El único merecedor

¡El actual presidente de la República se ha puesto como centro y cima de la administración pública, y ha decretado que ningún funcionario público pueda...

11 de octubre, 2019

¡El actual presidente de la República se ha puesto como centro y cima de la administración pública, y ha decretado que ningún funcionario público pueda percibir un sueldo superior al suyo! (1)

Solamente López Obrador, y solo él, es merecedor del salario más alto en el tercer imperio que también se conoce como la 4-T…

Nadie puede hacerle sombra a sus ingresos, sin importar que se trate de profesionistas altamente calificados, con doctorados, maestrías y posgrados además de especializaciones, experiencia, inteligencia y hasta patriotismo.

Habrá quienes se impresionen por el aparente rigor y austeridad republicana que la medida aparenta; pero pensándolo bien, el tope impuesto por López Obrador, secundado por la PRIeta, (2) es contrario a los principios esenciales de la equidad laboral.

¡Es evidente que a mayor responsabilidad y a mayores requerimientos profesionales para un cargo público, el sueldo correspondiente no puede ni debe restringirse porque López Obrador no quiera que nadie gane más dinero que él!

¿Qué hace falta para ser presidente de México?

Lo único que hace falta para ser presidente de México es cumplir los requisitos contenidos en el artículo 82 constitucional que son los siguientes:

Ser ciudadano mexicano por nacimiento;

Hijo de padre o madre mexicano;

Haber residido en Mexicalpan de las tunas al menos 20 años;

Tener 35 años de edad cumplidos al día de la elección;

Haber residido en Mexicalpan de las tunas durante todo el año anterior al día de la elección;

No ser cura ni monja, rabino, ayatolá o ministro de algún culto;

No estar en servicio activo en las fuerzas armadas cuando menos 6 meses antes del día de la elección;

No ser secretario o subsecretario de Estado, Fiscal General de la República, ni titular del poder ejecutivo de alguna entidad federativa, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la elección; y

No estar comprendido en alguna de las causas de incapacidad establecidas en el artículo 83.

Como bien puede apreciarse, el artículo 82 no exige que, para ser presidente de la República, el aspirante tenga un coeficiente intelectual destacado, ni títulos académicos, libros publicados, libros leídos, dominio de varios idiomas, claridad de entendimiento, elocuencia, fluidez o agilidad mental, discernimiento, sentido común etc.

Para ser presidente de Mexicalpan de las tunas, no es necesario ni siquiera saber leer y escribir; mucho menos, tener buena ortografía.

¿Qué calificaciones académicas o profesionales ostenta Andrés Manuel López Obrador que le permitan ser el funcionario con el más alto sueldo en toda la Administración Pública Federal?

¿Qué atributos intelectuales o profesionales tiene el peje lagarto para merecer el más jugoso ingreso de todos los servidores públicos hasta ser un verdadero fifí cuyo sueldo nadie que no sea él y solo él, puede pretender?

Es sabido que cursó la carrera de ciencias políticas en la UNAM, tomándose para concluirla, el triple de tiempo que lo establecido en el calendario curricular ordinario; esto sin contar que sus calificaciones fueron menos que mediocres con lo cual, además de un burro, fue lo que se conoce entre los universitarios, como todo un fósil.

¿Qué podría pasarle al país si un individuo con el nivel académico e intelectual de López Obrador fuera designado gobernador del Banco de México?

¿Qué tal se desempeñaría el hijo predilecto de Macuspana, Tabasco, en funciones de secretario de Hacienda y Crédito Público?

¿Podría ser un buen director general de Petróleos Mexicanos, puesto que se siente capacitado para decidir “a mano alzada” construir una refinería en Dos Bocas, Tabasco, en menos tiempo y a menor costo que las más importantes empresas petroleras del mundo?

¿Podría ser un buen secretario de comunicaciones y transportes, considerando que por su soberana decisión podría construirse el nuevo aeropuerto de la ciudad de México en Santa Lucía?

¿Alguna persona sensata o con mínimo sentido común, podría suponer que para ser gobernador del Banco de México o secretario de Hacienda, de Comunicaciones o director de PEMEX baste haber nacido en México y ser hijo de padre o madre mexicana, sin importar si es un analfabeta?

¡Obviamente no!

Hay un sinnúmero de cargos públicos que requieren ser encabezados por funcionarios profesionalmente capacitados a niveles de excelencia, según parámetros globales.

No creo que haya comparación posible entre el Doctor Agustín Carstens y el Peje Lagarto abanderado de “la fraternidad universal”.

Evidentemente que el Estado Mexicano necesita ofrecer ingresos proporcionales a la capacidad profesional de quienes se quiera que ocupen las posiciones estratégicas en el gobierno de la República.

Por mucho que López Obrador crea que solamente él y únicamente él merece tener el sueldo más alto de toda la Administración Pública, resulta que ningún profesionista de primer nivel va a aceptar empleos en el gobierno mexicano, percibiendo cuando mucho .95 centavos menos que el fifí tabasqueño que hoy es también el único habitante del Palacio Nacional cuyo lujo deja a Los Pinos en calidad de humilde vivienda del INFONAVIT.

Hay que ver la imposición megalomaníaca de Obrador en su verdadera dimensión:

Prohibir que servidor público alguno pueda ganar más que el peje lagarto, en realidad quiere decir que solamente su alteza serenísima es merecedor del salario más alto del sector público.

No existe justificación alguna para imponer la restricción salarial que se ha introducido a la Constitución Federal,  gracias a la aplanadora legislativa de la PRIeta, también conocida como Movimiento de Renegociación Nacional.

Lo único que se va a lograr con la imposición decretada por el “austero” tabasqueño, es que se reducirá aún más la calidad profesional de quienes estén dispuestos a ocupar cargos públicos ganando sueldos irrisorios.

A este paso, todos los servidores públicos de México tendrán el mismo nivel intelectual y profesional de Andrés Manuel, y que Dios nos agarre confesados…

      ____________________________

  1.  La Constitución Federal en su Artículo 127, fracción II, dice a la letra:

II. Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente.

  1. PRIeta. Partido político también conocido como PRImor es fruto de la cuarta transformación del PNR (PRM, PRI; PRIeta o PRImor); Movimiento de RENEGOCIACIÓN Nacional.

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