Si las barbas de Evo ves cortar…

“Por bando nacional, ya promulgado, sepa toda la gente, que el pueblo que está aquí representado, sacó de presidente, al que en la presidencia está...

15 de noviembre, 2019

“Por bando nacional, ya promulgado, sepa toda la gente, que el pueblo que  está aquí representado, sacó de presidente, al que en la presidencia está sentado,  y seguirá sentado eternamente.” (*)

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PRIMER EPISODIO. MÉXICO 2006 – BOLIVIA 2019

En julio de 2006, Fox maniobró para robarle el triunfo electoral a Andrés López Obrador.

¿Qué hizo entonces López Obrador?

Hizo lo mismo que Carlos Mesa en Bolivia a partir del 20 de octubre próximo pasado: Salir a manifestarse a las calles, y desplegar una protesta social destinada a revertir el fraude electoral.

Lo único que no hizo el candidato opositor Carlos Mesa, fue exigir un recuento voto por voto. De ahí en fuera, López Obrador en México 2006, y Mesa en Bolivia 2019, recurrieron a la presión social como instrumento “PACÍFICO” para hacer cumplir la constitución y las leyes electorales.

Pero vayamos más atrás en el tiempo:

¿Qué hizo Miguel de la Madrid en 1988,  viendo que Cuauhtémoc Cárdenas se perfilaba como ganador indiscutible de la elección presidencial?

Miguel de la Madrid en julio de 1988, hizo exactamente lo mismo que Evo Morales el 20 de octubre de 2019, o sea: Alegar una “caída del sistema” de cómputo, para preservar el sistema neoliberal y el advenimiento de las presidencias gerenciales gobernadas desde Washington.

¿Qué habrían dicho los seguidores de Cuauhtémoc Cárdenas si en 1988 el Ejército Mexicano le hubiera “sugerido” a Miguel de la Madrid que renunciara a la PRIsidencia?

Yo no puedo hablar por nadie más que por mí, pero si Miguel de la Madrid se hubiera ido al rancho de López Obrador (1)  con todo y Carlos Salinas, yo habría ido a bailar un zapateado al Ángel de la Independencia para festejar la llegada del segundo Cárdenas a la presidencia de México.

¿Cuál es la contradicción hasta este punto?

Si el plantón y las marchas en la Reforma lo monta López Obrador, es una expresión de democracia.

Si los plantones y marchas en La Paz, Bolivia, las montaron los opositores de Evo Morales, es una subversión antidemocrática.

La moraleja se reduce al viejo dicho: “En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.

SEGUNDO EPISODIO. SOLAMENTE TRES PREGUNTAS:

Me permito  hacerle a Don Evo Morales tres preguntas que cuando menos a mí, no me las va a contestar:

Primera pregunta: ¿Por qué motivo insistió en postularse por tercera vez a la presidencia de su país, en vez de respetar el referéndum convocado por usted mismo en 2016, cuando la mayoría del pueblo boliviano le respondió con un rotundo ¡NO!?

Segunda pregunta. ¿Por qué recurrió usted al poder judicial para burlar la decisión popular que se negaba a que volviera usted a postularse como candidato presidencial?

Tercera pregunta. ¿Por qué motivo recurrió usted al método Bartlett (caída del sistema) para evitar la segunda vuelta electoral, en vez de respetar lo que manda la constitución de Bolivia?

Si Evo Morales hubiera recurrido a la asesoría de Jaime Bonilla y de Olga Sánchez Cordero, se habría ahorrado las engorrosas reelecciones, con simplemente prorrogar su mandato por tantos años como quisiera extenderlo.

De esa manera habría podido hasta afirmar que seguía el ejemplo mexicano de jamás violar el principio democrático de “sufragio efectivo, NO REELECCIÓN”.

También podría haber consultado a Carlos Salinas de Gortari, que puede ser maligno pero no es tonto.

Si Salinas NO SE ATREVIÓ a intentar reelegirse en 1994, no fue por falta de ganas, sino porque, conocedor de la historia de México, supo claramente que en México, las prorrogas de mandato estilo Bonilla,  no permiten permanecer en la codiciada Silla del Águila, sino que solamente llevan a La Bombilla (2)

TERCER EPISODIO. Cuando las barbas de Evo veas cortar…

Decir aquí que nadie experimenta en cabeza ajena, parece salir sobrando; pero ni tanto.

El canto de las sirenas sigue haciendo naufragar a políticos eficaces como Evo Morales que, si hubiera sabido retirarse a tiempo, le habría ahorrado a su país el vacío de poder que ahora tiene a Bolivia al borde de Bo-Libia.

Morales habría sido recordado por sus extraordinarios logros en materia de justicia social y de éxito macroeconómico.

Si Porfirio Díaz hubiera reconocido el triunfo de Madero en 1910, habría pasado a la historia de México, como un estadista incomparablemente superior a San Juárez  y con justicia como el  precursor de la modernidad mexicana.

Si Venustiano Carranza no hubiera querido perpetuarse en el poder a través de “Flor de Té” (3),  no habría muerto como perro en Tlaxcalantongo.

Si Álvaro Obregón no se hubiera atrevido a lo que Salinas de Gortari no se atrevió,  no habría caído de bruces sobre su plato de mole (¡y tan sabroso que se veía!).

El presidente López Obrador es un demócrata convencido y por ello ha asegurado hasta desgañitarse que no buscará reelegirse en el 2024.

Pero ahí están las maléficas sirenas adulándolo y cantándole al oído pretendiendo engañarlo para beneficiarse a costa de él.

¿Sucumbirá el presidente López Obrador ante la tentación de creerse indispensable?

Nuestro presidente con su preclaro discernimiento, seguramente sabe que el único pecado de Evo Morales,  fue sucumbir ante el canto de las sirenas hasta que se salvó de sucumbir de a de veras gracias al asilo con el que México le abrió sus puertas.

Lo mejor que puede hacer López Obrador, habiendo visto las barbas de Evo abruptamente cortadas, es poner las suyas a remojar, y sostenerse en su sabia decisión de no prorrogar su mandato ni un minuto más allá del 30 de noviembre de 2024, ni con referéndums, ni con Bonilladas ni catafixias.

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(*) Poema satírico publicado en El Hijo del Ahuizote en 1904.

  1.  La Chingada, asé se llama el rancho de López Obrador en Tabasco.
  2. El restaurante La Bombilla, en San Ángel, fue el sitio donde Álvaro Obregón pagó con la vida su maniobra estilo Bonilla, mediante la cual pretendió burlar el principio revolucionario de NO REELECCIÓN.
  3.  “Flor de Té” fue el apodo que el pueblo mexicano le puso al ingeniero Ignacio Bonillas, candidato a través del cual, Venustiano Carranza buscaba perpetuarse en el poder como primer jefe vitalicio de la revolución mexicana.
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