Los abogados defensores de Joaquín el “Chapo” Guzmán Loera se están movilizando activamente a raíz de la absolución otorgada a Clairol Trump por el Senado de los Estados Unidos.
Preparan una nueva estrategia a partir del precedente sentado por la Cámara alta del Congreso de Estados Unidos, con la intención de hacerlo valer en la apelación que piensan interponer contra la sentencia de prisión que pesa sobre su cliente.
Los detalles jurídicos que destacan del juicio a Trump, y que pueden ser aprovechados por los defensores del “Chapo” Guzmán, son los siguientes:
De la misma forma que a Trump podrá continuar campantemente como presidente de su país, el “Chapo” podría salir en libertad sin importar las toneladas de narcóticos traficados hacia Estados Unidos.
En consecuencia, los abogados del “Chapo” no necesitan negar la carrera delictiva de su cliente; basta que consigan un jurado que se niegue a enviarlo a prisión pese a sus delitos, que es lo que ha ocurrido con Clairol Trump para seguir de presidente y reelegirse en noviembre próximo.
A la hora que los senadores Republicanos juraron conducirse imparcialmente en el juicio contra Clairol Trump, recurrieron a la famosísima seña mexicana conocida como “changuitos”2, con lo cual anularon su aparente compromiso para beneficiar alegremente a su compinche.
El “chief justice” de la Suprema Corte gringa, Johny Robertson, asistió al sainete como “convidado de piedra” nadando de muertito y asumiendo la norma de no decir ni “this mouth is mine”.
El alcahuete oficial de Clairol Trump, Mitch McConnell, logró que en el juicio de impeachment en el Senado no se llamara a ningún testigo ni se requisaran documentos y grabaciones, y no se admitiera ni se desahogara ninguna prueba que pudiera obligar a la destitución del anciano del peinado de tlacuache.
El derecho anglosajón se rige por un sistema de precedentes y es por esto, precisamente, que los defensores de Joaquín Guzmán están diseñando su defensa en segunda instancia, sobre la base del precedente sentado a favor de Trump por el Senado de los Estados Unidos.
¿Qué es lo que buscarán los abogados del “Chapo”?
Cuando hayan logrado la anulación de la sentencia dictada contra su cliente, pedirán que sea juzgado de nuevo, pero por un jurado integrado por sus pares (sus peers, en inglés), o sea, un jurado compuesto por puros narcos amigos suyos del Cártel de Sinaloa, para garantizar la misma “imparcialidad” de los Republicanos en el Senado gringo.
Buscarán que en el nuevo juicio contra el capo sinaloense no haya testigos (ni protegidos ni sin protección), porque si en el Impeachment recién concluido no hubo testigos, reclamarán que el nuevo proceso de su cliente, tampoco los tenga.
Exigirán que no se reciban pruebas documentales, ni grabaciones, ni videos, ni fotografías, ni peritajes, ni prueba alguna.
Para asegurarse un resultado igual al de Clairol Trump, no tienen que demostrar que el “Chapo” sea una blanca paloma, sino concentrarse en que el jurado se conduzca igualito que los Republicanos en el Senado ¡Y listo!
Les ha de bastar que el juez que presida el nuevo juicio, reúna las características del Chief Justice Johny Roberts, cuya función decorativa sirvió para legitimar la impunidad de Trump.
Es tan importante para el “Chapo” Guzmán lo que han hecho los Republicanos, que no tienen ni siquiera que sobornar al nuevo juez; todo quedará en manos del jurado, cuyos miembros, como ya he dicho, serán puros colegas de Badiraguato.
Viendo la forma en que Clairol Trump se ha burlado del “due process” y de la “rule of law” impunemente hasta el grado de contraatacar a base de señas mexicanas de amplia variedad, el “Chapo” también quiere la oportunidad de desahogarse de la misma forma.
En la fotografía que encabeza estas líneas, se aprecia que Trump está iniciando una seña que, dependiendo del siguiente movimiento de su brazo, podría tener diferentes significados.
Podría ser el inicio de la seña conocida como “rayada”, o el comienzo de una inconfundible seña de “mofles”. Si se tratase de una rayada, el brazo de Trump se dirigiría acto seguido hacia arriba y hacia atrás, a una velocidad más bien rápida que parsimoniosa, indicando a sus destinatarios Demócratas la dirección que deben seguir para llegar al sitio al que los invita.
