El Brexit aumenta la incertidumbre en Europa y el mundo

Como si la incertidumbre internacional no estuviera provocando suficiente volatilidad en los mercados, estamos a diez días del referéndum que se va a someter a...

13 de junio, 2016

Como si la incertidumbre internacional no estuviera provocando suficiente volatilidad en los mercados, estamos a diez días del referéndum que se va a someter a votación en el Reino Unido para salir o permanecer en la Unión Europea.

Dada la desaceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que hemos estado viendo en las economías avanzadas, han surgido en diversos países brotes que ponen en tela de juicio la pertenencia a un bloque económico.

El brote de inestabilidad que más se menciona en los días que corren es el del Reino Unido. Su posible salida de la Unión Europea (el fenómeno conocido  como Brexit), levanta mucha preocupación por la importancia que este país ocupa en la producción total de Europa.

Con datos del Fondo Monetario Internacional, el PIB del Reino Unido en 2016 es de aproximadamente 15% del total de Europa en términos nominales. Cuando un solo país produce una sexta parte del continente, su importancia para éste se vuelve incuestionable.

La semana pasada hubo una inquietud un tanto preocupante en los mercados bursátiles europeos debido a información de encuestas que dieron a conocer que la preferencia de salir del Reino Unido de la Unión Europea se está incrementando entre la población.

Una de las razones por las que el Brexit se torna preocupante es que los mercados financieros europeos dependen en muy buena medida de los bancos ingleses; y de los alemanes por cierto. La solidez financiera de estos dos países ayuda mucho a que los sistemas bancarios en buena parte de los países de la Unión Europea puedan mantener operaciones de manera fluida.

Lo que los mercados europeos están viendo con gran preocupación tanto dentro de Inglaterra como en toda la Unión Europea es que la salida del Reino Unido conlleva el riesgo de incrementar la tasación de impuestos sobre las mercancías británicas a los países de Europa.

El propio Director General de la Organización Mundial de Comercio ha declarado que la elección de salir no está exenta de costos para el Reino Unido, en términos de mayores impuestos y de renegociación de tratados internacionales de libre comercio que tiene Europa con 53 países.

La posible pérdida de competitividad de Gran Bretaña debido a la desincorporación de Europa por mayores impuestos a sus mercancías y una asignación asimétrica de fondos en los mercados de capital, hace que surjan preocupaciones sobre su desempeño económico en el futuro.

Desde 2010, Europa ha crecido su Producto Interno Bruto en 1.25 por ciento anual en términos reales, mientras que el Reino Unido ha crecido 2 por ciento.

El crecimiento económico de Reino Unido no solo está por encima del europeo sino que también supera al crecimiento de las economías avanzadas en conjunto, que desde 2010 han crecido al 1.8 por ciento anual en términos reales.

Un reciente artículo del diario The Economist advierte que la opinión sobre el Brexit se está dividiendo cada vez más en Gran Bretaña.

Pero además, se agota el tiempo para dar a conocer que la opinión de los expertos en prácticamente todas las agencias intergubernamentales como el FMI, la OCDE, el Banco Mundial o el propio banco central inglés, se inclina hacia los posibles efectos adversos que tendría la salida de Gran Bretaña.

El consenso de los expertos apunta  a que serían más los costos que los beneficios con el Brexit, pero como señala el artículo de The Economist, hay una gran desconfianza de la población hacia la opinión de los expertos, luego de la crisis financiera de 2008.

Entre los posibles efectos adversos están la pérdida de competitividad para el Reino Unido en el corto plazo, las dificultades para los viajeros internacionales por Europa, el aumento del desempleo y hasta una recesión en aquél país.

Pero el mayor problema del Brexit tiene que ver con el riesgo sistémico que podría desencadenar por la interrelación de Inglaterra con los mercados financieros internacionales y las afectaciones en el valor de la libra esterlina.

La verdad es que no se conoce con precisión ninguno de los efectos que el Brexit tendría, pero lo que es casi seguro es que estas dos semanas estaremos teniendo una volatilidad muy marcada en los mercados financieros internacionales.

Dado que la percepción del riesgo a nivel mundial se exacerbará, no espere muchas buenas noticias económicas en prácticamente lo que resta del mes de junio.

Si bien los mercados financieros internacionales son volátiles por naturaleza, las decisiones de política en un país tan importante como Reino Unido y las subsecuentes implicaciones para un continente que concentra el 23.5 por ciento del PIB mundial, van a determinar buena parte de lo acontecido estos días en la economía global.

Prepárese para un ambiente de emociones fuertes si es que esta semana se cierra aún más la opinión sobre el Brexit en Europa. Pero aunque eso no ocurra, el ambiente actual ya es de mucha incertidumbre de aquí al 23 de junio.

El Reino Unido es un país que ha mantenido un déficit comercial consistente desde la década de 1990. Sin embargo, esto por sí solo no es un síntoma de un mal manejo de la economía, aunque sí levanta mucha ámpula en la opinión pública cuando es mencionado por los impulsores del Brexit.

Lo mismo pasa cuando vemos muchos otros indicadores de Reino Unido y los comparamos con los indicadores de Europa y de las economías avanzadas.

Por ejemplo, Reino Unido ha tenido una tasa de desempleo consistentemente menor que la del continente europeo. En 2015 su tasa de desempleo fue de 5.4 por ciento, mientras que la de Europa fue 6.7 por ciento, es decir 25 por ciento mayor que en Reino Unido.

Es muy paradójico que en los países desarrollados se estén dando fenómenos como el Brexit, caracterizados por un descontento más o menos generalizado entre el ciudadano de ingreso medio que ha visto desacelerarse su poder adquisitivo. Buena parte de ese poder adquisitivo se ha estado yendo al de los habitantes de los países pobres y emergentes en el resto del mundo.

Mientras el PIB real del Reino Unido crece a tasas promedio de 2 por ciento, el mundo lo hace a un promedio de 3.3 por ciento, y los países emergentes y en vías de desarrollo, como ya dije, al 5.2 por ciento.

Reino Unido tendrá que tomar una decisión crucial. Europa no es el ejemplo de crecimiento y bonanza económica desde que el libre comercio internacional comenzó a llevar buena parte de los procesos industrializados a países emergentes.

Por un lado, Europa no es el bloque comercial más pujante desde hace un buen tiempo, pero por otro lado, es lo único que tienen los ingleses cerca. He ahí la gran paradoja sobre ser miembro de la Unión Europea. Parafraseando a Shakespeare: ser, o no ser.

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Fuentes

http://www.imf.org/external/data.htm

https://www.wto.org/spanish/thewto_s/thewto_s.htm

http://www.economist.com.htm

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