El anuncio de la construcción de 2,700 sucursales del Banco del Bienestar entre 2020 y 2021 ha abierto el debate sobre la inclusión financiera en México y el papel que debe jugar el gobierno en este tema. El etiquetado de 5 mil millones de pesos para la construcción de las sucursales, ha provocado todo tipo de objeciones, sobre todo haciendo hincapié en los recortes presupuestales a muchos rubros importantes para el país como son la salud y la seguridad.
¿Por qué no aplicaciones móviles?
La principal crítica sobre la construcción del Banco del Bienestar, es en relación con que hay quienes no consideran que tantas sucursales sean necesarias, pues la tendencia a nivel mundial es la reducción de sucursales, en favor de un mayor uso de aplicaciones móviles para realizar las transacciones bancarias.
Pero la triste realidad de nuestro país es que solamente el 65% de los mexicanos tenemos acceso a Internet mientras que solamente el 60% de la población tiene acceso a Internet a través de un teléfono celular según el INEGI, por lo que hablar de accesibilidad a aplicaciones móviles es otro problema igual de complejo que la inclusión financiera.
Tal como lo mencionó el presidente López Obrador en una de sus conferencias mañaneras, el estado debe intervenir para resolver la inclusión financiera, ya que según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera publicada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, solo el 68% de los mexicanos tienen acceso a una cuenta de banco, y no es casualidad que la mayoría de estos se encuentran en zonas marginadas o distantes de centros urbanos, en otras palabras zonas no rentables, razón por la cual los bancos comerciales no han decidido atender a esta parte de la población y justificadamente no solo es una necesidad sino una obligación del estado intervenir en este segmento olvidado por el mercado, pues el acceso a un sistema de pagos es una condición indispensable para vivir y trabajar en una economía moderna.
Pero el problema va más allá de la geografía pues según la misma encuesta, en Ciudad de México, el centro urbano más importante del país solo el 72% de los adultos tiene acceso a una cuenta de banco, contra un 82% de los estados del noroeste, los cuales se caracterizan por una baja densidad poblacional y centros urbanos dispersos en vastos territorios.
¿Realmente se necesitan construir 2,700 sucursales?
Es muy difícil calcular cuántos pueblos o ciudades pequeñas requieren de cobertura bancaria, ya que como lo comenté en el párrafo anterior de nada sirve que se diseñan apps móviles si al final del día una parte muy significativa de la población no tendría dónde comprar, pues las tiendas de sus comunidades no aceptan pagos electrónicos o no pueden hacer retiros de efectivo por falta de sucursales bancarias o cajeros. Las 2,700 sucursales que prometió el presidente López Obrador se sumarán a las 429 sucursales actuales de Bansefi el cual se convertirá en Banco del Bienestar y tal y como lo comentan quienes se oponen a este proyecto, si son muchas sucursales no porque esos lugares no lo requieran sino porque se puede utilizar algún otro tipo de infraestructura ya existente.
Por ejemplo, se puede utilizar la red de Correos de México y Telégrafos de México, infraestructura que está subutilizada y de esta manera el Banco del Bienestar podría funcionar como un banco postal, un tipo de Institución financiera que se ha utilizado por muchos países a lo largo de la historia, precisamente para incrementar la accesibilidad a servicios financieros de la población que no es cubierta por la banca comercial.
¿El objetivo es económico o político?
Según lo explicado por el presidente las ubicaciones de las 2,700 sucursales serán en base a puntos actuales de entrega de recursos en efectivo, número de beneficiarios de programas sociales y localidades donde no hay infraestructura financiera. Siendo estas las principales dudas sobre cuál es el verdadero objetivo del nuevo Banco del Bienestar, pues al parecer la ubicación de estas sucursales lo determinarán las necesidades de distribución de dinero de los programas sociales y no las necesidades de accesibilidad a servicios financieros a toda la población.
Como lo mencione anteriormente el 32% de los adultos mexicanos no tienen acceso a una cuenta bancaria y según la misma encuesta (ENIF) el 69% no tienen acceso a un crédito formal, por estas razones la creación de un banco propiedad del estado con tantas sucursales está más que justificada, pero si estas más de 3,000 sucursales en vez de ofrecer servicios como apertura de cuentas, cajeros para disposición de efectivo conectados al resto del sistema financiero, créditos y microcréditos y en vez de esto terminan siendo solo cajas de cobro de programas sociales, esto no será más que un gran desperdicio de recursos, pues de banco sólo tendrá el nombre y será un lugar cuyo único objetivo será el crear un vínculo con los beneficiarios de programas sociales, ya que no es lo mismo que aparezca el dinero cada cierto tiempo en una cuenta bancaria a que vayas a una oficina con logotipos del gobierno e imágenes del presidente por todos lados a recibir el apoyo gubernamental.
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