AcaBus: ¡¿Siempre sí?!

Hice la parada y el camión se detuvo, me cubrió con su nube de humo y saludó con los rechinidos de frenos que penetró hasta...

1 de junio, 2016

Juventina Chonguín Camacho

Hice la parada y el camión se detuvo, me cubrió con su nube de humo y saludó con los rechinidos de frenos que penetró hasta lo más hondo de mis oídos, finalmente subí, pagué, no encontré asiento, así que hice más de la mitad de mi recorrido de pie. En cada frenada mis piernas se ejercitaban al ritmo del movimiento del camión.

En la segunda parada después de subir, entraron una mamá y su hija de aproximadamente ocho años. La niña no tenía tanta práctica como yo en eso de los ejercicios y en la siguiente parada terminó aterrizando en el piso, se levantó de prisa, se sacudió el vestido y nos miró tratando de disimular su incomodidad.

El nuevo transporte, AcaBus, está por iniciar/ que acaba de iniciar sus operaciones el 31 de mayo. Desde que se mencionó este proyecto se dieron una serie de manifestaciones en contra. Todos los argumentos son válidos y desde entonces se han realizado infinidad de reuniones y pláticas para checar los pros y contras con los transportistas. Sólo que pocas veces escuchamos el punto de vista del consumidor ¿Qué pasó con los usuarios de los camiones? ¿Cómo ven este cambio? ¿Cuál es la perspectiva?

Más adelante un señor mayor se levantó, estaba sentado casi a la mitad del camión, me pregunté cómo haría para llegar a la puerta y después cómo lograría bajar y pisar tierra firme. El señor aprovechó el alto para intentar llegar a la puerta, sin embargo, a medio camino el transporte se puso en marcha y con el brusco jalón el adulto mayor se balanceó y estuvo a punto de caer, más de uno intentamos acercarnos para sostenerlo.

Afortunadamente un muchacho se levantó y sólo se paró atrás de él, con lo cual logró que el aterrizaje fuera sobre su pecho y el señor no visitara el piso, con el alivio de quienes nos dimos cuenta de la situación y compartíamos el enojo contra el chofer por su exquisita forma de conducir.

Por supuesto es importante reconocer al AcaBus como fuente de trabajo, también comprender que existen múltiples posiciones al respecto y todas avalan una parte de la realidad. Hay muchos aspectos en casi toda acción que se tome en la vida. Tanto a nivel macro, como micro. Aunque lo lógico es privilegiar el derecho de las mayorías. Muchas veces esa es la pretensión de múltiples hechos, la verdad es que al final de cuentas influyen tantos contras que el camino suele perderse y los objetivos esfumarse.

Los transportistas han mostrado su desacuerdo ante la implementación del AcaBus, ciertamente pueden tener razón en muchos de sus argumentos, sin embargo, siempre le quedan a deber al usuario el trato amable, cordial y considerado, sobre todo a las personas mayores quienes en un esfuerzo por sobrellevar sus limitaciones salen a la calle y reciben un ignorado saludo en su visita a la unidad.

Alguien me decía: “Si visitas mi casa eres mi huésped, si visitas mi lugar de trabajo eres mi invitado”. La ciudadanía no estaría tan ansiosa de subirse al nuevo transporte, deseosa de ser tratada como un buen cliente por parte de un transportista que desea dar el mejor servicio posible. Un transporte cómodo, eficiente, seguro al subir a los camiones. Por otro lado, esta es una situación nacional, no exclusiva de esta ciudad ¿qué pasa con las autoridades?

¿Qué es el usuario cuando sube a una unidad de autobús? ¿Qué puede esperar del anfitrión? ¿Qué debe exigir? ¿Es demasiado pedir un asiento por el pago? ¿Es necesario entablar una controversia con el chofer sobre su forma de manejar? ¿El consumidor tiene derechos? ¿Cuáles son los derechos del consumidor? ¿Cuáles son los derechos de un usuario de autobús? ¿Dónde está la competencia?

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