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Autobiografía…

"¿Por qué ya no quieres publicar tu autobiografía? Trabajaste en ella tres años, día a día, para realizar esta tesis y ahora sólo falta el...

10 de agosto, 2016

Juventina Chonguín Camacho

"¿Por qué ya no quieres publicar tu autobiografía? Trabajaste en ella tres años, día a día, para realizar esta tesis y ahora sólo falta el último paso ¿No me digas que aquí te vas a quedar? ¡Sería muy mala decisión!" La alumna quiso decir algo, sólo pensó para sí – "¿Qué hago Dios? No, pensé que esto pasaría."

Escribir una autobiografía enfrenta al autor consigo mismo desde muchos ángulos. Claro que también está la intención con la cual se hace ésta. Los escritores famosos la pueden hacer para compartir con sus lectores algunos de los hechos que él considere importantes para quienes lo leen, sin embargo, también se utiliza a la autobiografía como instrumento de psicoterapia.

La finalidad de la autobiografía en la psicoterapia es una herramienta de autodescubrimiento. Apoya en el camino a quien decide adentrarse en este proceso y tiene muchas etapas que se van sucediendo e interponiéndose conforme se va desarrollando dicho proceso y se va descubriendo nuestra propia historia.

Esa noche Luisa soñó que caía de una montaña, rodaba sin poder frenar su caída. Se detuvo con unas rocas, después de chocar con ellas se levantó y revisó su cuerpo maltratado, sentía muchos dolores “Seguro tendré un hueso roto… ¡Será posible que todo esté en su lugar? ¡Nada!” –Pensó- Levantó sus pertenencias lentamente, de pronto se detuvo: –“Y esto? ¿Cómo vino a dar aquí? Todavía no he decido mandar a imprimir la tesis” –Luisa levantó con cuidado el libro, sus manos temblaba, y justo cuando decidió abrirlo y hojearlo una ráfaga de viento lo alejó y despertó.

Luisa se quedó sentada en su cama mientras reflexionaba sobre su sueño. Tenía que definir rápido si publicaría o no su tesis. “No contaba con que me iba a enfrentar a esta situación. Temo descubrir los secretos de familia ante extraños ¿Qué tal si un día se publica mi trabajo?"

Escribir una autobiografía es un gran trabajo, empezando por el hecho de escoger qué cosas de la vida personal tienen la relevancia de quedar registrados y de ahí viene la gran preocupación ¿Cuáles personajes se niegan a quedar en las sombras? Esos que son imprescindibles y sin los cuales la historia carece de sustento.

Mientras Luisa se vestía seguía con su monólogo “No, si no lo hago, tiraré el esfuerzo de tres años y lo que es peor, ya no haré otra tesis. ¿Cómo hago? Estaba tan emocionada recorriendo y enfrentando a mis monstruos que dejé pasar por algo el cierre de este camino”.

Al salir Luisa se despidió de su esposo, quién le preguntó “¿Ya tienes fecha para imprimir tu tesis? ¿Ya sabes lo que harás, solo es cuestión de que te relajes y pienses con calma?" Ella lo miró mientras contestaba –Mañana tomaré una decisión.

Esa noche soñó de nuevo con el libro. Esta vez lo abrió y leyó el título, la dedicatoria y sonrió satisfecha. Al otro día despertó contenta, recordó el sueño y ya no tuvo dudas ni inquietudes. Escribió la dedicatoria, salió de casa con el original apretado a su regazo y lo entregó directamente en la dirección de la escuela junto con el oficio para iniciar sus trámites –"¡Por fin seré una psicoterapeuta!"

Para enfrentar nuestros monstruos tenemos que saber dónde buscarlos, hallarlos, luchar con ellos y derrotarlos. Una vez acabada la faena, en el caso de la autobiografía para tesis, falta todavía un paso, igual de importante que los anteriores y, tal vez este, refleje la solidez del avance de la persona. Es difícil y complejo porque es mostrar la desnudez ante sí mismo, propios y extraños.

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