salud. Ese mismo gobierno apenas ha tocado a Pemex, la empresa propiedad del estado cuya situación financiera está poniendo en riesgo las finanzas de todo el país.
Como lo expliqué anteriormente el gobierno mexicano está obligado a rescatar a Pemex, simplemente es muy grande para caer, pero eso no significa que no pueda reducirse, la empresa fue el monopolio energético del país durante demasiado tiempo e interviene en casi todas las áreas de su industria, es momento de que simplemente el gobierno se deshaga de aquellas áreas de Pemex que no son rentables, en las cuales ya no es competitivo o en aquellas donde se requiera abrir el mercado a la competencia.
En conclusión, el gobierno del presidente López Obrador, está destinando la mitad del presupuesto de inversión, para rescatar una empresa ineficiente y demasiado grande para caer, si bien como lo planteo en este artículo, el gobierno mexicano está condenado a rescatar a Pemex, pero no a sus líderes sindicales y su excesiva plantilla laboral, además que en este momento el mundo mira hacia otras soluciones en materia energética, mientras que la cantidad que México invertirá en energías renovables es 0.
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