Si el pasado fuera como el futuro para México, este país debería estar destinado a seguir acumulando miles de cadáveres vinculados a eventos delictivos. Cifras, datos y gráficas seguirán siendo un peso indiscutible en la destrucción de la reputación internacional de México y ante millones de ciudadanos la seguridad y la paz serán dos sueños difíciles de alcanzar. Suena a maldición; parece una maldición. ¿Lo es?
¿Tiene Andrés Manuel López Obrador el plan de gobierno; los recursos y la estrategia para revertir este tsunami de violencia? En los últimos 10 años hubo un homicidio cada 23 minutos: suma promedio de los mexicanos que han fallecido por eventos delictivos en la década que termina. También: más de 140 millones de ligas en la WWW vinculando a México con la violencia y al menos 38 millones de noticias sobre el tema. Cientos de miles de imágenes de cadáveres, baleados y acuchillados han desfilado en la prensa nacional e internacional sobre los muertos en el país. Tal vez sea incuantificable conocer el número de denuncias que sobre violencia hay en redes sociales. Además, habría que sumar 40,000 desaparecidos, fosas comunes y osarios clandestinos. La década que termina deja un saldo más que sangriento en un país que aún no encuentra la fórmula para disminuir sus índices de violencia sin importar el nombre del presidente en turno. ¿Es posible duplicar estos números en los próximos 10 años?
Especialistas consultados por Ruiz Healy Times informan que es probable que estos números puedan seguir creciendo.
Un vistazo al pasado. Entre 2010 y el inicio de 2020, la década que termina se ubicó como la más violenta del país con al menos 215,000 homicidios dolosos: lo que arroja promedio de una muerte cada 23 minutos y un incremento de 68% con respecto al periodo 2000-2009, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). En 20 años se pueden sumar más de 370,000 mexicanos muertos en condiciones delictivas.
Los números oficiales revelan que en los 10 años anteriores se cometieron 127,764 asesinatos, pero de 2010 a 2019 esa cifra aumentó en 87,246 casos, en gran medida por la fuerte presencia de cárteles rivales en zonas estratégicas para el trasiego ilegal.
Guerrero fue la entidad más violenta con 19,770 ultimados, seguido por el Estado de México, con 19,545, y Chihuahua, con 19,994 denuncias. Entre los tres concentraron 27.3% del total de los casos a escala nacional.
En comparación con la primera década de este siglo, las tres entidades mostraron comportamientos diferentes, ya que en Guerrero y Chihuahua los asesinatos crecieron 102 y 105%, respectivamente, mientras que en el Estado de México se redujeron 13%.
Sin embargo, el caso más llamativo en los últimos 10 años es Guanajuato, que cerró el periodo con 11,227 denuncias por homicidios dolosos y al confrontar las cifras de 2000-2009 se observa un aumento de 364%.
El inicio de esta década estuvo marcado por un récord histórico de homicidios, al registrarse 20,142 casos en 2010. Antes de ese año nunca se había alcanzado la barrera de los 20,000 asesinatos, lo más cercano fueron los 16,118 ejecuciones en 2009.
Para 2011, la fuerza del crimen organizado se incrementó y alcanzó un nuevo máximo histórico de asesinatos con 22,409. A partir de 2012 se registró un descenso sostenido en este tipo de crímenes. En dicho año se cometieron 21,459, lo que significó una disminución anual de 4.2%. Entonces las autoridades encargadas de la seguridad pública celebraron la primera reducción de la violencia desde 2007.
En los primeros años del sexenio del priista Enrique Peña Nieto se alcanzaron los mejores registros en la década con 18,106 asesinatos en 2013, que representaban una caída anual de 15.6%. Para 2014 se obtuvo la menor cantidad de muertes violentas con 15,526 casos, que dejaba una disminución de 14.2% con respecto al año anterior.
El entonces titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, destacó que la operación anticrimen del gobierno federal permitió que en 24 de las 32 entidades federativas bajaran los homicidios. Pero en 2015 la tendencia a la baja se interrumpió con un nuevo repunte de los asesinatos, al registrar 16,121 denuncias, que representaron una alza de 4¡%. Desde entonces cada año se ha visto un incremento sostenido que ha llegado a niveles históricos.
Para 2016, año en que se registró la segunda detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se dio la mayor alza porcentual de la década en materia de homicidios dolosos. Los 20,151 casos en ese periodo significaron una subida de 25% con respecto a 2015. Este tipo de incremento no se reportaba desde 2010, cuando crecieron 24.6%.
La tendencia se mantuvo en 2017 con un crecimiento de 24.2% con 25,000 asesinatos registrados. En 2016 y 2017 se cometieron 45,187 homicidios, mientras que en los primeros tres años del sexenio pasado hubo 49,753.
En el último año de la administración de Peña Nieto se registró un nuevo récord de muertes violentas en el país con 29,100 denuncias, lo que significó un aumento de 16.2%.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, su gobierno modificó la estrategia de seguridad en cómo combatir al crimen organizado. “Besos, no balazos”; es parte de su narrativa. También lo es el nacimiento de la Guardia Nacional, cuyo objetivo es alcanzar 150,000 elementos al final del sexenio. Voces críticas de la Guardia Nacional señalan que el proyecto de este gobierno dista mucho de materializarse si no suma el número de guardias que se prometieron; equipamiento; telecomunicaciones; seguridad social e inteligencia.
El reto es enorme. Pero aún falta claridad y comunicación en cómo la administración de López Obrador protegerá los espacios estratégicos del estado mexicano: aire, tierra, mar y digital.
¿Cuánto tiempo será suficiente en los próximos 10 años para recuperar la paz en los espacios públicos; en las carreteras; en los parques y en el país en general? ¿Cuántos muertos más? Lo analizaremos en el 2030.
Hasta noviembre pasado se habían denunciado 26,959 asesinatos en el país y de cumplirse las estimaciones de que 2019 cerrará con más de 29,300 homicidios, se colocará como el año más violento en la historia.
De mantenerse la espiral de violencia en la que está México y si las medidas en materia de seguridad avanzan a pasos a
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