Cuando los Estados Unidos consideraron que las condiciones eran propicias para apropiarse de Tejas, promovieron la declaración de “independencia” de aquella provincia mexicana.
El Presidente Santa Anna respondió de inmediato, y organizo una expedición militar para ir a defender nuestra soberanía contra la invasión disfrazada de revuelta popular.
Los gringos se atrincheraron en El Alamo, cerca de San Antonio de Vejar, bien pertrechados y listos para repeler al Ejercito Nacional que fue desde el centro de Mexico a combatirlos y echarlos fuera de México.
La batalla duro dos semanas, entre el 23 de febrero y el 6 de marzo de 1836 y vencimos con mucho más dificultades que las del Ejército de Oriente en Puebla el 5 de mayo de 1862 contra los franceses.
Inexplicablemente, Mexico no conmemora oficialmente nuestra victoria en El Alamo.
Afirmar que los mercenarios aventureros James Bowie, Davy Crocket y William Travis fueron “los defensores de El Alamo”, es lo mismo que afirmar que Adolfo Hitler deba ser tenido como el heroico defensor de Francia, en Normandía el 6 de junio de 1944.
Inexplicablemente, la versión mexicana de la batalla en El Alamo, es una caricatura falseada de la realidad cuya verdad es desconocida por los niños y jóvenes mexicanos.
La versión oficial mexicana, ha borrado el heroísmo indiscutible de nuestros soldados, con tal de quitarle méritos a Santa Anna por aquella victoria; y peor aún, NADIE SABE que nuestro ejército libero a casi 2,000 esclavos africanos que además, nos negamos a devolverle a quienes los reclamaban por creerse sus “dueños”.
Lo importante aqui, es que desde el inicio de la campaña en defensa de Tejas, el Ejercito Mexicano fue rescatando cientos de hombres, mujeres y niños africanos, privados de su libertad en calidad de esclavos por los invasores anglosajones que querían introducir el tráfico de personas a nuestros territorios del norte.
Después de nuestro triunfo en El Alamo, las fuerzas mexicanas continuaron su persecución de los invasores, hasta llegar a un paraje conocido como Llano del Perdido, a orillas del rio San Jacinto.
El 26 de abril, en ese paraje, tuvo lugar la masacre de San Jacinto, cuando el criminal de guerra Sam Houston y sus mercenarios, atacaron por sorpresa al Ejercito Mexicano acampado a las orillas del río.
Ese ataque fue lanzado contra todas las reglas de la “guerra civilizada” vigentes entonces.
Es de llamar la atención que el General Santa Anna se encontraba en la primera línea de sus tropas, razón por la cual, fue capturado por los gringos y llevado hasta Nueva York a entrevistarse con el Presidente Andrew Jackson.
En las conversaciones sostenidas entre Santa Anna y Jackson, el presidente de Estados Unidos, trato por todos los medios de convencer a “Su alteza Serenísima”, para que Mexico reconociera la independencia de Tejas.
(¿No se supone que los gringos no tenían vela en ese entierro…?)
A raíz del episodio en Llano del Perdido, los generales mexicanos al mando de nuestra fuerza expedicionaria, aceptaron suscribir lo que se conoce como “Convenio de Velasco”, cuyo artículo 5º es el que quiero destacar aqui hoy:
Articulo 5.- “Toda la propiedad privada, incluyendo ganado, caballos, esclavos negros, personas en servidumbre, personas de cualquier otra denominación que hayan sido capturados por el Ejercito Mexicano, o se hayan refugiado bajo protección de Mexico desde el comienzo de la invasión, (1) deben ser devueltos al comandante del “ejército Tejano” o a las personas designadas por el “gobierno de Tejas” para recibirlas.”
En lo personal me siento orgulloso de nuestro ejército, porque no devolvieron a ninguna persona, especialmente a los esclavos africanos que por el solo hecho de pisar territorio mexicano, recuperaron su libertad.
Fueron 1,500 hombres, mujeres y niños negros que desde entonces se volvieron mexicanos, y se avecindaron básicamente en Tamaulipas.
Esa fue la primera liberación masiva de esclavos africanos, que fueron protegidos por nuestras tropas, a pesar de las condiciones adversas y de las amenazas de los gringos dedicados de lleno al “human trafficking”.
Esto sucedió casi 20 años antes que Abraham Lincoln aboliera la esclavitud en Estados Unidos.
El silencio injustificable de los gobiernos mexicanos desde entonces, permitió que naciera y creciera la leyenda de “Remember The Alamo” edificada sobre mentiras no refutadas.
Bajo ese manto de mentiras, se describe al Ejercito Mexicano como una fuerza abrumadoramente superior, enfrentada a un grupo casi inerme de idealistas “tejanos” que lo único que querían era libertad y justicia, cuando la realidad fue exactamente lo contrario.
Hoy, nosotros debemos difundir y honrar sobre todo, la grandeza de alma y el espíritu de libertad por el cual, nuestros soldados liberaron a aquellos 1,500 hombres, mujeres y ninos africanos y se negaron a devolverlos.
Creo que especialmente hoy, debemos exigir que el recuerdo de nuestras tropas victoriosas en El Alamo, Tejas, sea honrado en letras de oro en el Muro de Honor del Congreso de la Unión.
¿DEVUÉLVANNOS A NUESTROS NEGROS?
¡DEVUÉLVANNOS CALIFORNIA NUEVO MEXICO Y TEJAS! (3)
“Si el recuerdo de antiguas hazañas
De sus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo, tu frente,
Volverán inmortales a ornar”. (2)
¡VIVA MÉXICO!
______________________________________
- “La invasión” mencionada en el artículo 5º, se atribuye erróneamente al Ejercito Mexicano, porque nuestro ejército no puede ser invasor en nuestro propio territorio.
- Himno Nacional Mexicano.
- A partir de los territorios originalmente pertenecientes a California, Nuevo México y Tejas, se crearon Arizona, Nevada, Utah, Kansas, Colorado, Wyoming y Oklahoma en diferentes proporciones.
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