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Mexicanos: ¡Hay mucho por hacer!

El clima, más bien la sensación de incredulidad ha quedado atrás y ha dado paso a la desesperanza...

16 de noviembre, 2016

El clima, más bien la sensación de incredulidad ha quedado atrás y ha dado paso a la desesperanza, al desánimo y hasta el miedo. Vemos las noticias y no sabemos de qué lado se respira mayor inseguridad ante los últimos eventos, a raíz del triunfo de Donald Trump. Mucho se ha dicho, se han agotado tantas posibilidades, se han analizado todos los enfoques. Y a cada momento nos alejamos de nosotros mismos, ¿qué pasa con nosotros?

Hay tantas cosas mal y otras a medias. En México no falta dinero sobra corrupción, funcionarios rateros, ladrones de gasoductos, maestros analfabetos/analfabetas, ciudadanos irresponsables, empleados sin orgullo, justicia ofertada al mejor postor, empresarios sin unión, derechos humanos mal dirigidos, mexicanos que no respetan a su país ¿cuántos millones se fugan o no llegan a las arcas de la federación, estatales y municipales? Si tuviéramos ese dinero y lo pudiéramos invertir ¿cuántos empleos productivos se podrían generar?

Desde mi punto de vista todo lo que está sucediendo es positivo porque para corregir algo primero tenemos que conocerlo, y en esta elección de Estados Unidos, hoy como nunca, quedó de manifiesto la dependencia ante nuestro vecino del norte. Y no sólo es una dependencia económica, porque esa se arreglará, también la emocional.

Tal vez la parte más seria sea ésta, la emocional. Esa sensación de pérdida y desprotección, más apabullante que cualquier otra. Esa postura de víctima se asume ante las circunstancias que están fuera de control y la persona se siente en la orfandad. Y aquí podemos voltear y mirar la figura de Donald Trump quien tiene mucho que enseñarnos, con su seguridad y ego más allá de cualquier limitación.

Una de las cualidades de Donald Trump es que en todo momento asumió su papel de ganador, siempre estuvo presto a asegurar que la silla presidencial sería suya, contra todos los pronósticos enfrentó a los políticos, incluso al partido que lo postuló, ni ellos creían en él. También hay que decirlo, Trump, es un tipo inteligente, aunque no estemos de acuerdo con él y, ahora, …, todo pueda suceder.

Volviendo a México, los programas de análisis revelan una gran dosis de nerviosismo tanto de los empresarios como de los políticos, sin duda alguna es una situación sui géneris y como tal requiere de mucho cuidado, tacto y diplomacia. Debemos confiar y dejar a los políticos hacer su trabajo y esperemos que todas las circunstancias se conjuren para que esto funcione bien, tanto para una, como para la otra parte.

Ya no vivimos en lugares cercados y cerrados, por más que se quiera ver así, todos estamos interconectados, las redes son una fiel muestra de ello. La comunicación es la representación de cómo las fronteras han desaparecido. Y la única división real es en el pensamiento: Aquellos que creen se pueden mantener las formas antiguas de sobrevivencia y quienes están convencidos de lo contrario.

Para quienes creen que se pueden regresar a los modelos de trabajo de antaño, con grandes presupuestos y atractivos salarios de los que ha disfrutado el pueblo estadounidense, eso se acabó. Para bien o para mal las fábricas están inmersas en una espiral donde los salarios inciden en los precios y si estos se salen del mercado mundial, tal compañía y economía perderá sus nichos que tanto trabajo les ha representado conquistar, porque a mayores salarios= mayores precios, entre otras variables. Decir que las fábricas van a regresar a Estados Unidos por decreto es una falacia.

Ésta es una situación en extremo delicada, pero también muy propositiva, puede ser una coyuntura para el pueblo de México, ganar puntos ante sí mismo y dejar de lado tanta mediocridad, corruptelas, malinchismo, victimes y unirnos en pro de un país tan fuerte que nadie, ni dentro ni fuera, se sienta vulnerable por ser Mexicano.

Vamos Mexicanos: ¡Hay mucho por hacer en armonía y paz!

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