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Chapuza o la comunicación cómo delito….

Romeo y Julieta. Cleopatra y Marco Antonio. Quijote y Dulcinea. Chapo y Kate.

16 de enero, 2016

Romeo y Julieta. Cleopatra y Marco Antonio. Quijote y Dulcinea. Chapo y Kate. Historias contenidas en relaciones salpicadas de anécdotas de amor, cariño y comprensión. ¿Las melosas conversaciones entre Chapo y Kate deberían ser un delito? ¿Qué tiene de malo que tu “amigo” sea un asesino y narco?

En resumen, ¿hay delito en la comunicación y el encuentro que sostuvieron Kate del Castillo y el actor estadounidense Sean Penn con uno de los criminales más buscados de la historia reciente de México y Estados Unidos? ¿La comunicación y el amor ya son delito? Según The Wall Street Journal, “la obsesión romántica que desarrolló el narcotraficante por la actriz y su deseo de verla, fue lo que terminó llevándolo a abandonar su escondite más seguro, en las montañas de la región de el Triángulo Dorado, por el de la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, donde fue descubierto y arrestado”. Y el diablo está en los detalles. Kate del Castillo recibió de su amigo un teléfono que fue, tal vez, adquirido con dinero de alguna empresa del Chapo Guzman. En los mensajes de texto, el Chapo le pide a su abogado, Andrés Granados, que compre un “teléfono moderno, equipado y estético” para poder comunicarse con ella. Escogen entre un iPhone 6; un Samsung Galaxy S6 Edge. Al final, fue un BlackBerry BBZ3. ¿Por qué este aparato?

De acuerco con el diario 24 Horas, la aplicación BBM BlackBerry Messenger le falló al narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, pues gracias a los “textos” que interceptó el gobierno federal fue posible dar con su paradero y arrestarlo nuevamente.

También informa el medio de comunicación que esta es la marca de telefonía que utiliza el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, porque tiene varias funciones que permiten encriptar los mensajes de texto para evitar intervenciones. De hecho, en 2013, el propio Obama reconoció que aunque le gustaría cambiarse a un teléfono de Apple, el Servicio Secreto no se lo permite, pues el único teléfono con los estándares de seguridad adecuados son los de la marca BlackBerry. De acuerdo con sus manuales de usuario disponibles en su página de Internet, la empresa BlackBerry tiene dos niveles de protección disponibles para los usuarios de sus teléfonos móviles (BBM Protected y BBM), lo que les permite encriptar el contenido de sus conversaciones por mensajes de texto y, de esta manera, evitar que sean vistos por personas ajenas.

¿Los recursos con los que se compró el teléfono son producto de alguna actividad vinculada a lavado o venta de drogas? ¿La actriz mexicana conlleva alguna responsabilidad criminal al estar utilizando ese aparato? También en los mensajes ella le pide al malandro que se comuniquen en ciertos tiempos y horarios. Incluso le avisa que le llamará de un teléfono de Estados Unidos. De manisfesto queda establecido en la mensajería entre ellos que hay una relación cercana; que se quieren conocer y hasta podríamos ver un lado romántico del Chapo, lo cuál desató risas del conductor de CNN, Don Lemon, el miércoles 13 de enero en su programa de la noche.

¿Esto es suficiente para establecer un delito por parte de Kate y Chapo? La respuesta la dio el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, al informar que “por supuesto habrá de tenerse una nueva línea de investigación a cargo de la PGR” sobre este asunto. Más allá de la nota rosa y las anécdotas románticas, el asunto es serio. Involucra el posible encubrimiento de la ubicación de un delincuente y el uso de recursos provenientes del narco, por ejemplo. También, dicen los expertos en criminología, que cabe la posibilidad de que Kate no haya podido sacudirse el personaje de la Reina del Sur, como tampoco lo pudo hacer Bela Lugosi con Drácula, hace muchos años. Y eso le hubiera impedido distinguir la ficción y la realidad.

El tema aún tiene mucho que dar tanto en lo jurídico; en los medios de comunicación y también en el terreno de esas relaciones que en el contexto del amor han hecho historia. Ahora les tocó escribirla a Kate y el Chapo.

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