Desde la cabina con Eduardo Ruiz Healy…

Entrar en la cabina, ver y escuchar a Eduardo Ruiz Healy haciéndome las preguntas, fue una ilusión hecha realidad.

14 de diciembre, 2016

Entrar en la cabina, ver y escuchar a Eduardo Ruiz Healy haciéndome las preguntas, fue una ilusión hecha realidad. Desde que recibí la invitación semanas antes, hasta cuando Francine Sarrapy nos, a mi esposo y a mí, recibió en la antesala de la cabina con los brazos abiertos, fue el inicio de la conclusión de una gran experiencia.

En algún momento previo a la presentación recordé que es un programa muy exitoso, cuarto lugar de popularidad según escuché, pero no quise pensar en eso, sabía que sólo haría ruido en mi mente. Llegamos a las oficinas de Radio Fórmula y esperamos, vi llegar a Eduardo y me sentí muy animada, lo saludé desde lejos agitando la mano con efusividad, él no me conocía, sonrió y continuó su camino.

Cuando estamos familiarizados con una persona pública a través de algún medio masivo, el espectador se siente cercano al personaje, sin embargo, la verdad es que el personaje no tiene ni la menor idea sobre quienes somos nosotros, al espectador le toca estar en la parte obscura de la ecuación. Así que vi como Eduardo entraba en la cabina, mientras me sentaba a seguir esperando.

Poco después salió Francine con su cálido abrazo, recordándome que todo estaba en su lugar y que en unos minutos más entraría yo al aire, volví a esperar, por unos instantes me invadieron los nervios. Después se presentó conmigo la maquillista y tras unos brochazos para quitarme el brillo de la cara dijo que estaba todo listo, en cualquier instante pasaría a la cabina.

¡Por fin! ¡Por fin!

Al entrar todo parecía familiar, de alguna forma ya conocía el lugar, lo veía con frecuencia a través de la televisión, la cual, con su magia, logra que las distancias, los kilómetros se esfumen y parezca que la cabina está al lado de nuestra sala, entré y sin ningún problema me incorporé al grupo frente a las pantallas.

El recibimiento fue cálido, Eduardo tiene una gran habilidad para entrevistar, logra que las personas se sientan muy cómodas con él, sus preguntas son claras y precisas, aunque ciertamente son muchas y a veces no se pueden contestar todas. Si, lo sé, el tiempo en los medios es el ingrediente más volátil y con facilidad se escapa de las manos.

La charla seguía fuera del aire totalmente amena, me sentía como pez en el agua. En los cortes él complementaba la información que resumía al aire. Platicamos sobre mi persona. Tuve el gusto de conocer a Liliana Alvarado y a Kenia López Rabadán, guerrerense igual que yo, de quien me he ido enterando de su impresionante trayectoria, así que puedo decir que ella es un orgullo de nuestro estado.

Me sentía tan a gusto que deseaba que el programa continuara, cuando entré, el tiempo se detuvo y cada instante era un disfrute, fue como un sueño, sin tiempo.

Así que ahora ya tengo un nuevo deseo para la próxima reunión: ¡Claro! Espero que me vuelvan a invitar. Mi deseo es conocer a Tere Vale. Ser testigo de esas pláticas fenomenales. Bueno, si estoy ahí, ya les platicaré.

Desde Acapulco les mando un abrazo a todos, lleno del calorcito marino y gracias por hacer de esta visita una experiencia maravillosa… Hasta pronto.

Por si alguien quiero escuchar el programa, 29 de noviembre del 2016, el link es el siguiente:

https://www.ruizhealytimes.com/mi-programa-diario/podcast/podcast-291116

 

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