¿Dónde está la excelencia?

Yo por eso estudié, para no barrer – Le dijo el joven a la encargada. Quien le dio la queja a la gerente. La mujer...

13 de julio, 2016

Juventina Chonguín Camacho

Yo por eso estudié, para no barrer – Le dijo el joven a la encargada. Quien le dio la queja a la gerente.

La mujer se dirigió al empleado acusado:

Hola Beto, ¿Por qué no has querido barrer? –Le preguntó
Porque yo fui a la escuela para no barrer – Contestó el chico.
Mmm, ok, ¿hasta qué grado estudiaste Beto? – Inquirió María.
Hasta la prepa – respondió.
Toma una pluma y un papel, vas a escribir los años que has estudiado tú, y los que yo he estudiado los voy a anotar aquí, en esta hoja. ¿Te parece bien? – Preguntó la gerente.

Yo esperaba a que se desocupara María. Mientras observaba la escena tenía un esbozo de idea sobre cuál era la intención de la gerente, cada quién fue anotando en el papel los estudios. Preescolar, primaria, secundaria, preparatoria, aproximadamente 21 años. La gerente siguió preguntando ¿licenciatura?, ¿maestría?, ¿doctorado?

Beto, estudiaste como 21 años, mientras yo he estudiado 10 años más. Mira, los estudios son para hacer mejor las cosas, no para dejar de hacerlas. Si estudiaste hasta la prepa, tienes razón, tus estudios son mayores a la mayoría de tus compañeros y eso te hace más responsable, que tu trabajo sea mejor, excelente. La semana pasada comentaste que querías un aumento de salario y eso depende de tu actitud, ganas de trabajar y tu excelencia en el trabajo. Por favor ve por la escoba, hoy yo voy a barrer.

Muchas veces escucho situaciones que me recuerdan esta anécdota, sobre todo en función de nuestro salario, todos queremos ganar más, ¿quién no?, lo cual es una legítima inquietud, sin embargo, me atrevería a preguntar ¿qué estamos dispuestos a dar a cambio de ese salario?

Generalmente, creemos recibir menos de lo que merecemos ¿será eso una afirmación cierta?, un amigo decía “hagas lo que hagas, haz siempre lo mejor. Tal vez algunas veces no será posible, lo importante es que tú quedes satisfecho de haber hecho el mejor esfuerzo”.

¿Por qué muchos recién egresados de licenciatura apenas van a pedir trabajo y ya se sienten explotados? ¿Por qué nuestros maestros invaden las calles? ¿Es ese su mejor esfuerzo? ¿Se sentirán orgullosos de ello? Los policías, ¿no sabemos si refugiarnos en ellos o temerles? Los políticos y funcionarios públicos, cobran su salario para mejorar la nación ¿Harán su mejor esfuerzo en apoyo a la ciudadanía?

Los policías, los maestros, los empleados, “los pobrecitos ganan poco”. Así muchos creen merecerlo todo mientras dan ¿Qué dan? ¿Su mejor esfuerzo? ¿Cuál es la diferencia entre ser mediocre y sólo ir al trabajo por la quincena? ¿Cuándo preguntaremos qué hicieron? ¿Qué mejoraron? ¿Por qué merecen ese salario? ¿Por qué muchos mexicanos ni siquiera tienen eso?

Tal vez tenemos un concepto erróneo del trabajo, muchas personas lo buscan con desesperación, mientras otras reniegan de él, les parece poco, y lo único bueno que les proporciona es un cheque el día de quincena ¿Por qué tenemos estos conceptos? Creyendo merecer más sin estar dispuestos a dar lo mejor de nosotros. Incluso a nivel personal, “esta pareja ya no me gusta”, es más fácil separarse que buscar los puntos de acuerdo.

Cierto que en nuestro país hay desigualdad, pobreza, injusticia, corrupción, y cómo vamos a mejorar si queremos que los cambios empiecen con el vecino ¡Se nos olvida que todo cambio empieza desde quien lo propone!

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