Cuauhtémoc: La despedida de un ídolo

Dedicado a: J, L, M y E. y a todos los Americanistas de hueso colorado.

9 de marzo, 2016

Juventina Chonguín Camacho

Dedicado a: J, L, M y E. y a todos los Americanistas de hueso colorado.

Juego: América-Morelia. Liga MX…

Minuto: 00

El silbatazo inicial… Empezaron a correr los segundos. La gente cantaba, aplaudía, suspiraba. Su ídolo estaba en la cancha jugando, éste era su retiro. Cada vez que Cuauhtémoc tocaba el balón se escuchaban los gritos en la tribuna con fuerza y entusiasmo.

Los gritos eran constantes, querían que su ídolo se sintiera acompañado, cobijado por los miles de espectadores ahí reunidos y que, de alguna forma, querían mostrar su participación y apoyo en la gran despedida…, en su última aparición.

Constantemente muchos psicólogos aseveran que el ser humano al nacer es perfecto y bello. Sin embargo, es el entorno quien orientará sus inclinaciones hacia algún lado de la balanza y actuará en función de él.

Minuto: 9: 05

La gente en las tribunas se emocionaba “Cuau, Cuauhtémoc, Cuauhtémoc”.

En una jugada que inició en la portería, tras varios pases, llega la pelota a Cuauhtémoc, quien la juega como túnel, pasa por varios defensores y tira a gol. La algarabía explota en las tribunas con la sensación de que el Coloso de Santa Úrsula se caerá en cualquier momento. La pelota golpea en el travesaño, por escasos centímetros rebota y sale. Toda la afición se lamenta.

Los minutos siguen transcurriendo, cada vez más cerca del final, de la despedida histórica.

Durante la niñez los héroes adquieren especial relevancia en la vida de los seres humanos. Son modelos a seguir, impresiones que quedan grabadas de por vida. La relevancia de estos modelos es básica para la vida emocional, social, productiva de todo ser humano y de convivencia para todo ser humano.

Minuto: 34:45

Cuauhtémoc pasa por en medio de dos compañeros rivales y brinca con la pelota pagada a sus pies, haciendo su clásica cuauhtemiña. Una vez más el público se emociona vitoreándolo.

Ver el desarrollo de estos héroes, su crecimiento día a día por parte de sus admiradores cobra especial importancia en la vida de los seguidores de estas personas simple y sencillamente porque los pone en contacto con un mundo ideal, más aún cuando estos héroes son personas de carne y hueso.

Minuto: 37

El silbatazo final para Cuauhtémoc. Se acaba la esperanza de gol. Tras abrazos de sus compañeros y el reconocimiento de su público abandona el terreno de juego. Se queda en la banca a esperar que el partido termine.

…

Minuto 92: Silbatazo final.

Marcador: América 4, Monarcas 1.

Se termina el partido e inicia la despedida. Cuauhtémoc no logra esconder la emoción, se enjuga las lágrimas y recorre el estadio dando la vuelta mientras se despide de su afición.

Sus últimas palabras como jugador activo son para su familia y sus seguidores, a quienes les gradece el apoyo que siempre le brindaron.

Se cierra una historia de éxitos y empieza otra que, esperamos, sea tan exitosa como la primera.

Y que hay una población que reconoce y aplaude esos esfuerzos. Niños cuyos héroes sean seres de carne y hueso con los cuales identificarse, recrearse y amarlos. Necesitamos más de eso.

Todo país necesita de ejemplos sanos, de deportistas que pongan el ejemplo de que en este país se puede ser exitoso con empeño y disciplina. Es una labor constante de la sociedad, empezando con los padres y maestros, pasando por sus héroes, mantener a estos niños y adolescentes en contacto con seres que enriquezcan su alma y los inspiren a mejorar sus propios horizontes.

Para terminar cito las palabras de un americanista de hueso colorado al leer estas líneas, mientras un nudo le trababa la garganta:

“El ídolo se va, pero muchos niños se quedan con la playera número 100, con la cual jugarán hasta que se caiga de rota, soñando con emular algún día a su héroe y volar como un águila”

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