Si se tratase de unos “mofles”, se entiende la razón por la cual en la imagen inicial de estas líneas, muestra los dedos encogidos, indicando que el siguiente movimiento será una proyección panorámica de izquierda a derecha, abarcando a todos los Demócratas presentes, al tiempo que les dedica una mirada “trumpiana” cargada con su olímpico desprecio.
En el caso de la primera seña (rayada), puede enfatizarse con un recordatorio verbal genealógico de variadas posibilidades de sonoridad diversa y comprensión inequívoca.
En el caso de la segunda opción para la primera fotografía, suele limitarse a unos estentóreos y despectivos ¡Moooooocos!
[[{“fid”:”20236″,”view_mode”:”default”,”fields”:{“format”:”default”,”field_file_image_alt_text[und][0][value]”:”nbb.png”,”field_file_image_title_text[und][0][value]”:”nbb.png”},”type”:”media”,”field_deltas”:{“1”:{“format”:”default”,”field_file_image_alt_text[und][0][value]”:”nbb.png”,”field_file_image_title_text[und][0][value]”:”nbb.png”}},”link_text”:null,”attributes”:{“alt”:”nbb.png”,”title”:”nbb.png”,”height”:”193″,”width”:”394″,”class”:”image-style-none media-element file-default”,”data-delta”:”1″}}]]
En la segunda imagen de Trump, que ilustra estas líneas, se le puede ver ejecutando la “roqueseñal”, inmortalizada por Ernesto Roque Villanueva en marzo de 1995, cuando su bancada de “jijos de la…” logró imponer el aumento del IVA al doble.
En cuanto a Trump se refiere, no puede ocultar su regocijo por haberle aplicado a los Demócratas un mayoriteo, gracias al cual los hizo conocer lo que significa “Pérez Prado”3.
Viendo la alegría que se ha adueñado de Clairol Trump por haber ganado tan fácilmente el juicio con el que buscaban destituirlo, el “Chapo” Guzmán ya no ve la hora de poder expresarse con la misma libertad que el primer presidente del Ku Klux Klan desde la abolición de las leyes de Jim Crow.
¿Qué pasará?
Desde aquí hasta noviembre, veremos a un Trump cada vez más versado en el uso de señas mexicanas, cuyo manejo irá puliendo hasta celebrar con “violín y orquesta” su casi segura reelección.
Por su parte, el “Chapo” Guzmán si logra un juicio regido por “normas al estilo del impeachment Republicano”, ya no tendrá necesidad de gastar en túneles, sino en una gran alfombra roja para ser recibido triunfalmente de regreso a Badiraguato y hasta podría viajar de regreso a México en el avión TP-01, previa compra de todos los cachitos rifados por el pejelagarto, si para entonces ya tiene sus cuentas descongeladas.
1 Señas Mexicanas. En su acepción filológica, es un medio de comunicación de la comunidad sorda en las regiones urbanas y rurales de México. En su modalidad folklórica, se compone de una amplia gama de indicativos digitales, manuales, faciales o corporales, compendiados por el autor Armando Jiménez Farías en su magnifica obra La Picardía Mexicana donde se explica en rima y prosa el significado de las señas más populares que han hecho la delicia de Clairol Trump hasta el punto de incorporarlas a sus tuits.
2 Changuitos. Es una seña que se utiliza para poder prometer o jurar en vano lo que sea, sin la menor intención de cumplirlo.
3 Pérez Prado. Apellido del inolvidable rey del mambo cuyo primer nombre era Dámaso. En su acepción del diccionario de señas mexicanas, significa que los adversarios fueron vencidos, o sea, que se la “Pérez Prado” al ganador.
Sed de justicia en ChihuAGUA
Ante la violencia creciente desatada por la llamada “Guardia Nacional” en Chihuahua, López Obrador se vio obligado a “salir...
julio 24, 2020
Detrás de la mampara de cristal
Me veo yo mismo Detrás de la mampara, Detrás de esa mampara de cristal Con orificios a manera de...
julio 22, 2020
Un México donde reine LA VERDAD
Hoy se cumplen 92 años de la muerte de Álvaro Obregón. La lista de traiciones y crímenes del “general”...
julio 17, 2020
Destiempo
Solo quiero que rías por la mañana Cuando paso a tu lado, Que me miren tus ojos Y luego...
julio 15, 2020