En estos momentos la Comisión Nacional de salarios mínimos CONASAMI, discute cuál será el salario mínimo para el 2020, a lo que ya se han adelantado varias propuestas que plantean varios posibles incrementos al salario mínimo, todas partiendo desde la misma ya irrefutable premisa, de que el salario mínimo sigue siendo muy bajo, sobre todo con el TMEC en proceso de ratificación por el Congreso de Estados Unidos.
Muy seguramente el acuerdo al que se llegó el pasado martes, el cual permitirá que se ratifique el TMEC en Estados Unidos, incluye un compromiso del gobierno mexicano de realizar un incremento significativo del salario mínimo, pues este es el indicador base para fijar los salarios de todos aquellos trabajadores no respaldados por un sindicato, en pocas palabras la inmensa mayoría de la fuerza laboral mexicana. Lo que explica a la perfección el repentino cambio de postura de la COPARMEX al respecto, ya que ahora promueven una propuesta que denominan “nueva cultura salarial” la cual consiste en incrementos graduales con la meta de que el salario mínimo en 2024 sea de $205.41 pesos.
Las propuestas de incremento del salario mínimo van desde un aumento del 16% igual al del año pasado, hasta propuestas más extremas como las de algunos senadores de MORENA, que piden que se incremente hasta los 172 pesos asimilando el incremento en la zona fronteriza del año pasado, bajo el argumento de que como en la zona fronteriza no se generó inflación lo mismo ocurrirá en el resto del país, pero en la zona fronteriza solo vive aproximadamente el 6% de la población del país, por lo que esto apenas se le puede considerar un experimento, pues las grandes empresas quienes fijan los precios absorbieron el costo con sus unidades de negocio del resto del país.
A diferencia de lo que percibimos, el salario mínimo no comenzó a incrementarse con la llegada del presidente López Obrador, ya que ha venido recuperando su valor desde el 2017 cuando el aumento fue de 9.58%, mientras que en 2018 fue de 10.39% y en 2019 de 16.20%, lo que significa que en los últimos tres años el salario mínimo se ha incrementado un 28.28% y un 120.78% en la frontera, por lo que se debe considerar el incremento acumulado, el cual puede presionar la inflación, aunque a pesar de esta pronunciada recuperación del salario mínimo, este sigue siendo uno de los más bajos de América Latina solo por encima de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua, y aún es 10 veces menor que el salario mínimo federal de Estados Unidos.
En 2017 en mi blog, propuse que el salario mínimo debe permitir que un trabajador pueda pagar una vivienda, lo calcule de la siguiente manera:
Como en el resto de las propuestas se toma como base la línea de bienestar publicada por el CONEVAL, la cual determina cuánto debe ganar una persona para cubrir sus necesidades alimentarias y no alimentarias mínimas, en pocas palabras quienes viven con un ingreso inferior al estimado en la línea de bienestar, viven en condiciones de pobreza extrema. La línea de bienestar del mes de noviembre fue de $3,150.60 pesos mensuales o $103.29 pesos diarios.
Al ingreso diario para alcanzar la línea de bienestar, se le debe sumar el costo de pagar un crédito INFONAVIT de la vivienda más barata que alcanza subsidio lo cual equivale a $154,110 pesos, menos $46,238.80 que es el máximo subsidio que otorga la SEDATU, lo cual da como resultado un crédito por $107,871.20 pesos, con un interés del 4% que es el que pagan los trabajadores de menores ingresos gracias al subsidio cruzado, lo cual da como resultado un pago mensual de $514.90 pesos mensuales o $16.89 diarios como pago de hipoteca.
Por lo que al sumar la línea de bienestar más el pago de la hipoteca más barata a la que un trabajador que gana el salario mínimo puede acceder, nos da como resultado $112.29 pesos diarios, a los cuales si les aplicamos un 2.9% equivalente a la inflación esperada por el Banco de México durante el 2020, nos da como resultado $115.55 pesos diarios que equivalen, a lo que una persona necesita ganar para costear sus necesidades mínimas alimentarias, no alimentarias y de vivienda ajustado a la inflación estimada para el próximo año, esto con el objetivo de que el salario mínimo en ningún momento vuelva a ser rebasado por la línea de bienestar al ajustarse la inflación como sucedió este año.
El incremento que planteó equivale al 12.53% en relación con el salario mínimo actual, el cual está en el mismo rango que el 16% propuesto por la COPARMEX. A mi punto de vista el aumento del salario para 2020 será muy parecido al propuesto por la COPARMEX pues además de estar dentro de un rango coherente, esta organización forma parte de la CONASAMI, y en el caso de la zona fronteriza, el incremento debe ser la mitad del aumento del resto del país, debido a que si bien no se debe volver a caer en errores del pasado cuando los incrementos del salario mínimo eran devorados por la inflación, también se debe cerrar la brecha salarial entre las dos regiones del país.
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