¿Somos una nación de criminales?

El gobierno mexicano no se podía quedar callado ante el reporte “Armed Conflict Survey 2017”...

12 de mayo, 2017

Jaime Guerrero Vázquez

El gobierno mexicano no se podía quedar callado ante el reporte “Armed Conflict Survey 2017”, elaborado por del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres. El golpe a la administración peñista llega en un momento en que todos los días se acumulan evidencias de que la violencia de los grupos del crimen organizado está sin control: México, el segundo país más violento del mundo.

Tiene razón el comunicado conjunto de las Secretarías de Gobernación (SEGOB) y de Relaciones Exteriores (SRE) señalando que el citado reporte está mal hecho. México no es el primer país que se queja de los resultados documentales de IISS, también lo han hecho Colombia, Venezuela y Turquía, entre otros; algunos de esos reclamos han obligado al Instituto a reconsiderar sus metodologías. Puntualmente, se subrayan tres tipos de errores: la fuente de las cifras utilizadas, la mezcla de datos que suma sin distinción a las muertes producto de la acción del crimen organizado con muertes violentas originadas por otras causas y, tal vez la más importante, el calificativo de “conflicto armado” que en el reporte se usa sin tomar en cuenta las definiciones jurídicas internacionales.

Sobre este último punto, hay que apuntar que los cárteles y bandas criminales no actúan como un solo cuerpo político-militar en busca de conseguir el poder político del país. Hasta donde es claro, el “Chapo”, el “Mencho” o “La Tuta” nunca quisieron gobernar México. El crimen organizado es un conjunto de organizaciones con métodos y alcances diferentes, que busca que el poder del Estado lo deje en paz. También es falsa la afirmación de que México es el segundo país más violento del mundo. De acuerdo a datos de la ONU, tan solo en América Latina son más violentos Colombia, Brasil, Honduras y Belice, con más muertes por cada 100 mil habitantes.

El reporte mencionado fue reproducido por una gran cantidad de medios, pero sin que alcanzara el tamaño de unas ocho columnas. Algunos ni siquiera lo colocaron en sus primeras planas. Se diría que o bien ese tipo de noticias ya no impactan, lo que sería una barbaridad, o bien el documento denotaba sus errores desde el inicio. Sin embargo, quien si aprovechó la noticia fue, por supuesto, Donald Trump, quien señaló a través de Twitter que México fue el segundo país más letal del mundo en 2016. El asunto le viene al dedillo al mandatario norteamericano porque lo ayuda en la idea de que México es un país lleno de criminales homicidas. Pero entendamos, este tipo de noticias le ayudan a los Estados Unidos a fortalecer su capacidad de negociación con nuestro país, no sólo es un asunto moral o legal. El gobierno mexicano debió insistirle a Trump que la mayor parte de las armas llega desde Estados Unidos y que las drogas que se producen o pasan por aquí en buena medida se van para allá. El muro no servirá de nada pues no detendrá este tráfico ilegal de ida y vuelta.

Más allá de la mala construcción del reporte o de la mala leche de sus autores, algunas de las refutaciones del gobierno mexicano resultan más graves que lo señalado por el documento. ¿Qué es más grave, que México tenga 20 o 23 mil muertos en 2016 sin tener un conflicto armado o que se reconozca que hay un conflicto armado? Claramente lo primero. Aquí no hay tanquetas, ni bombardeos, ni fuego de artillería, casi todas las muertes han sido con armas de mano, lo que revela la facilidad para conseguir una pistola o ametralladora y la impunidad con que operan los grupos. Por otro lado, el hecho de que haya tantos homicidios que no son producto del crimen organizado (feminicidios, por ejemplo) tampoco es una buena noticia, sin importar si el IISS los clasificó mal o no.

En este contexto, el mal reporte de IISS es lo de menos; lo importante es que tenemos un problema serio que cada día se vuelve más grave.

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